AUGUSTO CÉSAR SANDINO             Nicaragua, 1895-1934

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"Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán."

"En uno de aquellos días manifesté a mis amigos que si en Nicaragua hubieran cien hombres que la amaran tanto como yo, nuestra nación restauraría su soberanía absoluta
puesta en peligro por el mismo imperialismo yanqui. Mis amigos me contestaron que posiblemente habría en Nicaragua ese número de hombres, o más..."

"Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza."

 

Augusto Nicolás Calderón Sandino, nació el 18 de mayo de 1895 en Niquinohomo, departamento de Masaya. Su madre, Margarita Calderón, era una humilde campesina, que se ganaba la vida como doméstica y obrera agrícola.  Gregorio Sandino, su padre, fue un mediano propietario y productor agrícola, con quien se fue a vivir a los 11 años de edad.

La infancia de Sandino transcurrió junto a su madre con la cual trabajaba recolectando café en las plantaciones del Pacífico nicaragüense, ahí conoció y sufrió toda clase de miserias y privaciones.  

En su adolescencia, fue testigo de la primera gran intervención militar del imperialismo yanqui en su tierra, que culminó con el asesinato del general Benjamín Zeledón, el 4 de octubre de 1912. Sandino quedó muy impresionado con la imagen del patriota.

"Era yo un muchacho de 17 años y presencié el destace de nicaragüenses en Masaya y otros lugares de la República, por las fuerzas filibusteras norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo vecino al mío. La muerte de Zeledón me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo norteamericano; por esa razón, la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una continuación de aquella."

Más tarde, Sandino abandona la casa de su padre para buscarse la vida por sí mismo. Así, trabaja como ayudante de mecánica, en un lugar cerca de la frontera con Costa Rica. Posteriormente,  en 1920, viaja a Honduras y a Guatemala, en 1923, donde trabaja en las plantaciones de la United Fruit. Posteriormente marcha a México donde  trabaja, para empresas petroleras en Tampico y Cerro Azul.

Durante su estancia en México, Sandino se vincula con líderes sindicales, obreros, militantes socialistas, anarquistas y masones. Conoce de las luchas sindicales, de la agresión yanqui contra México por el control de los yacimientos petroleros, de la Revolución Mexicana y de las luchas de la clase trabajadora.

En agosto de 1925, luego de 13 años de ocupación, Estados Unidos retira sus tropas de Nicaragua. Sin embargo, permanecen los instructores de la Constabulary, antecesora de la Guardia Nacional. En octubre, ocurre el golpe militar del general Emiliano Chamorro.

En el mes de mayo del año 1926, ocurre un alzamiento liberal contra Chamorro. Las tropas norteamericanas desembarcan en Bluefields. Al enterarse del inicio de la Guerra Constitucionalista, Sandino parte rumbo a Nicaragua a donde llega el 1 de junio.

"...en vista de los abusos de Norteamérica en Nicaragua, partí de Tampico, México, el 18 de mayo de 1926 -en donde me encontraba prestando mis servicios materiales a la compañía yanqui- para ingresar al Ejército Constitucionalista de Nicaragua, que combatía contra el régimen impuesto por los banqueros yanquis en nuestra república."

El 26 de octubre de 1926,  con algunos trabajadores del mineral de San Albino se alza en armas y se incorpora a la causa constitucionalista.

El 2 de noviembre, en El Jícaro, durante su primer enfrentamiento contra las tropas conservadoras, sufre su primera derrota.

El 24 de diciembre, tropas norteamericanas desembarcan en Puerto Cabezas. Al día siguiente, Sandino consigue armas y municiones ayudado por prostitutas del puerto. En entrevista sostenida con el general José María Moncada, en Prinzapolka, éste le ordena regresarlas; pero Sandino logra conservar las armas e inicia el retorno a Las Segovias.

En enero de 1927, tropas norteamericanas desembarcan en Corinto.

En febrero, Sandino se instala en El Yucapuca y comienza, en San Juan de Segovia, una campaña militar victoriosa; participando, él mismo, en gran número de combates. Las tropas conservadoras son totalmente derrotadas y Moncada trata de deshacerse de él enviándolo a Boaco.

A comienzos de mayo de 1927 mantiene un intercambio de correspondencia con Moncada sobre los términos del armisticio que éste ha logrado con el delegado del presidente Calvin Coolidge en Nicaragua, Henry Stimson.

El 12 de mayo de 1927, en una circular dirigida a las autoridades locales de todos los departamentos anuncia su firme determinación de continuar la lucha hasta que sean retiradas las tropas norteamericanas de ocupación.

El 18 de mayo contrae matrimonio con con Blanca Aráuz. A la cual escribe en una ocasión: "El amor a mi patria lo he puesto sobre todos los amores y tú debes convencerte que para ser feliz conmigo, es menester que el sol de la libertad brille en nuestras frentes."

El 1 de julio de 1927,  desde su campamento en Mineral de San Albino, emite su primer Manifiesto Político dirigido al pueblo de Nicaragua.

El 14 de julio responde a la propuesta de rendición que le hiciera el capitán de los marines, Gilbert Hatfield.

El 16 de julio, luego de una batalla de 15 horas, toma por unas horas El Ocotal. La aviación norteamericana bombardea y ametralla el poblado causando 300 muertos entre la población civil.

Sandino sigue combatiendo en varias ciudades y se retira hacia su campamento de El Chipote; inicia la guerra de guerrillas.

El 2 de septiembre de 1927 se constituye el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.

El 14 de noviembre suscribe el Acuerdo sobre los traidores a la Patria.

En diciembre, los gobiernos de Coolidge y Díaz acuerdan la transformación de la Constabulary en Guardia Nacional.

El 26 de enero de 1928, luego de varios días de «combate», los marines alcanzan finalmente la cumbre de El Chipote y encuentran sólo muñecos de zacate.

El 22 de junio de 1928 el dirigente comunista salvadoreño Farabundo Martí se incorpora a las filas del sandinismo.

Combatientes internacionalistas acudieron al llamado de la lucha antiimperialista de Nicaragua; intelectuales, estudiantes y obreros llegaban de distintos puntos de América Latina hasta Las Segovias a prestar servicio militar; los hubo de México, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Republica Dominicana, Venezuela, Colombia, Honduras. Algunos como soldados de línea, otros sirvieron en el Estado Mayor como secretarios de Sandino; varios allí murieron.

4 de agosto de 1928, Carta a los gobernantes de América

El 6 de noviembre de 1928, en elecciones organizadas y supervisadas por los marines, es electo presidente el traidor Moncada.

20 de marzo de 1929, Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar

El 23 de mayo de 1929, Sandino, parte de Nicaragua rumbo a México buscando, infructuosamente, el apoyo del presidente mexicano Emilio Portes Gil. Sus generales prosiguen la lucha. Regresa a Nicaragua el 16 de mayo de 1930.

El 15 de febrero de 1931 suscribe su manifiesto Luz y Verdad.

Relato del 4 de agosto de 1932

En noviembre de 1932, Juan Bautista Sacasa es electo presidente. Anque solicitó a Washington la permanencia de los marines, su petición fue denegada.

El 1 de enero de 1933, triunfa la causa sandinista al retirarse los invasores norteamericanos de Nicaragua. Sacasa asume la presidencia y el «general» Anastacio Somoza García la jefatura de la Guardia Nacional. Sandino viaja a Managua en febrero y firma un tratado de paz.

"La paz se firmó para evitar el regreso de la intervención armada que apenas estaba detrás de la puerta, esperando regresar antes de un año... Ese es el secreto por el cual no salgo del Norte, para estar pendiente de todos los momentos en que se presente la oportunidad de restaurar también nuestra independencia política-económica."

El 20 de mayo emprende viaje nuevamente a Managua para quejarse con Sacasa por los constantes ataques de la Guardia Nacional en contra de su gente. Allí regresa el 30 de noviembre con la misma queja sin obtener resultados.

Después de firmado el convenio, Sandino viaja en varias ocasiones a Managua (el 20 de mayo y el 30 de noviembre), para entrevistarse con Sacasa y discutir las violaciones que de dicho convenio hacía la Guardia Nacional, asesinando y persiguiendo a los miembros del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. De sus entrevistas no obtuvo ningún resultado.

El 21 de febrero de 1934, al bajar la loma de Tiscapa, luego de una cena con Sacasa, es capturado y posteriormente asesinado junto a los generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor por orden de Somoza García. Poco antes, su hermano Sócrates había corrido la misma suerte. El coronel Santos López, quién participará posteriormente en la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional, logra escapar.

El 23 de agosto de 1934, el Congreso decreta una amnistía para todos los crímenes cometidos por la Guardia Nacional.

Creyeron que asesinando a Sandino moría su ideología. Pero se equivocaban, el sandinismo había calado hondo en la conciencia del pueblo, buscando completar la obra iniciada por el Padre de la Revolución Popular y Antiimperialista. Es así como surge el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, heredero y continuador del programa popular y antiimperialista del general Sandino.

 

Bibliografía

El pensamiento vivo de Sandino, Casa de las Américas, La Habana, 1980.

Gregorio Selser, Nicaragua de Walker a Somoza, Mex Sur Editorial, México, 1984

http://www.elortiba.org/sandino.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Augusto_C._Sandino


 

Manifiesto político

1o. de julio de 1927

Augusto César Sandino, Nicaragua 1895-1934

PatriaGrande.net


El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído sino también creído. Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, mas que cualquiera, la sangre india americana que por atavismo encierra el misterio de ser patriota leal y sincero; el vínculo de nacionalidad me da derecho a sumir la responsabilidad de mis actos en las cuestiones de Nicaragua y, por ende, de la América Central y de todo el Continente de nuestra habla, sin importarme que los pesimistas y los cobardes me den el título que a su calidad de eunucos más les acomode. Soy trabajador de la ciudad, artesano como se dice en este país, pero mi ideal campea en un amplio horizonte de internacionalismo, en el derecho de ser libre y de exigir justicia, aunque para alcanzar ese estado de perfección sea necesario derramar la propia y la ajena sangre. Que soy plebeyo dirán los oligarcas o sean las ocas del cenagal. No importa: mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y el nervio de la raza, los que hemos vivido postergados y a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron a incubar el delito de alta traición: los conservadores de Nicaragua que hirieron el corazón libre de la Patria y que nos perseguían encarnizadamente como si no fuéramos hijos de una misma nación.

Hace diecisiete años Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro dejaron de ser nicaragüenses, porque la ambición mató el derecho de su nacionalidad, pues ellos arrancaron del asta la bandera que nos cubría a todos los nicaragüenses. Hoy esa bandera ondea perezosa y humillada por la ingratitud e indiferencia de sus hijos que no hacen un esfuerzo sobrehumano para libertarla de las garras de la monstruosa águila de pico encorvado que se alimenta con la sangre de este pueblo, mientras en el Campo Marte de Managua flota la bandera que representa el asesinato de pueblos débiles y enemistad de nuestra raza.

¿Quiénes son los que ataron a mi patria al poste de la ignominia? Díaz y Chamorro y sus secuaces que aún quieren tener derecho a gobernar esta desventurada patria, apoyados por las bayonetas y las Springfield del invasor. ¡No! ¡Mil veces no! La revolución liberal está en pie. Hay quienes no han traicionado, quienes no claudicaron ni vendieron sus rifles para satisfacer la ambición de Moncada. Está en pie y hoy más que nunca fortalecida, porque sólo quedan en ella elementos de valor y abnegación.

Moncada el traidor faltó naturalmente a sus deberes de militar y de patriota. No eran analfabetos quienes le seguían y tampoco era él un emperador, para que nos impusiera su desenfrenada ambición. Yo emplazo ante los contemporáneos y ante la historia de ese Moncada desertor que se pasó al enemigo extranjero con todo y cartuchera. ¡Crimen imperdonable que reclama vindicta!

Los grandes dirán que soy muy pequeño para la obra que tengo emprendida; pero mi insignificancia está sobrepujada por la altivez de mi corazón de patriota, y así juro ante la Patria y ante la historia que mi espada defenderá, el decoro nacional y que será redención para los oprimidos. Acepto la invitación a la lucha y yo mismo la provoco y al reto del invasor cobarde y de los traidores de mi Patria, contesto con mi grito de combate y mi pecho y el de mis soldados formarán murallas donde se lleguen a estrellar legiones de los enemigos de Nicaragua. Podrá morir el último de mis soldados, que son los soldados de la libertad de Nicaragua, pero antes, más de un batallón de los vuestros, invasor rubio, habrán mordido el polvo de mis agrestes montañas.

No seré Magdalena que de rodillas implore el perdón de mis enemigos, que son los enemigos de Nicaragua, porque creo que nadie tiene derecho en la tierra a ser semidiós. Quiero convencer a los nicaragüenses fríos, a los centroamericanos indiferentes y a la raza indohispana, que en una estribación de la cordillera andina, hay un grupo de patriotas que sabrán luchar y morir como hombres.

Venid, gleba de morfinómanos; venid a asesinarnos en nuestra propia tierra, que yo os espero a pie firme al frente de mis patriotas soldados, sin importarme el número de vosotros; pero tened presente que cuando esto suceda, la destrucción de vuestra grandeza trepidará en el Capitolio de Washington, enrojeciendo con vuestra sangre la esfera blanca que corona vuestra famosa White House, antro donde maquináis vuestros crímenes.

Yo quiero justificar a los gobiernos de Centro América, mayormente al de Honduras, que mi actitud no debe preocuparle, creyendo que porque tengo elementos más que suficientes, invadiría su territorio en actitud bélica para derrocarlo. No. No soy un mercenario sino un patriota que no permite un ultraje a nuestra soberanía.

Deseo que, ya que la naturaleza ha dotado a nuestra patria de riquezas envidiables y nos ha puesto como el punto de reunión del mundo y que ese privilegio natural es el que ha dado lugar a que seamos codiciados hasta el extremo de querernos esclavizar, por lo mismo anhelo romper la ligadura con que nos ha atado el nefasto chamorrismo.

Nuestra joven patria, esa morena tropical, debe ser la que ostente n su cabeza el gorro frigio con el bellísimo lema que simboliza nuestra divisa «Rojo y Negro» y no la violada por aventureros morfinómanos yankees traídos por cuatro esperpentos que dicen haber nacido aquí en mi Patria.

El mundo sería un desequilibrio permitiendo que sólo los Estados Unidos de Norte América sean dueños de nuestro Canal, pues sería tanto como quedar a merced de las decisiones del Coloso del Norte -de quién tendría que ser tributario- los absorbentes de mala fe, que quieren aparecer como dueños sin que justifiquen tal pretensión.

La civilización exige que se abra el Canal de Nicaragua, pero que se haga con capital de todo el mundo y no sea exclusivamente de Norte América, pues por lo menos la mitad del valor de las construcciones deberá ser con capital de la América Latina y la otra mitad de los demás países del mundo que desean tener acciones en dicha empresa, y que los Estados Unidos de Norte América sólo pueden tener los tres millones que les dieron a los traidores Chamorro, Díaz y Cuadra Pasos; y Nicaragua, mi Patria, recibirá los impuestos que en derecho y justicia le corresponden, con lo cual tendríamos suficientes ingresos para cruzar de ferrocarriles todo nuestro territorio y educar a nuestro pueblo en el verdadero ambiente de democracia efectiva, y asimismo seamos respetados y no nos miren con el sangriento desprecio que hoy sufrimos.

Pueblo hermano: al dejar expuestos mis ardientes deseos por la defensa de la Patria, os acojo en mis filas sin distinción de color político, siempre que vuestros componentes vengan bien intencionados, pues tened presente que a todos se puede engañar con el tiempo, pero con el tiempo no se puede engañar a todos.

Mineral de San Albino, Nueva Segovia, Nicaragua, 1 de julio de 1927

Patria y Libertad

A. C. SANDINO
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Tomado de: El pensamiento vivo de Sandino, Casa de las Américas, La Habana, 1980.


 

Acuerdo sobre los traidores a la Patria

14 de noviembre de 1927

Augusto César Sandino, Nicaragua 1895-1934

 

Cuartel General de los Defensores del Derecho Nacional de Nicaragua.

Augusto C. Sandino, General en Jefe del Ejército Defensor de la Soberanía de Nicaragua, en uso de las facultades concedidas por el mismo Ejército y en apoyo de la Constitución Política de su Patria, hace saber a todo el pueblo nicaragüense lo siguiente:

ACUERDO

Son traidores a la Patria

1o.- Todo nicaragüense que con miras políticas traficare con la honra de la Nación, solicitando apoyo oficial de los conquistadores de Nicaragua, así como del gobierno de la Casa Blanca y el que saliere del país como representante del gobierno espurio del traidor Adolfo Díaz.

2o.- El que haya celebrado pactos secretos con el enemigo, ya sea como jefe militar o como jefe civil.

3o.- El que prestare ayuda a los invasores y traidores para asesinar a los patriotas nicaragüenses que están defendiendo la Soberanía Nacional.

4o.- El que subministrare informes, verbalmente o por escrito, declarando contra sus conciudadanos.

5o.- El que solicitare protección de los invasores con el pretexto de defender sus intereses, ya sea nacional o extranjero.

A tales delincuentes les será aplicada la misma pena que la Constitución Política señala para los traidores a la Patria.

Al mismo tiempo hago saber a la sociedad nicaragüense, al pueblo con quien me unen los más estrechos vínculos que me obligan a defender sus derechos, y a los extranjeros radicados el país:

Que siendo el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua una institución perfectamente organizada y disciplinada, dará toda clase de garantías efectivas a nacionales o extranjeros siempre que guarden estricta neutralidad.

Dado en El Chipote, a los catorce días del mes de noviembre del año 1927.

Patria y Libertad. --A.C. Sandino.

 

Tomado de "El pensamiento vivo de Sandino", prólogo, selección y notas de Sergio Ramírez. Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA): San José, 1976.


 

Carta a los gobernantes de América

Augusto César Sandino

Los pobres de la tierra.org

1928


El Chipotón, 4 de agosto de 1928

Señores presidentes:

Por ser los intereses de esos quince pueblos los que más afectados resultarían si se permite a los yankees hacer de Nicaragua, una colonia del Tío Samuel, me tomo la facultad de dirigiros la presente, dictada no por hipócritas y falaces cortesías diplomáticas, sino con la ruda franqueza del soldado.

Los yankees, por un resto de pudor, quieren disfrazarse con el proyecto de construcción de un canal interoceánico a través del territorio nicaragüense, lo que daría por resultado el aislamiento entre las repúblicas indohispanas; los yankees, que no desperdician oportunidad, se aprovecharían del alejamiento de nuestros pueblos para hacer una realidad el sueño que en sus escuelas primarias inculcan a los niños, esto es: que cuando toda la América Latina haya pasado a ser colonia anglosajona, en el cielo de su bandera tendrá una sola estrella.

Por quince meses el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, ante la fría indiferencia de los gobiernos latinoamericanos, y entregado a sus propios recursos y esfuerzos, ha sabido, con honor y brillantez, enfrentarse a las terribles bestias rubias y a la caterva de traidores renegados nicaragüenses que apoyan al invasor en sus siniestros designios.

Durante este tiempo, señores presidentes, vosotros no habéis correspondido al cumplimiento de vuestro deber, porque como representantes que sois de pueblos libres y soberanos, estáis en la obligación de protestar diplomáticamente, o con las armas que el pueblo os ha confiado, si fuere preciso, ante los crímenes sin nombre que el gobierno de la Casa Blanca manda, con sangre fría, a consumar en nuestra desventurada Nicaragua, sin ningún derecho y sin tener más culpa nuestro país que no querer besar el látigo con que le azota, ni el puño del yankee que lo abofetea.

¿Acaso piensan los gobiernos latinoamericanos que los yankees sólo quieren y se contentarían con la conquista de Nicaragua? ¿Acaso a estos gobiernos se les habrá olvidado que de veintiuna repúblicas americanas han perdido ya seis su soberanía? Panamá, Puerto Rico, Cuba, Haití, Santo Domingo y Nicaragua, son las seis desgraciadas repúblicas que perdieron su independencia y que han pasado a ser colonia del imperialismo yankee. Los gobiernos de esos seis pueblos no defienden los intereses colectivos de sus connacionales, porque ellos llegaron al poder, no por la voluntad popular, sino por imposición del imperialismo, y de aquí que quienes ascienden a la presidencia, apoyados por los magnates de Wall Street, defienden los intereses de los banqueros de Norte América. En esos seis desventurados pueblos hispanoamericanos sólo habrá quedado el recuerdo de que fueron independientes y la lejana esperanza de conquistar su libertad mediante el formidable esfuerzo de unos pocos de sus hijos que luchan infatigablemente por sacar a su patria del oprobio en que los renegados la han hundido.

La colonización yankee avanza con rapidez sobre nuestros pueblos, sin encontrar a su paso murallas erizadas de bayonetas, y así cada uno de nuestros países a quien llega su turno, es vencido con pocos esfuerzos por el conquistador, ya que, hasta hoy, cada uno se ha defendido por sí mismo. Si los gobiernos de las naciones que van a la cabeza de la América Latina estuvieran presididas por un Simón Bolívar, un Benito Juárez o un San Martín, otro sería nuestro destino; porque ellos sabrían que cuando la América Central estuviera dominada por los piratas rubios, seguirían en turno México, Colombia, Venezuela, etcétera.

¿Qué sería de México si los yankees lograran sus bastardos designios de colonizar Centro América? El heroico pueblo mexicano nada podría hacer, a pesar de su virilidad, porque estaría de antemano acogotado por la tenaza del Tío Samuel, y el apoyo que esperara recibir de las naciones hermanas no podría llegarle por impedirlo el Canal de Nicaragua y la Base Naval del Golfo de Fonseca; y quedaría sujeto a luchar con el imperio yankee, aislado de los otros pueblos de la América Latina y con sus propios recursos, tal como nos está sucediendo a nosotros ahora.

La célebre doctrina Carranza expresa que México tiene por su posición geográfica, que ser -y en realidad lo es- el centinela avanzado del hispanismo de América. ¿Cuál será la opinión del actual gobierno mexicano respecto a la política que desarrollan los yankees en Centro América? ¿Acaso no habrán comprendido los gobiernos de Iberoamérica que los yankees se burlan de su prudente política adoptada en casos como el de Nicaragua? Es verdad que, por el momento el Brasil, Venezuela y el Perú no tienen problemas de intervención tal como lo manifestaron en la discusión del derecho de intervención en la Conferencia Panamericana celebrada en La Habana en el año actual, por medio de sus representantes; pero si esos gobiernos tuvieran más conciencia de su responsabilidad histórica no esperarían que la conquista hiciera sus estragos en su propio suelo, y acudirían a la defensa de un pueblo hermano que lucha con el valor y la tenacidad que da la desesperación contra un enemigo criminal cien veces mayor y armado de todos los elementos modernos. Los gobiernos que se expresan en horas tan trágicas y culminantes de la historia en los términos en que lo hicieron Brasil, Venezuela, Perú y Cuba, ¿podrán tener mañana autoridad moral suficiente sobre los demás pueblos hermanos? ¿Tendrán derecho a ser oídos?

Hoy es con los pueblos de la América Hispana con quienes hablo. Cuando un gobierno no corresponde a las aspiraciones de sus connacionales, éstos, que le dieron el poder, tienen el derecho de hacerse representar por hombres viriles y con ideas de efectiva democracia, y no por mandones inútiles, faltos de valor moral y de patriotismo, que avergüenzan el orgullo de una raza.

Somos noventa millones de hispanoamericanos y sólo debemos pensar en nuestra unificación y comprender que el imperialismo yankee es el más brutal enemigo que nos amenaza y el único que está propuesto a terminar por medio de la conquista con nuestro honor racial y con la libertad de nuestros pueblos.

Los tiranos no representan a las naciones y a la libertad no se la conquista con flores.

Por eso es que, para formar un Frente Único y contener el avance del conquistador sobre nuestras patrias, debemos principiar por darnos a respetar en nuestra propia casa y no permitir que déspotas sanguinarios como Juan Vicente Gómez y degenerados como Leguía, Machado y otros, nos ridiculicen ante el mundo como lo hicieron en la pantomima de La Habana.

Los hombres dignos de la América Latina debemos imitar a Bolívar, Hidalgo, San Martín, y a los niños mexicanos que el 13 de setiembre de 1847 cayeron acribillados por las balas yankees en Chapultepec, y sucumbieron en defensa de la Patria y de la Raza, antes que aceptar sumisos una vida llena de oprobio y de vergüenza en que nos quiere sumir el imperialismo yankee.

PATRIA Y LIBERTAD

Augusto C. Sandino.


 

Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar

Augusto César Sandino

20 de marzo de 1929
Proyecto Original que el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua presenta a los Representantes de los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos

 

EXORDIO

Variadas y diversas son las teorías para lograr, ya sea un acercamiento, ya una alianza, o ya una Federación, que comprendiendo a las veintiún fracciones de nuestra América integren una sola NACIONALIDAD. Pero nunca como hoy se había hecho tan imperativa y necesaria esa unificación unánimemente anhelada por el pueblo latinoamericano, ni se habían presentado las urgencias, tanto como las facilidades que actualmente existen para tan alto fin históricamente prescrito como obra máxima a realizar por los ciudadanos de la América Latina.

Ya hemos tenido oportunidad de declarar que se "cometió el primer error en nuestra América Indo Latina al no haberla consultado para la apertura del Canal de Panamá: pero todavía podemos evitar un error más con el Canal de Nicaragua."

Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo, y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa independencia frente a las pretensiones del imperialismo de los Estados Unidos de Norteamérica, o frente al de cualquiera otra potencia a cuyos intereses se nos pretenda someter.

Antes de entrar en materia deseo que se me permita bosquejar aquí mismo en qué circunstancias, cómo y por qué concebimos la idea de la necesidad intransferible de efectuar una alianza entre nuestros Estados Latinoamericanos que proponemos en el presente proyecto.

Las condiciones en que se ha venido realizando nuestra lucha armada en Nicaragua contra las fuerzas invasoras norteamericanas y las de sus aliados nos dieron el convencimiento de que nuestra persistente resistencia larga de tres años, podría prolongarse por dos, tres, cuatro, o quién sabe cuántos más, pero que al fin de la jornada, el enemigo, poseedor de todos los elementos y de todos los recursos, habría de anotarse el triunfo, supuesto que en nuestra acción nos hallábamos solos, sin contar con la cooperación imprescindible, oficial o extraoficial, de ningún Gobierno de nuestra América Latina o la de cualquier otro país. Y fue esa visión sombría que nos impelió a idear la forma de evitar que el enemigo pudiera señalarse la victoria. Nuestro pensamiento trabajaba con la insistencia de un reloj, elaborando el panorama optimista de nuestra América triunfadora en el mañana.

Estábamos igualmente compenetrados de que el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica no abandonaría jamás sus impulsos para, atropellando la soberanía centroamericana, poder realizar sus ambiciosos proyectos en esa porción de nuestra América, proyectos de los que en gran parte depende el mantenimiento futuro del poderío norteamericano, aunque para ello tenga que pasar destruyendo una civilización y sacrificando innumerables vidas humanas.

De otro lado, Centroamérica aislada, menos aún Nicaragua, abandonada, contando sólo con la angustia y el dolor solidario del pueblo latinoamericano, podrían evitar el que la voracidad imperialista construya el Canal Interoceánico y establezca la base naval proyectados, desgarrando tierras centroamericanas. Al propio tiempo teníamos la clara visión de que el silencio con que los Gobiernos de la América Latina contemplaban la tragedia centroamericana, implicaba su aprobación tácita de la actitud agresiva e insolente asumida por los Estados Unidos de Norteamérica, en contra de una vasta porción de este continente, agresión que significa a la vez la norma colectiva del derecho a la propia determinación de los Estados Latinoamericanos.

Obrando bajo el influjo de estas consideraciones llegamos a comprender la necesidad absoluta de que el intenso drama vivido por las madres, esposas y huérfanos centroamericanos, despojados de sus seres más queridos en los campos de batalla de las Segovias por los soldados del imperialismo norteamericano, no fue estéril, tampoco defraudada, antes bien, se aprovechara para el afianzamiento de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, rechazando cuantos tratados, pactos o convenios se hayan celebrado con pretensiones de legalidad que lesionen, en una u otra parte, la soberanía absoluta tanto de Nicaragua como de los demás Estados Latinoamericanos. Para lograrlo, nada más lógico, nada más decisivo ni vital, que la fusión de los veintiún Estados de nuestra América en una sola y única nacionalidad latinoamericana, de modo de poder considerar dentro de ella, como consecuencia inmediata, los derechos sobre la ruta del Canal Interoceánico por territorio centroamericano y sobre el Golfo de Fonseca, en aguas también centroamericanas, así como aquellas otras zonas encerradas en la vasta extensión territorial que limitan el Río Bravo al Norte y el Estrecho de Magallanes al Sur, comprendidas las islas de estirpe latinoamericana, posibles de ser utilizadas, ya sea como puntos estratégicos, ya como vías de comunicación de interés común para la generalidad de los Estados Latinoamericanos. Empero, unidos a estos graves problemas que afectan la estabilidad autónoma de los Estados Latinoamericanos, lo que nos interesa salvar sin más dilaciones, son la base naval en el Golfo de Fonseca y la ruta del Canal Interoceánico a través de Nicaragua, lugares que en un día no remoto llegarán a constituir tanto el imán como la llave del mundo y, por consiguiente, de hallarse bajo la soberanía latinoamericana, serán un baluarte para la defensa de su independencia sin limitaciones y una válvula maravillosa para el desarrollo de su progreso material y espiritual rotundos.

Por ello, el proyecto de que conocerá esta magna asamblea, afronta la solución de los problemas planteados en los siguientes PUNTOS BÁSICOS.

 

PROYECTO

1) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara abolida la doctrina Monroe y, de consiguiente, anula el vigor que dicha doctrina pretende poseer para inmiscuirse en la política interna y externa de los Estados Latinoamericanos.

2) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara expresamente reconocido el derecho de alianza que asiste a los veintiún Estados de la América Latina Continental e Insular, y por ende, establecida una sola NACIONALIDAD denominada NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, haciéndose de ese modo efectiva la ciudadanía latinoamericana.

3) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana declara acordar el establecimiento de conferencias periódicas de representantes exclusivos de los veintiún Estados de la Nacionalidad Latinoamericana, sin tener ingerencia de ningún género en ellas otra u otras nacionalidades.

4) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana declara constituida la Corte de Justicia Latinoamericana, organismo que resolverá en última instancia sobre todos los problemas que afecten o puedan afectar en cualquier forma a los Estados Latinoamericanos y en los que la denominada Doctrina Monroe, ha pretendido ejercer su influencia.

5) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA resuelve que la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA tenga como sede el territorio centroamericano comprendido entre la ruta canalera interoceánica a través de Nicaragua y la Base Naval que pueda establecerse en el Golfo de Fonseca, sin implicar esto un privilegio especial para los Estados Centroamericanos, ya que al señalar tal reglón de nuestro América como asiento de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, se persigue demostrar ante el mundo la vigilancia ejercida por los veintiún Estados Latinoamericanos en conjunto sobre aquella porción geográfica que en este caso es, como ninguna otra porción, punto estratégico para la defensa de la Soberanía integral de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA.

6) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados Integrantes de La Nacionalidad Latinoamericana declara reconocer como Suprema y única autoridad arbitral, a la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA en los casos de reclamaciones, litigios de límites y toda otra causa que en una u otra forma, afecte o pueda afectar la estrecha y sólida armonía que debe normar las relaciones de los veintiún Estados Latinoamericanos.

7) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda proceder a la inmediata organización de un EJÉRCITO compuesto por CINCO MIL DOSCIENTOS CINCUENTA ciudadanos pertenecientes a la clase estudiantil, entre los dieciocho y los veinticinco años de edad, contando con Profesores de Derecho y Ciencias Sociales. Estos Profesores, así como la totalidad de los componentes del citado ejército, deberán ser físicamente aptos para el servicio militar. Requisito indispensable para poder pertenecer al Ejército propuesto es el de poseer la CIUDADANÍA LATINOAMERICANA.

Este Ejército no constituye el efectivo de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, sino que la Base fundamental de los efectivos con que habrá de contar la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA para la defensa y el sostenimiento de su Soberanía.

La Base del efectivo de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA constituye al propio tiempo una Representación simbólica del acuerdo existente entre los veintiún Estados Latinoamericanos, así como de su decisión por cooperar conjuntamente a la defensa de los intereses de la propia NACIONALIDAD LATINOAMERICANA.

8) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana, acuerda que cada uno de los veintiún Estados ante ella acreditados proporcione DOSCIENTOS CINCUENTA CIUDADANOS para la constitución del aludido Ejército.

9) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda que cada uno de sus Gobiernos mandantes aporte de sus Tesoros Públicos una cantidad fija y proporcional para el sostenimiento de la Base del efectivo de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA.

10) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda investir al ciudadano Presidente de la Corte de Justicia Latinoamericana con el carácter de Comandante en Jefe de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA.

11) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA aprueba que el período de duración de las funciones del ciudadano Presidente de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, así como el Comandante en Jefe de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, sea de SEIS años, en la inteligencia de que por acuerdo expreso de los Representantes de los veintiún Estados Latinoamericanos ante la Corte de JUSTICIA LATINOAMERICANA, su mandato podrá ser revocado en caso de constituir su permanencia en tal alto cargo una amenaza para la buena marcha de las funciones que se tiene encomendados ese Tribunal Máximo.

12) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, acuerda que la elección de Presidente de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, se efectuará en el orden siguiente: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

13) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA estatuye que la elección de Presidente de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, Comandante en jefe inmediato de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, será efectuada exclusivamente por los ciudadanos del Estado al cual corresponda designar el funcionario aludido en consideración a que son los ciudadanos Latinoamericanos de cada Estado, quienes se hallan más capacitados para conocer de las virtudes públicas y privadas del ciudadano a quien les toque elegir para tan alto cargo.

14) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, inviste a los Representantes de los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos ante la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, del derecho de veto en caso de que la aceptación en el seno de este alto Tribunal del Presidente electo, implicara algún daño o perjuicio para la mejor realización de sus fines.

15) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, acuerda que la elección de los DOSCIENTOS CINCUENTA ciudadanos que habrán de representar a cada uno de dichos Estados en el seno de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA se efectúe mediante la realización de concursos especiales convocarlos para el efecto por los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos. Los DOSCIENTOS CINCUENTA ESTUDIANTES que en cada Estado resulten vencedores en los concursos, comprobando así sus aptitudes físicas e intelectuales serán los que cada uno de los veintiún Estados envíe como auténticos representantes suyos ante las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA.

16) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, acuerda que cada uno de los Gobiernos mandantes nombre un número determinado de Profesores de Derecho y Ciencias Sociales para ejercer sus funciones de tales de conformidad con el punto básico 7.

Los DOSCIENTOS CINCUENTA ciudadanos vencedores en los concursos de cada Estado serán quienes elijan de entre los componentes del Cuerpo de Profesores de su propio Estado, a aquel que habrá de representar a éste en el seno de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA.

17) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara que una de las obligaciones fundamentales tanto de los componentes de la Corte de Justicia Latinoamericana como de los miembros de las FUERZAS de MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, es la de rendir un informe detallado de sus actividades durante el período de su gestión ante las Conferencias de Representantes de los veintiún Estados Latinoamericanos que esta propia conferencia ha acordado deben realizarse periódica e intransferiblemente.

18) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda que tanto los componentes de la Corte de Justicia Latinoamericana como los de las Fuerzas de Mar y Tierra de la Alianza Latinoamericana, protestarán ante la Conferencia de Representantes de los veintiún Estados Latinoamericanos fidelidad a los principios constitutivos de la Nacionalidad Latinoamericana y a la Ley Orgánica y Reglamentos estatuidos para su funcionamiento comprometiéndose a velar y hacer velar con lealtad absoluta por la conservación de la Soberanía e independencia inalienables de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, cuya confianza le ha sido depositada.

19) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda que los grados y títulos otorgados por las fuerzas de Mar y Tierra de la Alianza latinoamericana a sus componentes serán reconocidos en todos y cada uno de los Estados Latinoamericanos en la plenitud de su validez.

20) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda que cada uno de los Gobiernos de los respectivos Estados ante ella acreditados, acepta la permanencia de un miembro de las Fuerzas de Mar y Tierra de la Alianza Latino americana, en sus Estados Mayores, patentizando así con una prueba más la vinculación existente entre cada uno de los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos y las Fuerzas de la Alianza Latinoamericana.

21) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana, prescribe que a todos los componentes de las Fuerzas de Mar y Tierra de la Alianza Latinoamericana les está terminantemente prohibido, desde el día de su ingreso a dicho organismo, pertenecer a Partido Político alguno y desarrollar actividades de tal naturaleza dentro o fuera de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA.

22) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda facultar al Presidente de la Corte de Justicia Latinoamericana y Comandante de las Fuerzas de Mar y Tierra de la Alianza Latinoamericana para que pueda proponer a los Gobiernos de los veintiún Estados los Diplomáticos, técnicos en política internacional y expertos cuya capacidad haya sido prácticamente comprobada en los organismos señalados.

23) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA designa una COMISIÓN encargada de elaborar la LEY ORGÁNICA Y REGLAMENTOS que habrán de regir el funcionamiento, tanto de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA COMO DE LAS FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, poniéndolas en vigor previa su aprobación por los representantes de los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos.

24) La Conferencia de los Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana declara que la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, así como las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA, reconocen y se esforzarán por mantener la soberanía absoluta de los veintiún Estados Latinoamericanos y que las gestiones que efectúen en uso de sus atribuciones no entrañan limitación a la Soberanía de ninguno de los Estados Latinoamericanos, ya que lo que pudiera considerarse como limitación a la expresada Soberanía absoluta se hace de acuerdo con el principio de NACIONALIDAD LATINOAMERICANA para formar la cual todos y cada uno de los Estados Latinoamericanos conceden a esta idea de defensa y bienestar comunes todo aquello que, sin lesionar en caso alguno las normas de la vida interior de cada Estado, tienda a robustecer y afianzar dicha NACIONALIDAD LATINOAMERICANA.

25) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara que en caso de guerra civil suscitada en cualquiera de los Estados signatarios del Pacto de Alianza, corresponde el derecho a las partes beligerantes para solicitar, si lo creyeran conveniente, contingentes armados de las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA; contingentes que, dado su carácter neutral, constituirán una garantía efectiva para todos aquellos que, siempre de existir una razón que lo justifique ante el concepto de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, se desee poner fuera del dominio de las partes beligerantes.

26) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara terminantemente que la única capacitada para realizar las obras de apertura del Canal y la construcción de una Base Naval en el Golfo de Fonseca, en territorio Centroamericano, así como toda otra obra que implique una utilidad común para los veintiún Estados Latinoamericanos, es la Nacionalidad Latinoamericana en su provecho directo y sin comprometer en lo mínimo la Soberanía plena de algún o algunos Estados signatarios del Pacto de Alianza.

27) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana aclara que si el desarrollo material y los recursos económicos actuales no son por el momento suficientes para realizar la apertura de la vía de comunicación interoceánica por territorio centroamericano y el establecimiento de una Base Naval en el Golfo de Fonseca o en cualquier otro lugar estratégico para la defensa de la soberanía e Independencia de la Nacionalidad Latinoamericana, los Estados signatarios del pacto de ALIANZA, se reservarán la totalidad de los derechos para la construcción o establecimiento de las obras aludidas, comprometiéndose a que en ningún caso la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA permitirá la enajenación, venta, cesión o arrendamiento de las obras en cuestión o de otras cualesquiera que comprometan la estabilidad de la Soberanía e independencia latinoamericanas a potencia o potencias extrañas a la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA.

28) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda que al efectuarse cualquiera de las obras, ya sea el Canal Interoceánico, ya la Base Naval, la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA se compromete a exigir que la empresa o empresas encomendadas de dar realidad a tales obras, indemnicen a las ciudades de los Estados afectados si al efectuarse aquellas, sufrieren estos en sus vidas e intereses.

29) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda que, en los casos de agresión por una o varias potencias contra uno o varios Estados de la Nacionalidad Latinoamericana, los Estados Latinoamericanos procederán unánimemente a expresar su protesta oficial contra la o las potencias agresoras bajo la amenaza de que efectuarán el retiro inmediato o conjunto de sus representantes Diplomáticos.

30) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA aprueba que si después de producidas las representaciones de que habla el punto BÁSICO anterior, no se lograra la satisfacción exigida a la o las potencias agresoras, los Gobiernos de los veintiún Estados Latinoamericanos, procederán a la confiscación automática de los intereses e inversiones que la o las potencias agresoras tuvieren dentro de los límites de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, sosteniendo con el producto de tal expropiación la guerra a que diere lugar la agresión de la o las potencias extranjeras.

31) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara que los Gobiernos de los veintiún Estados usará para la defensa de la Soberanía Latinoamericana, en el caso de que un conflicto internacional no amerite el rompimiento de las hostilidades, el boicot económico contra la o las potencias que originaran la fricción cancelando tanto la adquisición como la venta de productos con la o las potencias que provocasen el empleo de esta medida.

32) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda adoptar como medida inmediata posterior a la firma del PACTO DE ALIANZA la Constitución de un Comité de Banqueros Latinoamericanos, oficialmente respaldado, que tenga por objeto elaborar y realizar el plan por medio del cual la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA logre, con fondos propios, cancelar los contratos que existan entre los Estados Latinoamericanos y los Estados Unidos de Norteamérica, haciéndose cargo dicho Comité de Banqueros de la construcción de obras, materiales y vías de comunicación y transporte, así como de la flotación de empréstitos que en virtud de los tratados ya existentes entre los Estados Latinoamericanos y los Estados Unidos de Norteamérica, los Gobiernos de los primeros necesitasen.

33) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda que la Nacionalidad Latinoamericana use de todos los medios Diplomáticos y pacíficos que las circunstancias aconsejen a fin de adquirir, por intermedio del Comité de Banqueros Latinoamericanos los derechos que pretenden mantener bajo el dominio de los EEUU., al canal de Panamá, quedando éste como consecuencia bajo el Dominio de la Soberanía absoluta de la Nacionalidad Latinoamericana.

34) La Conferencia de los Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA encomiendan a la Corte de Justicia Latinoamericana la misión de realizar una investigación minuciosa en los Estados de Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Haití, Panamá, México, Honduras y Nicaragua, acerca de las pérdidas de vidas e intereses sufridos por ciudadanos Latinoamericanos en los mencionados Estados durante las ocupaciones e invasiones ordenadas por los diversos Gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica.

35) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA resuelve que de acuerdo con el informe que rinda la Corte de Justicia Latinoamericana, la Nacionalidad Latinoamericana proceda a exigir la desocupación inmediata y total de los Estados que se hallen intervenidos, recuperándose automáticamente las porciones territoriales empleadas por los Estados Unidos de Norteamérica como Bases Navales, centros de aprovisionamientos o en otras obras utilizadas para posibles agresiones y que entrañen menoscabo de la Soberanía de los Estados Latinoamericanos.

36) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA declara que ni la Corte de Justicia Latinoamericana ni ningún Estado en particular tomarán en consideración al realizar la investigación antes dicha la pretendida responsabilidad contraída por los Estados Latinoamericanos con el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica al defender aquellos, en el curso o durante las ocupaciones e invasiones efectuadas por las tropas de los Estados Unidos de Norteamérica, soberanías atropelladas, ya que las pérdidas de vidas e intereses norteamericanos, como consecuencia de tales agresiones, constituyen simplemente resultantes del ejercicio del derecho de defensa, inherente a todo pueblo agredido.

37) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, acuerda adoptar las medidas conducentes a que el ingreso de ciudadanos de los Estados Unidos de Norteamérica en territorio Latinoamericano, no entrañe por ningún motivo una amenaza a los intereses de cualquier género de la Nacionalidad Latinoamericana, evitando asimismo que el Capital financiero norteamericano penetre en los Estados Latinoamericanos en forma de inversiones, o en otras formas distintas, liquidando de este modo el empleo por el Gobierno yanqui del socorrido recurso de "proteger las vidas e intereses de norteamericanos" para violar la Soberanía de los Estados Latinoamericanos.

38) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda realizar la unificación de las tarifas aduanales de los veintiún Estados, efectuando además, sobre el arancel ya unificado, un descuento del 25% para las exportaciones e importaciones de los productos de los veintiún Estados en los mercados de la Nacionalidad Latinoamericana. Las expresiones de cultura, libros, revistas, cuadros y demás obras necesarias para el desarrollo de las ciencias y artes gozarán de la más absoluta franquicia en los veintiún Estados Latinoamericanos.

39) La Conferencia de los Representantes de los veintiún Estados integrantes de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA acuerda que los Gobiernos de ella acreditados efectúen un intercambio metódico de estudiantes de Ciencias Económicas y Sociales de los veintiún Estados Latinoamericanos de modo que cada uno de éstos cree las becas correspondientes a determinado número de estudiantes para cada Estado.

40) La Conferencia de los Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda que los Gobiernos ante ella acreditados fomenten de manera especial el turismo latinoamericano de manera de promover el acercamiento y mutuo conocimiento entre los ciudadanos de los veintiún Estados Latinoamericanos, concediéndoseles a los turistas, entre otras ventajas, una rebaja del 10% en los ferrocarriles, vapores y aviones y demás medios de comunicación y transporte que existan o se establezcan en los veintiún Estados de nuestra América.

41) La Conferencia de los Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana acuerda nombrar una Comisión especial con el fin de que ésta elabore las Bases y convoque los concursos a que hubiere lugar para dar oportunidad así a que los intelectuales y cientistas latinoamericanos sean quienes presenten las fórmulas sobre las cuales deberá constituirse el Comité de Banqueros Latinoamericanos, la manera mejor de promover el mutuo conocimiento entre los veintiún Estados Latinoamericanos, el modo de reincorporar el Canal de Panamá a la Nacionalidad Latinoamericana y, en general, elaborar las bases especiales sobre cada una de las iniciativas encerradas en este PROYECTO y que las necesiten.

42) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana proclama reconocer bajo la denominación de BANDERA DE LA NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, la que en la misma Conferencia tiene la honra de presentar el EJERCITO DEFENSOR DE LA SOBERANÍA NACIONAL DE NICARAGUA. Ella expresa en un armonioso conjunto de colores el símbolo de la fusión de cada una de las enseñas de los veintiún Estados Latinoamericanos hoy congregados en una sola, fuerte y gloriosa Nacionalidad.

43) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana adopta como lema oficial de la ALIANZA LATINOAMERICANA encargada en la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA y en las FUERZAS DE MAR Y TIERRA DE LA ALIANZA LATINOAMERICANA aquel que interpretando el fecundo destino de la nacionalidad que insurge en la historia del mundo marcando nuevos derroteros, adoptara la vibrante nueva generación mexicana, como lema de hondas inquietudes creadoras: "POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU".

44) La Conferencia de Representantes de los veintiún Estados integrantes de la Nacionalidad Latinoamericana, que reúne en fraternal acercamiento a los Gobiernos y pueblos de los veintiún Estados, aclara como denominación del lugar en que habrá de tener su Sede la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, la de SIMÓN BOLÍVAR, elevando asimismo como un homenaje de admiración al recuerdo de este egregio realizador de la independencia Latinoamericana, en el Salón de Honor de la CORTE DE JUSTICIA LATINOAMERICANA, un monumento coronado por la prócer figura del máximo forjador de pueblos libres.

CONCLUSIÓN

Ciudadanos Representantes de los veintiún Estados Latinoamericanos:

Al dejar expuesto el PROYECTO original que el Ejército defensor de la Soberanía de Nicaragua presenta ante esta magna asamblea con el alto propósito de realizar La alianza de inaplazables urgencias entre los veintiún Estados dispersos de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA, nos hallamos plenamente conscientes de la enorme responsabilidad histórica que contraemos con nuestra América y con el Mundo. Por ello, no hemos intentado la exposición de un plan fantasioso y aventurado, sino que, interpretando nuestra realidad, nos hemos esforzado por hacer de este PROYECTO alto, efectivo y capaz de afrontar la solución de nuestros problemas más inmediatos afrontando antes que nada la necesidad imperativa de realizar la unánimemente ansiada ALIANZA LATINOAMERICANA, a la que sólo pueden oponerse teorías de un lamentable escepticismo y de escaso alcance en la política interna y exterior de nuestros Estados.

Afirmados en la realidad, proponemos una ALIANZA y no una CONFEDERACIÓN de los veintiún Estados de nuestra América. Comprendemos que para llegar a este gran fin precisa, primero que nada, la fundamentación de una Base elemental que la ALIANZA presentará. Esta no es, pues, la culminación de nuestras aspiraciones. Constituye únicamente el primer paso en firme para otros venideros y fecundos esfuerzos de nuestra NACIONALIDAD.

Quizá los hombres poseedores de ideas avanzadas y universales, pensarán en que nuestros anhelos encontraron fronteras en la extensión geográfica limitada por el Río Bravo al Norte y el Estrecho de Magallanes en el Sur de nuestra América. Pero mediten ellos en la necesidad vital que tiene nuestra América Latina de realizar una ALIANZA, previa a una CONFEDERACIÓN de los veintiún Estados que la integran, asegurando de este modo nuestra libertad y nuestra Soberanía interiores amenazadas por el más voraz de los imperialismos, para cumplir seguidamente con el gran destino de la NACIONALIDAD LATINOAMERICANA ya culminada, como tierra de promisión para los hombres de todos los pueblos y de todas las razas.

El Chipotón, Las Segovias, Nicaragua, C. A., a los veinte días del mes de marzo de mil novecientos veintinueve.

PATRIA Y LIBERTAD

A. C. Sandino 


 

Manifiesto "Luz y Verdad"

15 de febrero de 1931

Augusto César Sandino, Nicaragua 1895-1934

 

Luz y Verdad

Manifiesto a los miembros de nuestro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua

Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio y así lo será hasta su fin.

Ese mismo impulso pide en Justicia de que todos nuestros hermanos miembros de este Ejército, principien a conocer en su propia Luz y Verdad, de las leyes que rigen el Universo.

Pues bien hermanos:

Todos vosotros presentís una fuerza superior a si mismos y a todas las otras fuerzas del Universo. Esa fuerza invisible tiene muchos nombres, pero nosotros lo hemos conocido con el nombre de Dios.

Seguramente de que entre vosotros hay muchos quienes han querido encontrar la oportunidad de quien les explique esas cosas tan hermosas.

Pues bien hermanos:

Lo que existió en el Universo, antes de las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter como sustancia única y primera de la Naturaleza ( materia ). Pero antes del éter, que todo lo llena en el Universo, existió una gran voluntad; es decir, un gran deseo de Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de Amor.

Por lo explicado se deja ver que el principio de todas las cosas es el Amor: o sea Dios. También se le puede llamar Padre Creador del Universo. La única hija del Amor, es la Justicia Divina.

La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el Universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber comprendido su espíritu.

Pero la incomprensión de los hombres, solamente es un tránsito de la vida universal: y cuando la mayoría de la humanidad conozca de que vive por el Espíritu, se acabará para siempre la injusticia y solamente podrá reinar la Justicia Divina: única hija del Amor.

Pues bien hermanos:

Muchas veces habréis oído hablar de un Juicio Final del mundo.

Por Juicio Final del mundo se debe comprender la destrucción de la injusticia sobre la tierra y reinar el Espíritu de Luz y Verdad, o sea el Amor.

También habréis oído decir que en este siglo veinte, o sea el Siglo de las Luces es la época de que estaba profetizado el Juicio Final del Mundo.

Pues bien hermanos:

El siglo en cuestión se compone de cien años y ya vamos corriendo sobre los primeros treinta y uno; lo que quiere decir que esa hecatombe anunciada deberá de quedar definida en estos últimos 69 años que faltan.

No es cierto que San Vicente tenga que venir a tocar trompeta, ni es cierto de que la tierra vaya a estallar y que después se hundiría; No.

Lo que ocurrirá es lo siguiente:

Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra.

Las trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos de la libertad de los pueblos oprimidos contra de la injusticia de los opresores.

La única que quedará hundida para siempre es la injusticia; y quedará el reino de la Perfección, el Amor; con su hija predilecta la Justicia Divina.

Cábenos la honra hermanos: de que hemos sido en Nicaragua los escogidos por la Justicia Divina, a principiar el juicio de la injusticia sobre la tierra. no temás mis queridos hermanos; y estad seguros, muy seguros y bien seguros de que muy luego tendremos nuestro triunfo definitivo en Nicaragua, con lo que quedará prendida la mecha de la "Explosión Proletaria" contra los imperialistas de la tierra. Sinceramente vuestro hermano.

Cuartel General del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.

El Chipotón, Las Segovias, Nic. C.A.

Febrero de 1931, 15 Feb.

Patria y Libertad

A.C. Sandino

(un sello)


 

Relato (4 de agosto de 1932)

Augusto César Sandino

Nicaragua, 1895-1934.

Los pobres de la tierra.org

 

Nicaragua será libre solamente a balazos y a costa de nuestra propia sangre, hemos dicho, y esa bola de canallas políticos que se disputan el látigo del invasor, por su culpa quedarán anulados en un futuro no muy lejano y el pueblo tomará las riendas del Poder Nacional.

El suscrito y su Ejército, son solamente la natural consecuencia de la descabellada y criminal política internacional de Norteamérica en Nicaragua, y aun en detrimento del mismo pueblo yanqui; nosotros hemos sido provocados en nuestros propio país, por lo que no somos responsables en nada.
Creo oportuno manifestar que: nací en un pueblecillo del Departamento de Masaya, el 18 de mayo de 1895; crecí en privaciones hasta de lo más indispensable, y nunca me imaginé asumir, en el nombre del pueblo nicaragüense, la actitud en que nos encontramos; hasta que, en vista de los abusos de Norteamérica en Nicaragua, partí de Tampico, Méx., el 18 de mayo de 1926, -en donde me encontraba prestando mis servicios materiales a la compañía yanqui-, para ingresar al Ejército Constitucionalista de Nicaragua, que combatía contra el régimen impuesto por los banqueros yanquis en nuestra República.

Cuando partí de México a estas privilegiadas tierras, aún ignoraba todavía mi espíritu la terrible y pesada tarea que me esperaba. Los acontecimientos me fueron dando la clave de la actitud que debería asumir como hijo legítimo de Nicaragua y en representación del mismo espíritu de nuestro pueblo, ante la claudicación y cobardía de nuestros directores políticos.

Mi buena fe, mi sencillez de obrero y mi corazón de patriota, recibieron la primera sorpresa política, cuando después de haber librado algunos combates contra los intervencionistas en Las Segovias, me dirigí en solicitud de armas a Puerto Cabezas, donde estaba nuestro Gobierno Constitucional, el del doctor Juan Bautista Sacasa. Hablé con el mencionado doctor, y me dijeron que consultarían mi caso con el general Moncada. Este se negó rotundamente y permanecí en aquel puerto cuarenta días en aplazamientos, pues los ministros de Sacasa estaban llenos de ambiciones presidenciales. Por un tercero supe que estaban tratando de enviar la expedición a Las Segovias, al mando de un general Adrián Espinoza, y que me propondrían que acompañase al mencionado general siempre que yo aceptase hacer propaganda por el candidato que se me indicara. En eso sucedió que el 24 de diciembre de 1926 los piratas norteamericanos obligaron a Sacasa a que los militares y elementos bélicos, salieran de aquel puerto en el término de 24 horas; Sacasa no pudo sacar el armamento y los piratas lo hundieron en el mar. La Guardia de Honor de Sacasa salió desorganizada para Prinzapolka, unos por agua y otros por tierra, quedando Sacasa y sus ministros encerrados en un círculo de casas de campaña del ejército yanqui que lo sitió. Yo salí con seis ayudantes atrás de la Guardia de Sacasa y conmigo iba un grupo de muchachas de amores libres, ayudándonos a sacar hasta la distancia impuesta por los invasores, rifles y parque, que fueron en número de 30 rifles y siete mil cartuchos. La flojera de nuestros directores políticos llegó hasta lo inesperado y fue entonces cuando comprendí que los hijos del pueblo estábamos sin directores y que hacían falta hombres nuevos.

Llegué a Prinzapolka y hablé con Moncada, quien me recibió desdeñosamente, ordenándome entregar las armas a un tal general Eliseo Duarte, por lo que dispuse mi rápido regreso a Las Segovias. Pero sucedió que llegaron los doctores Arturo Vaca y Onofre Sandoval, quienes gestionaron con Moncada que se me dieran los treinta rifles y los siete mil cartuchos que yo mismo había llevado a lo que accedió Moncada despectivamente.

Cuando regresé el 2 de febrero de 1927 a Las Segovias, me encontré con que en esos días los conservadores habían destruido en Chinandega a las fuerzas al mando del general Francisco Parajón y que éste y sus jefes, se habían refugiado en la República de El Salvador.

Los hombres segovianos me esperaban llenos de entusiasmo en la zona de El Chipote y en sus manos puse aquellos treinta rifles y siete mil cartuchos, los que, dos días después, utilizamos en el primer triunfo que tuvimos en San Juan, Segovia. Por consunción, el enemigo abandonó la plaza de Ocotal y fue ocupada por nosotros. Allí me encontró el general Camilo López Irías, quien estaba empeñado en reunir las fuerzas dispersas que abandonó el general Parajón en Chinandega.

Convinimos con López Irías que él pasaría a ocupar Estelí, que también estaba abandonado por el enemigo, y que yo con mi gente tomaríamos a balazos la plaza de Jinotega.

En Ocotal dejamos fuerzas militares y autoridades civiles.

López Irías logró acrecentar rápidamente su columna y pocos días después, en el lugar denominado "Chagüitillo" sorprendió al enemigo, quitándole un valioso tren de guerra, que duró poco en su poder por habérselo vuelto a arrebatar el enemigo, con creces, al extremo de que lo desorganizó y lo hizo huir a Honduras.

El enemigo ocupaba las plazas de Estelí y Jinotega y no había columnas organizadas del liberalismo ni en Occidente ni en los departamentos del Norte, a excepción de mi columna segoviana que se encontraba impertérrita en San Rafael del Norte; no obstante que un tal general Carlos Vargas, perteneciente a la columna de López Irías, me aconsejaba huir de aquellos lugares porque estábamos rodeados del enemigo. Vargas venía derrotado y acobardado junto con su jefe aún cuando había visto el heroísmo con que combatieron mis muchachos de una caballería que mandé en su protección, quienes derrotaron al enemigo por su flanco y le arrebataron provisiones y parque.

El enemigo se vio libre en todo el interior y acumuló gran parte de sus fuerzas sobre de las nuestras que venían del Atlántico, al mando de los generales Luis Beltrán Sandoval, José María Moncada y otros jefes constitucionalistas.

Aquellos días eran de desesperación para el Ejército Liberal; me escribió Moncada, pero firmó Luis Beltrán Sandoval, desde "Tierra Azul", ordenándome reconcentrarme con las fuerzas a mi mando, al lugar en que ellos se encontraban, porque de lo contrario me harían responsable del fracaso del Ejército Liberal. (Esta famosa nota se encuentra en mi poder y en aquellos días era secretario de Moncada, el general Heberto Correa, quien puede saber algo a este respecto).

Por mi parte hubiera volado para salvar a Moncada y sus hombres de la desesperación en que se encontraban, pero mi columna era relativamente pequeña y peleábamos casi a diario. Sin embargo, mandé 150 hombres chipoteños al mando de los coroneles Simón Cantarero y Pompilio Reyes, quienes iban desarmados, custodiados por 8 rifles mal equipados y con instrucciones de ponerse a las órdenes del general Moncada y de esperar mi llegada a reunirme con ellos. La fuerza salió y en la misma noche marchó de Yucapuca, a la toma de Jinotega, y a las cinco de la mañana teníamos rodeada aquella plaza, que con la blancura de sus paredes envueltas todas en una sábana de neblina blanca y con sus lucecillas pálidas que recibían los primeros rayos de la luz del día, nos detuvo por un instante la dulce calma en que dormía; pocos minutos más tarde se entabló el sangriento combate que terminó a las cinco de la tarde con el triunfo de nuestras armas libertadoras, avanzándole al enemigo todo el elemento de guerra de que disponía en aquella plaza.

El ejército enemigo había llegado a sentir terror por nuestra columna, pues las mesetas del "Yucapuca" y del "Saraguasca", estaban sembradas de cadáveres habidos en los combates anteriores.

Nuestra columna segoviana la integraban ahora 800 hombres de caballería muy bien equipados y nuestro pabellón rojo y negro, majestuoso, se levantaba en aquellas agrestes y frías colinas.

Los 150 hombres fueron quienes salvaron el tren de guerra de Moncada, que estuvo a punto de caer en poder del enemigo. Mientras tanto el general López Irías desapareció totalmente de Las Segovias, y en esos mismos días supimos que el general Parajón trataba de reorganizarse en Occidente; inmediatamente mandamos una nota desde Jinotega al mencionado general, invitándole a que pasara con su gente a Jinotega, para que juntos cooperáramos a la salvación de Moncada.

Mi carta llegó al poder de Parajón y en la primer quincena de abril de aquel año de 1927, llegó con sus fuerzas a Jinotega, lugar en que le recibimos con marchas triunfales, y por la noche dimos un concierto en su honor, en el parque de aquella ciudad.

El día siguiente, dejamos a Parajón en posesión de la plaza de Jinotega, marché con mis 800 hombres de caballería, a libertar a Moncada, quien había abandonado hasta los cañones, dado el empuje abrumador del enemigo.

En el recorrido que hicimos de Jinotega a "Las Mercedes", lugar en que hallamos a Moncada, tuvimos dos ligeros encuentros en San Ramón y Samulalí.

En Jinotega se reunieron después de mi partida, los generales Parajón, Castro Wassmer y López Irías, formando una sola columna con la que me seguían de cerca.

Una tarde de la última quincena de abril, llegamos a "El Bejuco", en donde hizo alto la cabeza de nuestra caballería pues encontrábamos señales positivas de que el enemigo estaba a corta distancia.

Efectivamente, teníamos al enemigo al frente y toda nuestra caballería tomó posiciones; al instante ordené al coronel Porfirio Sánchez H., que con 50 hombres de caballería descubriera al enemigo; al mismo tiempo manifesté a los generales Parajón, Castro Wassmer y López Irías, la conveniencia de que sus fuerzas se tendieran en línea de fuego, lo que hicieron al instante.

Diez minutos después se trabó entre nuestra caballería y el enemigo un ruidoso combate en el que participaron gran cantidad de ametralladoras del enemigo. Acto continuo, ordené al coronel Ignacio Talavera, jefe de la primera compañía de nuestra caballería, que con las fuerzas a su mando protegiera al coronel Porfirio Sánchez H. Esperé la llegada de los generales Parajón, Castro Wassmer y López Irías, quienes llegaron a mi presencia solamente con sus ayudantes. Hice sentir a ellos mi opinión, a la vez que mi propósito de ir en persona con mis 150 muchachos. Los generales mencionados quedaron en el lugar que me encontraron y yo marché.

A poca distancia de haber caminado entre montañuelas, me encontré con mi gente llena de entusiasmo, por haber capturado el cuartel general del enemigo que afligía a Moncada. Avanzamos al Hospital de Sangre y encontramos muchos heridos, quienes nos informaron que los jefes de aquella fuerza enemiga, eran los generales conservadores, a saber: Bartolomé Víquez, Marcos Potozme, Carlos Chamorro Chamorro, Benavente, Baquedano, Alfredo Noguera Gómez y otros que no recuerdo por el momento. Avanzamos un valioso botín de guerra, consistente en varios miles de rifles y muchos millones de cartuchos. La fuerza de Castro Wassmer, aprovechó para acabarse de equipar hasta por demás.

La noche entró; al amanecer descubrimos unas banderitas rojas que flameaban en el picacho de un cerro y con cien hombres fui a descubrirlas de cerca, pero antes de llegar nos encontramos con tres hombres pertenecientes a las fuerzas de Moncada, quienes nos acompañaron a la casa-hacienda donde se encontraba el mencionado Moncada.

Las fuerzas costeñas, entusiasmadas vivaban a Sandino y a su columna. Cuando llegué al campamento, ya estaba Castro Wassmer y Moncada sentados en una hamaca, pero un soldado se anticipó a decirme que Castro Wassmer decía a Moncada lo mucho que le costó hacer llegar a aquel lugar a Parajón, López, Irías y Sandino.

Efectivamente encontré a los dos hombres en la hamaca y Moncada se levantó con sonrisa irónica tendiéndome el brazo sobre las espaldas.

Moncada hizo leer una orden del día, prohibiendo el traspaso de soldados de una columna a otra, en prevención a que gran parte del ejército constitucionalista ahora reunido, quería pertenecer a mi columna segoviana.

Despechadamente, Moncada me ordenó ocupar la plaza de Boaco, manifestándome que fuerzas de su mando ocupaban aquella plaza, lo que era falso; y su única intención fue la de que fuese asesinado por las fuerzas al mando del coronel José Campos, a quien Moncada tenía sobre el camino que por la noche yo pasaría. Después que me comuniqué con el mencionado coronel, me manifestó que Moncada no le dijo nada de mi pasada por aquel lugar y que a eso se debió que la noche anterior me hubiera emplazado las ametralladoras, tal como lo hizo, porque creyó que se trataba del enemigo.

Cuando llegué a las orillas de Boaco, donde creí encontrar fuerzas de Moncada, el enemigo nos rechazó a balazos y me vi obligado a ocupar posiciones, desde donde mandé correo expresándole a Moncada que: en Boaco estaba reunidas todas las fuerzas conservadoras que derrotamos en "Las Mercedes" y que diera sus órdenes, porque no era cierto que fuerzas de su mando ocupaban aquella plaza.

El correo regresó manifestándome que Moncada había desocupado totalmente "Las Mercedes", y marchado para Boaquito. Me regresé con mi gente y lo seguí hasta alcanzarlo, y entonces fue que el coronel José Campos me contó lo que atrás dejé referido.

En Boaquito me ordenó Moncada que ocupara con mi fuerza el cerro "El Común". Allí permanecí hasta el día que Moncada ahorcó al liberalismo nicaragüense en "El Espino Negro" de Tipitapa.

Todo lo acontecido de aquella fecha al presente ya lo hemos dicho y el público observador ha logrado aquilatar nuestra actitud.

Digo que cuando partí de México, para Nicaragua, en mayo de 1926, lo hice bajo la confianza que el liberalismo nicaragüense luchaba por la restauración de nuestra Independencia Nacional, seriamente amenazada por los ilegales Tratados Bryan-Chamorro, hijos de la criminal política internacional de Norteamérica.

Sin embargo, ya en el teatro de los acontecimientos, nos encontramos con que los dirigentes políticos conservadores y liberales nicaragüenses, son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo tan patriota y tan valeroso como el nuestro, digno de mejor suerte, quien, con su actitud patriótica está dando ejemplos de dignidad y moral a los demás pueblos del Continente en donde sus directores están en condiciones análogas a los fracasados nuestros. Nosotros hemos sido abandonados por nuestros directores políticos, quienes se han aliado con los invasores, pero entre nosotros mismos los obreros y campesinos, hemos improvisado a nuestros jefes.

Todavía en estos días de tanta luz y ejemplo para nuestro pueblo, los fracasados políticos siguen disputándose el látigo del invasor siendo lo más irrisorio del caso, que están peleando como perros y gatos dentro de un costal, por alcanzar una presidencia, a base de supervigilancia extraña, que nosotros no se la permitiremos.

Los despechados dicen que Sandino y su ejército son "BANDIDOS", lo que quiere decir, que antes de dos años Nicaragua, toda estará convertida en un país de "BANDIDOS", supuesto que antes de ese tiempo nuestro ejército habrá tomado las riendas del Poder Nacional, para mejor suerte de Nicaragua, en donde ya no tendrán lugar de vivir (SALVO QUE BAJO SIETE CUARTAS DE TIERRA) los patriotas de la clase de Adolfo Díaz, Chamorro, Moncada, Cuadra Pasos y otros.

Nuestro ejército de obreros y campesinos anhela fraternizarse con los estudiantes, porque comprendemos que de nuestro ejército y ellos sacaremos hombres, quienes, con nuevas orientaciones harán de nuestro suelo una Patria luz, que será benéfica hasta para nuestros hombres de política pasada, quienes si rectifican sus errores, podrán merecer nuestros respetos; a excepción de los de la clase mencionada en el párrafo anterior, por haber matado con sus ambiciones materiales el vínculo de nacionalidad que les asistió.

Nicaragua será libre solamente a balazos y a costa de nuestra propia sangre.

Cuartel General del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, Las Segovias, Nic, C. A., agosto 4 de 1932.

PATRIA Y LIBERTAD.

Augusto César Sandino

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