INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA DE MASAS

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Antonio Hernández Mendo, Angustias Estrella Colomo
Pilar Gálvez Cordero e Irene Ortega Alcántara

Universidad de Málaga (España)

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Concepto de masa y características

    El término masa tiene un significado ambiguo y, como se ha visto en el apartado anterior, los estudiosos se han preocupado por indagar por qué la psicología del hombre, en la situación sociológica difiere de su psicología individual. Por su parte, los sociólogos han pretendido averiguar la naturaleza de los fenómenos de masa partiendo de forma desacertada del mismo enfoque psicológico social.

    Etimológicamente, masa aparece en el castellano entre los años 1220 y 1250 proviene del latín massa que significa “masa, amontonamiento, pasta” (Cormoninas, 1973), es decir, un todo homogéneo, indiferenciable en sus componentes y amorfo en sus contornos, y solamente comprensible en su sinteticidad, no analizable. El descubrimiento de la psicología de masas es precisamente el de un protagonista unitario, inseparable, distinto del agregado de los muchos individuos que lo componen. Es por esta razón que resulta más apropiada la denominación de masa que sus otros supuestos sinónimos. Masa es un término más “masivo” que muchedumbre o su cultismo multitud (del latín multus, muchos) cuyas partes, por muchas que sean, se pueden desagregar una por una y, por supuesto, practicarles una psicología individual por separado.

    Las principales explicaciones que se han dado a las masas se pueden clasificar según Munné (1994) en:

Teorías sociologistas. La masa es una entidad diferente de la simple suma de las personas que la forman: Dos diferentes posturas, una radical y otra moderada, intentan explicar la naturaleza de dicha entidad: Para Le Bon, las personas pierden su individualidad en la masa, porque en ésta se desarrolla una especie de “alma colectiva”, una conciencia o espíritu de carácter supraindividual que funde sus mentes en una unidad mental. Esta teoría, en tanto que dota a la masa de un alma o realidad propia, distinta de la de cada uno de sus participantes, cae en un sociologismo que no se corresponde con la realidad social, por lo que es criticada hoy por todos los científicos sociales, considerándose completamente superada. Para Gurvitch, la masa es una forma de sociabilidad, es decir, representa una fusión, aunque en el más bajo grado, de los espíritus o consciencias individuales en el “nosotros”. Es una teoría más filosófica que científica.

Teorías psicológico sociales. Aquellas que analizan el comportamiento de los participantes en la masa. Las personas en la masa se rigen por el comportamiento individual, o sea que se comportan como lo harían estando solas, si bien con la diferencia de que en tal situación:

Lo hacen con más intensidad por estar afectado cada uno por la conducta de los demás (Allport).

No se encuentran inhibidas y se liberan de tensiones, aflorando instintos reprimidos y deseos inconscientes censurados, que así resultan satisfechos mediante una catarsis colectiva (Dean Martin). Esta segunda teoría sólo es aplicable a algunos tipos de masas.

Teorías intermedias. Las personas no pierden por completo su identidad en la masa, pero ésta, sin llegar a ser una entidad independiente, es algo más que la suma de aquéllas. Dos diferentes explicaciones se dan en este fenómeno, una psicológico social y otra sociológica:

Porque la situación de masa aumenta la emotividad y la sugestibilidad de cada persona, la cual se ve, además, afectada por algunas personas que le rodean, especialmente por los conductores (Klinenberg).

Porque, sin perjuicio de que en ella se dé salida a impulsos o tendencias reprimidos, concurren siempre unas determinadas condiciones socioculturales (Mac Iver y Page).

    La masa puede definirse como un agrupamiento social carente de organización. Este término puede emplearse en un aspecto puramente cuantitativo o en otro, más profundo de carácter cualitativo. Se toma el primer aspecto cuando se entiende por fenómenos de masa simplemente a aquellos fenómenos en los que intervienen grandes cantidades de hombres o cualesquiera hechos o acontecimientos observables asociados a un gran número de personas.

    Esta noción de masa, como fenómeno meramente cuantitativo es insuficiente y superficial. Es a la vez, demasiado estrecha y demasiado amplia. En primer lugar, es demasiado estrecha porque aparta de la consideración de masa a toda unas serie de microfenómenos por el mero hecho de que intervienen en los mismos un número relativamente reducido de personas: por ejemplo, el pequeño núcleo de personas que están esperando que se les atienda en una tienda. Este hecho debe ser considerado cualitativamente un fenómeno de masa. Y en segundo lugar, aquella noción es demasiado amplia porque hechos como el ejército de un país o los empleados que están trabajando en una gran fábrica no constituyen por el simple hecho de su gran número, un fenómeno de masa, sino sendos tipos de agrupamientos organizados, por lo que cualitativamente han de excluirse de aquella clase de fenómenos.

    Para contestar a la cuestión de qué es una masa, es más útil científicamente, acudir a un enfoque diferencial de índole cualitativa. Munné (1994), siguiendo esta tendencia, define masa como todo fenómeno social cuya unidad le viene dada por el hecho de que una pluralidad de personas se encuentran en una interacción tal que pueden reaccionar o reaccionan de una forma más o menos homogénea y simultánea, ante un estímulo común o según un interés compartido, sin llegar a organizarse. A esta definición ya se ha aludido antes y es una de las más apropiada para definir a los fenómenos de masas.

    Ha de puntualizarse que “agrupamiento carente de organización” no quiere decir ni que esté desorganizado ni que siembre la desorganización. Un fenómeno para estar desorganizado debe darse normalmente con una organización, y esto no tiene sentido en los agrupamientos de masas. Por otra parte, aunque ciertos tipos de masa pueden sembrar la desorganización, o sea afectar a la organización de agrupamientos organizados, no representan forzosamente una desorganización dentro de los sistemas de organización social ni la abolición parcial del orden social de estatus y de estratos. Las masas, como agrupamientos no organizados que son, constituyen fenómenos necesarios de la vida social y tan sólo en algunos de sus tipos pueden considerarse patológicos o ser un síntoma de la patología social.

    Aunque posteriormente volvamos sobre las características de las masa, creemos conveniente mencionar las señaladas por Munné. Estas características son las siguientes:

Es un fenómeno colectivo.Formado por una pluralidad de personas.

Unitario. Dichas personas reaccionan, o se encuentran en situación de reaccionar, de un modo pasivo o activo, ante un estímulo común o un interés compartido. De ahí, el carácter unitario del fenómeno, es decir, las masas son una manifestación de los fenómenos de agrupamiento. La mayoría de la gente se comporta de un modo relativamente similar, más o menos uniforme, para responder condicionadamente a idénticos estímulos o intereses (“pautas” de masa).

Sin organización. Es un fenómeno amorfo, aunque no forzosamente desorganizado ni desorganizador del sistema social. El público de una conferencia o los participantes en una manifestación pacífica de carácter político por las calles pueden mantener un orden, y aunque el acto puede estar organizado previamente, la masa en sí no contiene una organización.

Transitorio. El carácter esporádico y la falta de organización, hacen que tiendan las masas a la inestabilidad, a poder disolverse fácilmente en cualquier momento. Son fenómenos efímeros, temporales o transitorios. Indiferenciado. Quienes forman parte del fenómeno son meros participantes del mismo. No son miembros, cada uno con una función definida, prevista y coordinada con las demás. Por esto, las personas de la masa son: Anónimas, porque están despersonalizadas; son “uno más” y no una persona identificable con nombre y apellidos. Sustituibles, porque cada uno puede entrar y salir de la masa sin mella de ésta.

Heterogéneas, ya que no precisan, en general, de un determinado estatus, ocupación, edad, etc., para participar en el fenómeno; son personas de características diversas y pautas múltiples.

Incontables, en el sentido de que previamente y a menudo también a posteriori no es necesario un número determinado de participantes, ni suele conocerse la cantidad exacta de los que han participado o que van a participar.

Fluido. Por lo dicho, de que cada participante puede entrar y salir de la masa, sin que esto implique un cambio o la disolución del fenómeno.

Anómico. Al ser un fenómeno inorganizado, indiferenciado y en general imprevisto, la masa se encuentra en una situación anómica, es decir carente de normas o pautas previstas y coordinadas entre sí funcionalmente. Esto explica que algunos tipos de masa sean desordenados. Y también la facilidad de cambio, característica de estos fenómenos.

 

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