LAS DISTINTAS  CONCEPCIONES DE LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

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ABSTRACT: Recorrido por la historia de la psicología, haciendo especial hincapié en las diferentes corrientes que desde el S. XIX han contribuido a desarrollar la psicología como disciplina científica.

 

PRECEDENTES Y CONSTITUCIÓN DE LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA. LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL

 

La psicología, antes de constituirse durante la segunda mitad del siglo XIX en una disciplina científica autónoma, había recorrido ya un largo camino en el seno de la filosofía.

Fue el empleo del método experimental y los intentos de formular teorías matemáticas que dieran cuenta de los fenómenos psíquicos lo que llevaría a la psicología a constituirse como ciencia. De modo que es mediante un impulso de emulación del desarrollo y consolidación de la física y la matemática modernas como surgirán las modernas y contemporáneas concepciones de la psicología

            En el s. XVIII Wolff y Kant ya utilizan los términos de <psicología racional> y <psicología empírica>. Más tarde, en el s. XIX, el término <psicología> pasará a ser usual gracias al filósofo Main de Biran.

            El asociacionismo británico procedente de la filosofía empirista inglesa será fundamental para el desarrollo de la psicología como ciencia y extenderá su influjo hasta nuestros días.

            Si bien, son concretamente, Fechner, Helmholtz y Wundt, quienes tienen importancia primordial en el establecimiento de la psicología experimental, por lo que son considerados como los padres de la psicología científica.

            Las distintas concepciones de la psicología como ciencia se articulan en diversas escuelas y en diferentes ámbitos de aplicabilidad, que vienen determinados por influencias recíprocas.

            Desde el momento de su nacimiento como disciplina científica la Psicología ha estado marcada por una diversidad de escuelas y aplicaciones, de las que veremos aquí las más importantes.

 

PRINCIPALES CONCEPCIONES DE LA PSICOLOGÍA CIENTIFICA. CORRIENTES EN TORNO A LA CONSTITUCIÓN DE LA PSICOLOGÍA COMO CIENCIA

 

1) EL ASOCIACIONISMO.   

            El asociacionismo es una concepción filosófica surgida en la antigüedad, desarrollada por el empirismo moderno y que llegará a convertirse en una corriente psicológica bien definida en la era contemporánea. Esta doctrina radica en sostener que todo hecho mental complejo está constituido por múltiples elementos irreductibles de origen sensorial, combinados entre sí en virtud de <leyes asociativas>; el número y la naturaleza de éstas se definen de forma diferente en las diversas orientaciones asociacionistas.

            En la cultura occidental el asociacionismo tiene una larga historia. Fue Platón el primero que en un pasaje del "Fedón" ilustró con ejemplos dos leyes asociativas: las de contigüidad y semejanza entre las ideas. Aristóteles observa que una idea tiende a evocar otra en la mente, y enuncia las que durante mucho tiempo serán las tres leyes fundamentales de la asociación: semejanza, contraste y proximidad o contigüidad en el espacio y en el tiempo.

            Después de muchos siglos el asociacionismo adquiere una importancia capital en la filosofía empirista inglesa: Th.Hobbes y J.Locke afirman que todos los conocimientos derivan de impresiones sensibles simples, vinculadas entre sí por el proceso asociativo; G.Berkeley aplica el principio asociativo a la percepción visual; D.Hume explica también la percepción de la causalidad mediante el principio de la contigüidad temporal, y D.Hartley, en sus "Observaciones sobre el hombre" (1749), sistematiza la doctrina asociacionista manteniendo como única ley la de contigüidad, a la vez que extiende su validez más allá del ámbito tradicional de las sensaciones y de las ideas hasta el ámbito de los movimientos del cuerpo, la imaginación, la emoción, la actividad voluntaria y los sueños.

            En los años sucesivos, J.S. Mill lleva al extremo el <elementalismo> o molecularismo implícito en el asociacionismo e interpreta los procesos asociativos en términos mecanicistas, asignando a la mente una posición de absoluta pasividad frente a su desarrollo. En contra de este mecanicismo J.S. Mill afirma el papel activo de la mente en las transformaciones de las experiencias elementales en experiencias complejas, e introduce el concepto de una <química mental> en la que el producto final es cualitativamente diferente de cada uno de los componentes interactuantes.

            Por lo demás, a partir de Kant, cuya concepción de la mente como organizadora mediante la <síntesis a priori> representa una refutación frontal del asociacionismo, éste abandona el terreno filosófico y se desplaza cada vez más hacia el campo de la naciente psicología científica. En este proceso de acercamiento hay que recordar las aportaciones de A.Bain, quien por vez primera asimila el concepto de asociación al de aprendizaje, de H.Taine, que difunde el asociacionismo en los países francófonos, y de H.Spencer, el teórico por antonomasia del evolucionismo, quien enuncia el principio de que las asociaciones que más se repiten tienden a convertirse en hereditarias, de modo que las experiencias aprendidas por una generación pueden hacerse instintivas en la generación siguiente. En la obra de W.Wundt se empleará el criterio asociacionista para explicar los nexos entre las sensaciones elementales.

            Pero es sobre todo gracias a los experimentos llevados a cabo por H.Ebbinghaus, G.E.Müller, I.P.Pavlov, V.M.Bechterev y E.L.Thorndike, entre 1885 y 1910, que el asociacionismo se convierte en una teoría científica.

            Ebbinghaus usa criterios asociacionistas para el estudio experimental de la memoria, que es como decir en el estudio de un proceso mental superior por primera vez en la historia de la psicología científica. Para medir, en concreto, el grado de aprendizaje mnémico adopta Ebbinghaus el principio de la frecuencia de las asociaciones, o sea que calcula el número de las repeticiones necesarias para memorizar listas de sílabas sin sentido. Las investigaciones de Ebbinghaus fueron continuadas por Müller, quien integrando la experimentación objetiva con los informes introspectivos de los sujetos pone de manifiesto la participación activa de estos últimos en la formación de asociaciones y en el proceso de aprendizaje, mediante las que el llama <actitudes conscientes>, y descubre en particular que la mente tiende a organizar y a conferir un significado incluso a las sílabas sin sentido, a fin de memorizarlas. El ruso Pavlov, que descubrió el condicionamiento, adopta el principio de asociación por frecuencia, pero lo transfiere por entero desde el ámbito subjetivo de las sensaciones, las ideas y la memoria al nuevo ámbito objetivo y experimental de las secreciones glandulares externas.

            Como Pavlov, también el estadounidense Thorndike realiza experimentos de tipo asociacionista sobre el aprendizaje de los animales. Sus investigaciones culminan con la publicación del ya clásico "La inteligencia animal: estudio experimental de los procesos asociativos en los animales" (1898). Luego, por un camino diferente del de Pavlov, extiende los criterios asociacionistas al estudio del niño y del adolescente y elabora una teoría asociacionista general sobre una base experimental, denominada por él <conexionismo> para diferenciarla del asociacionismo de la tradición filosófica. En tanto que postula que aprender significa conectar y que la mente no es más que un sistema de conexiones perfectísimamente articulado, y en tanto que señala como objetivo del psicólogo experimental el descubrimiento de las conexiones específicas de intensidad variable que se dan entre los estímulos ambientales y las respuestas patentes del organismo, la teoría de Thorndike es la precursora más directa de las actuales teorías del aprendizaje estadounidenses, centradas por entero en la formación, desarrollo y disolución de los nexos asociativos.

            Además, al considerar insatisfactorias las leyes de asociación por contigüidad y frecuencia, Thorndike enuncia en 1905 la famosa <ley del efecto>, según la cual <<todo acto que, en una situación determinada, produce satisfacción, acaba siendo asociado a esa situación; y, en consecuencia, cuando ésta vuelve a presentarse, el acto correlativo tiene mayores probabilidades de repetirse respecto del pasado. Por el contrario, todo acto que, en una situación determinada, produce insatisfacción, acaba por disociarse de tal situación; y, en consecuencia, cuando ésta vuelve a presentarse, el acto correlativo tiene menores probabilidades de repetirse con respecto al pasado>>. 

            A finales del s. XIX y comienzos del XX los <psicólogos funcionalistas> adoptan en parte los criterios asociacionistas, pero, a diferencia del asociacionismo propiamente dicho, no hacen del aprendizaje el único objeto de estudio. El asociacionismo vigente en Austria y en Alemania a finales del s. XIX constituirá, matizado, una de las matrices conceptuales del psicoanálisis freudiano.

 

2) LA PSICOFÍSICA.

            La psicofísica constituye una especialización de la psicología científica que tiene por objeto la sensación, o más exactamente la explicación de las leyes que regulan las relaciones entre los aspectos físicos y, por tanto, mensurables del estímulo, y los contenidos de conciencia sensoriales correspondientes a él.

            Surgida en 1850 del pensamiento de Th.G.Fechner (ocupado en buscar una definición empírica de la relación cuerpo-mente) y expresada inicialmente en la famosa ley de Weber-Fechner, la psicofísica constituyó el caballo de batalla de la naciente psicología científica y como tal representó, hacia 1870, un componente fundamental del sistema wundtiano.

            La idea fundamental de la psicofísica consiste en la demostración de que se da una relación matemática entre lo psíquico y lo físico, de manera que los hechos psíquicos son susceptibles de medición. De este modo estudiará la relación que se produce entre los estimulos físicos y los procesos sensoriales.

            G.Th.Fechner (1801-1887), físico y médico alemán, de Herbart había recogido la idea de que la psicología debería ser una ciencia, de que era posible la medición mental -la aplicación de las matemáticas al estudio de la mente-, y la idea de un análisis mental haciendo uso del concepto de <umbral>; pero estaba decidido a corregir el planteamiento metafísico de Herbart aplicando la medición experimental al estudio de la mente. Desde su formación físico-matemática en sus concepciones se haría eco de los estudios de Bernoulli, Laplace y Gauss, en la elaboración de métodos estadísticos.

            En 1860 publicó el libro "Elementen der Psychophysik", donde se presentaba la teoría psicofísica como la ciencia exacta de las relaciones funcionales o las relaciones de dependencia entre el cuerpo y la mente. El mismo principio había sido formulado por Weber y Fechner se ocupó de dar a esa relación empírica una forma matemática, denominándola -Ley de Weber- (S=K log R; donde S=sensación, K=constante y R=estímulo). Estableciendo los umbrales de sensación podía ser medido el incremento mínimo de estimulación necesario para aumentarla o el desincremento necesario para disminuirla, cuantificándose de ese modo la unidad mínima de estimulación necesaria para un cambio de sensación.

            Fechner influiría en la idea de un <paralelismo psicofísico> por la sencilla razón de que la mente y el cuerpo, las sensaciones y los estímulos, tienen que verse como entidades separadas para que cada una pueda ser medida y para que se pueda establecer una relación entre ambas.

            Prototipo de todas las concepciones psicológicas cuantificacionistas posteriores, la psicofísica, supuso frente a la psicología cualitativa anterior a 1850 una revolución comparable, a escala reducida, con la revolución galileana frente a la física cualitativa aristotélica, y resumible en la introducción de la medición en un ámbito, el psíquico, tradicionalmente considerado <inmaterial>.

            Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con el caso de la física galileana, la psicofísica tropezó con muchas resistencias y oposiciones, como la del intuicionismo de H. Bergson.     

            Pese a las críticas, la psicofísica no ha dejado de desarrollarse, sobre todo después de la obra de S.S.Stevens, a partir de la segunda mitad de la década de 1930, y en la actualidad constituye uno de los sectores más auténticamente científicos de la investigación psicológica. Al igual que en la del pasado, los métodos principales de la psicofísica actual son tres: el del <error medio>, que fue inaugurado por A.W.Volkmann; el de los <estímulos constantes>, y el de los <límites>. Los esfuerzos de los psicofísicos contemporáneos se dirigen sobre todo a la construcción de <escalas subjetivas de sensación> cada vez más fiables.

            En la antigüedad griega, Hipócrates, el padre de la medicina, afirmaba que el cuerpo estaba constituido de cuatro sustancias: la sangre, la bilis (amarilla y negra) y la flema, y que el predominio de uno u otro de estos <humores> líquidos conllevaba una determinada conducta. Con ello tenemos la primera investigación que relaciona los procesos fisiológicos y la conducta.

            En la época de la constitución de la psicología como ciencia H.L.F. von Helmholtz (1821-1894), físico y fisíologo alemán, impulsaría los estudios iniciados por la -psicofísica- en torno a la relación entre la mente y la fisiología.

            Dió a conocer el resultado de sus primeras investigaciones, desarrolladas a la luz del debate sobre el vitalismo, en su memoria "Sobre la conservación de la energía" (1874), contribución al nacimiento de la termodinámica, donde expuso el programa mecanicista de reducción de todos los fenómenos naturales a movimientos de materias dotadas de energía y, en particular, la equivalencia entre el calor y el trabajo mecánico. Por tanto, los procesos metabólicos típicos del ser vivo deben concebirse como transformaciones sometidas al principio de conservación de la energía.

            Se interesaba por la conducción nerviosa de las sensaciones y dedicó gran parte de su vida a desarrollar su idea de la unidad de los fenómenos naturales. Analizándo diversos procesos y fenómenos fisiológicos con los instrumentos de la física llegó a una especie de versión materialista del kantismo, según la cual las sensaciones no reproducen las cosas sino que dependen, esencialmente, de las diferentes fibras nerviosas estimuladas y de sus diferentes conexiones centrales: sólo la relación entre sensaciones, en su regularidad, reflejan la regularidad objetiva de los fenómenos.

            En la universidad de Königsberg, Helmholtz se dedicó a la medición de la velocidad de conducción de un impulso nervioso. Sus ideas eran afines al empirismo psicológico británico en contra de la tradición innatista continental. En cuanto a la percepción, argumentaba que debe de contener muchos datos de la experiencia que no están representados de forma inmediata en el estímulo y que dichos datos son, en cierto sentido, adiciones que se le hacen a la percepción de acuerdo con experiencias pasadas. Fenómenos a los que denominó <inferencias inconscientes>, pues en última instancia los consideraba formados por analogía con las inferencias conscientes y de este modo, derivados de un proceso inductivo.

 

3) EL INTROSPECCIONISMO.

            Constituye una escuela psicológica surgida entre finales del s. XIX y principios del XX, representada principalmente por W.Wundt y por E.Tichener, y caracterizada por considerar la conciencia como objeto único de la indagación psicológico-científica, y adoptar la introspección <elementalista> como único método de la misma.

            Los orígenes del introspeccionismo coinciden con los de la psicología experimental, y por tanto, con la fundación de los primeros laboratorios de psicología experimental, entre los que se cuenta como quizá el primero, el que W.Wundt funda en Leipzig en 1879, ejemplo que será emulado en muchos lugares de Europa y América. En este laboratorio de Leipzig se abordaron sobre todo cuatro campos de indagación: la psicofisiología de los sentidos, en particular de la vista y del oido, según la tradición helmholtziana; la psicofísica, previamente inaugurada por Weber y Fechner; el tiempo de reacción siguiendo también la línea helmholtiana; y finalmente, la asociación mental, tras las huellas del asociacionismo de la filosofía anglosajona.

            La gran innovación del laboratorio de Leipzig consistió en la unificación de estas corrientes en la teoría introspeccionista. El introspeccionismo wundtiano distingue cuatro fases en los procesos mentales: la estimulación; la percepción, que hace consciente el dato psíquico; la apercepción, mediante la cual el dato psíquico es identificado y sintetizado por la mente; el acto de voluntad, específicamente humano, que suscita la reacción psíquica del sujeto, y que está caracterizado por el libre albedrío. Wundt bautizó a esta psicología científica como "psicología fisiológica".

            Wilhelm Wundt (1838-1920), ha sido denominado tradicionalmente <padre de la psicología>. El se definió a sí mismo como <psicólogo>. Estableció formalmente la psicología como una disciplina independiente y organizada, y fundó el primer laboratorio de psicología experimental. Su libro "Principios de la psicología fisiológica" (publicado en dos partes en 1883 y 1884), estableció la psicología como una ciencia experimental que utilizaba métodos derivados de la fisiología. Desarrollo el método de la <introspección analítica>

            El introspeccionismo del principal discípulo de Wundt, Edward Bradford Tichener (1867-1927), no reconoció valor al factor subjetivo de la voluntad y asumió la forma de un sistema conceptual completamente naturalista.

            Tichener definió el trabajo de su maestro como <estructuralismo> y lo dió a conocer en los Estados Unidos. Según Tichener, el fin de la investigación psicológica es describir los contenidos -elementales- de la conciencia y descubrir las leyes que determinan la manera en que éstos se suceden y se combinan. En cuanto a la explicación de los contenidos conscientes, ésta es confiada a la fisiología y a la biología general, es decir, que no se la considera un fín específico de la ciencia psicológica.

            La descripción elementalista de los contenidos conscientes, su descomposición en elementos simples e irreductibles, viene prescrita por el modelo del proceder analítico de la química (en particular de la química del s. XIX), y constituye el más importante fundamento epistemológico del introspeccionismo, contra el que se alzarán los psicólogos holistas de los años veinte y treinta, especialmente el gestaltismo.

            En el lenguaje ticheneriano la <estructura mental> es el resultado de la suma de múltiples elementos simples, como en una especie de complicadísimo mosaico. El análisis científico del psicólogo tiene por objeto -según Tichener- los elementos simples de las percepciones, constituidos por las <sensaciones>; los de las ideas, constituidos por las <imagenes mentales>; los de las emociones o sentimientos, constituidos por los <estados afectivos>. De los tres elementos el más importante y recurrente es el de la sensación (visual, auditiva, olfativa, gustativa, tactil y cinestésica), sin la cual no se dan ni imagenes mentales ni estados afectivos.

            En la experiencia cotidiana, estos elementos fundamentales de la conciencia se combinan entre sí, dando lugar a situaciones psíquicas aparentemente unitarias: el hambre, por ejemplo, no es más que el complejo resultado de la suma de sensaciones y estados afectivos inicialmente heterogéneos entre sí. Los elementos de la conciencia tienen pues atributos. En el caso de la sensación y de la imagen mental estos son: la <cualidad> (p.ej. salado, rojo, caliente), la intensidad (p.ej.un ruido -ensordecedor-), la duración (p.ej. un -largo- campanillazo), y la claridad (p.ej. un murmullo -más o menos audible-). Los estados afectivos no poseen en cambio el atributo de la claridad, porque la emoción se disipa apenas el observador trata de definirla y de aclararla.

            El único método de indagación de la psicología ticheneriana está representado por la <introspección sistemática>, realizada por observadores especializados. Al practicarla, los que participan en la investigación deben emplear a fondo el criterio elementista de descomposición en elementos simples e irreductibles. Siguiendo tal criterio, el psicólogo obtiene informes introspectivos que contienen una secuencia de palabras (frío, desagradable, indistinto, vívido, etc), cada una de las cuales designa unívocamente un solo elemento de la experiencia consciente total. Gracias a un largo adiestramiento, el sujeto introspector aprende a distinguir aquello que efectivamente experimenta (y que es lo único que cuenta) de aquello que -sabe- con respecto al objeto de la propia experiencia; por ejemplo, frente al objeto-estímulo <libro>, él no dice <<Veo un libro>>, como haría el observador profano, sino que menciona una serie de sensaciones simples recíprocamente distintas, como <<Experimento un color rojo, una luminosidad de mediana intensidad, un pequeño espesor, etc>>.

             Siguiendo el método de Tichener no se podía decir, por ejemplo, <<veo una moneda>>, porque tal observación no sería realmente descriptiva, sino interpretativa, al no dividir el objeto en sus diferentes elementos constitutivos -ante una moneda experimento que es algo: duro, pequeño, redondo, plano, de color de cobre, metálico, etc-.

            Entre los años 1915 y 1925, el introspeccionismo titcheneriano desapareció casi completamente de la escena de la psicología internacional, con el advenimiento del gestaltismo, del funcionalismo y del conductismo.

 

4) LA REFLEXOLOGÍA RUSA.   (El condicionamiento pavloviano o condicionamiento clásico).

            <Condicionamiento clásico> es el nombre con el que se conoce a las investigaciones realizadas por Iván Pávlov (1849-1936), perteneciente a la escuela de fisiología experimental rusa, en torno a los reflejos condicionados.

            El condicionamiento clásico consiste en el procedimiento experimental, mediante el cual, un estímulo neutral (EC=estímulo condicionado) se asocia repetidamente a un estímulo incondicionado (EI) que habitualmente provoca una determinada respuesta (RI=respuesta incondicionada). Después de un número suficiente de asociaciones (llamadas <pruebas de condicionamiento>), el estímulo condicionado por sí solo -es decir, en ausencia del estímulo incondicionado- provoca la respuesta que inicialmente era provocada solamente por este último (EI): la respuesta incondicionada (RI) se ha convertido en respuesta condicionada (RC).

            Este experimento fue realizado por primera vez por Pavlov con perros en 1897 y se desarrollaba de la siguiente manera: Un perro hambriento al ver comida (EI) segrega saliva (RI). Al perro se le presenta el sonido de una campanilla (EC), con anterioridad a la presentación de la comida (EI); y después de una reiteración de estas pruebas siguiendo la secuencia EC-EI-RI, el simple sonido de la campanilla (EC), en ausencia de la comida, provocaba la salivación (ahora convertida en RC).

            Los <reflejos condicionados> son, pues, respuestas aprendidas ante ciertos estímulos y se contraponen a los reflejos incondicionados o respuestas espontáneas ante los estímulos. La conducta refleja condicionada (aprendida) es la respuesta que emite un organismo, provocada por un estímulo ambiental neutro que ha sido reforzado. Skinner llamará <respondiente> a este tipo de condicionamiento contraponiéndolo a su <condicionamiento instrumental u operante>.

            Las respuestas condicionables con la técnica pavloviana son numerosas y de variada naturaleza; en los sujetos humanos puede condicionarse con éxito, entre otras, las secreciones gastrointestinales, la dilatación y contracción de los vasos sanguíneos, la frecuencia respiratoria y diversas formas de respuestas emocionales, como el miedo.

 

5) LA PSICOLOGÍA COMPARADA O PSICOLOGÍA ANIMAL.

    La psicología comparada se origina en Gran Bretaña a raíz de la obra de Darwin "Expression of the emotions in man and animals", de 1872.

            Siguiendo a Darwin Romanes había acuñado el término <psicología comparada> para impulsar el estudio de la mente en evolución, la observación y comparación de fenómenos mentales en distintos niveles de la jerarquía animal. Lloyd Morgan había establecido el término. Sin embargo es dudoso que haya habido otro psicólogo que aceptara de manera tan definitiva sus implicaciones, como lo hizo el norteamericano Robert M.Yerkes (1876-1956). En realidad, él es a quien puede considerarsele como el lider del movimiento de la psicología comparada, siendo en Estados Unidos donde el movimiento tomaría plena conciencia de sí mismo al adaptarse al conductismo y al funcionalismo.

            Yerkes, prácticamente, ascendió en línea recta por la escala evolutiva en sus investigaciones, desde los animales más simples hasta los más complejos, finalizando en el estudio de los monos antropoides y del hombre. Fue el primero, a partir de 1901, en utilizar sistemáticamente los animales en investigaciones psicológicas experimentales.

            Thorndike, Köhler, el propio Yerkes, W.S.Hunter, Hamilton y otros estudiaron la <imitación> de unos animales a otros, las <respuestas retardadas> o recuerdo de experiencias pasadas, las <elecciones múltiples> o capacidad de discriminación, la <alternación> o repetición de conductas, el <discernimiento> o percepción de relaciones, esto es, las capacidades de la mente animal, llegando a la conclusión de que no existe ninguna discontinuidad entre las operaciones mentales de los animales y el hombre, sino tan sólo unas diferencias de grado o cuantitativas, que aumentan en razón de la distancia entre las especies dentro del desarrollo evolutivo. Aunque ha influido en numerosas escuelas psicológicas, los estudios de psicología animal serán recogidos y proseguidos, sobre todo, por el funcionalismo.

 

 PRINCIPALES CONCEPCIONES DE LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA. CORRIENTES CONTEMPORÁNEAS

 

1) LA PSICOLOGÍA CONDUCTISTA (BEHAVIORISMO) O PSICOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO.

            El conductismo es una corriente de la psicología moderna, llamada también <behaviorismo>, según la cual el único objeto posible de la psicología científica es la conducta manifiesta, es decir el conjunto de las reacciones del organismo animal o humano observables desde fuera del organismo y verificables intersubjetivamente; trata por tanto, exclusivamente, con hechos observables.

            El conductismo nació oficialmente en 1913 con un artículo manifiesto de John.B.Watson, "Psychology as the Behaviorist Views it" (La psicología desde el punto de vista conductista), y en los años sucesivos adquirió gradual importancia hasta dominar casi sin rivales la escena de la psicología experimental estadounidense durante el período 1930-1960.

            El manifiesto watsoniano se asocia al positivismo anti-introspeccionista de A.Comte, al mecanicismo de tradición cartesiana de los últimos años del siglo pasado, al asociacionismo británico y a la psicología animal, de tendencia objetivista y, por último, al monismo biologista derivado del evolucionismo darwiniano y filtrado a la psicología a través del funcionalismo, el cual tiene su principal centro difusor en la misma universidad de Chicago que ve nacer el movimiento conductista.

            En su manifiesto, Watson propuso sustituir la conciencia, los fenómenos de conciencia que, por definición, escapan a la metodología experimental y cuantitativa, por la conducta observable, que de hecho se reduce a las reacciones musculares y glandulares externas de los organismos vivientes y cuya unidad de medida se identifica con el reflejo, es decir, con el nexo elemental entre el estímulo y la respuesta. De ese modo rechazaba la introspección como método psicológico declarando que no es posible una auto-observación, ni la derivación por analogía, de los presuntos resultados individuales de la introspección, a nivel general.

            En los años siguientes, un número cada vez mayor de psicólogos se alineó con el antisubjetivismo watsoniano, pero modificó de forma significativa sus componentes secundarios, dando orígen a una serie de subescuelas conductistas, o neoconductistas, que a menudo polemizaban entre sí. E.B.Holt, A.P.Weiss, K.Lashley, E.C.Tolman, E.R.Guthrie, C.L.Hull y B.F.Skinner son, en orden cronológico, los exponentes más destacados del neoconductismo.

            El seguidor más brillante de los principios watsonianos fue Skinner, que retomó su antisubjetivismo, fundándolo en argumentaciones más sofisticadas, y elaboró una <tecnología de la conducta>, que se aleja ya, en los métodos y criterios, del original planteamiento watsoniano.

            En el plano técnico-psicológico, los conductistas están mancomunados por el recurso sistemático a la cuantificación de las variables experimentales. Pero sobre todo en el plano de los contenidos de la investigación experimental, están hermanados por el interés casi exclusivo por el aprendizaje, tanto que casi todas las modernas teorías del aprendizaje son de inspiración conductista, (decir <conductista> equivale, de hecho, a decir <estudioso del aprendizaje>). Las teorías del aprendizaje conductistas remiten, a menudo polémicamente, a las tesis anteriormente expresadas por el asociacionismo, y sobre todo, al sistema pavloviano, que a partir de la obra de Watson proporcionó al conductismo numerosos principios, en primer lugar, el concepto clave de <condicionamiento> y su correspondiente experimentación.

Por su interés primordial por el aprendizaje los conductistas restaban importancia a la herencia y hacían hincapié en el medio ambiente como elemento fundamental en la conformación de la conducta.

 

1.1) -EL CONDUCTISMO DE SKINNER  (el condicionamiento operante).

            La concepción de Skinner resume de forma particularmente acertada y coherente la perspectiva conductista en sus aspectos menos técnicos y más propiamente epistemológicos y filosóficos.

            En esa línea desarrollará una serie de argumentaciones, en particular, en "Más allá de la libertad y de la dignidad" (1971), tendentes a erradicar, en nombre de la cientificidad naturalista y determinista, la tradicional concepción occidental que ve en el hombre a un ser libre y responsable: Skinner afirma que la lucha del hombre por la libertad personal no se debe a su inalienable voluntad, sino a una serie de procesos conductuales característicos del organismo humano, cuyo principal efecto consiste en la continua tentativa de evitar lo que él llama <caracteres aversivos> del ambiente; recondicionando adecuadamente estos procesos conductuales, en la utopía skinneriana la exigencia de la libertad está destinada a disolverse.

            Frente a los psicólogos que consideran que todas las formas de aprendizaje se remiten al condicionamiento pavloviano, Skinner añadirá el <condicionamiento operante> u instrumental. Mientras que en el condicionamiento clásico la respuesta condicionada está provocada por un estímulo específico y observable, el condicionamiento instrumental se produce en ausencia de este último y la respuesta del organismo es aparentemente espontánea.

            El condicionamiento instrumental se suele demostrar mediante el experimento de la <caja de Skinner>. Este consiste en encerrar a un animal (rata o paloma) dentro de la caja, dentro de la cual tiene a su disposición un objeto llamativo facilmente manipulable (denominado <manipolandum>), que suele ser una barra que puede ser bajada mediante una ligera presión de pata u hocico y que, cuando el animal accidentalmente la baja, provoca la caida de granos de alimento, llamados <refuerzo> porque alientan al animal a repetir la conducta inicialmente accidental. Bastan unos pocos refuerzos para instaurar establemente el condicionamiento.

            Así, en términos generales, Skinner definirá el <refuerzo> como cualquier evento de la vida animal y humana que aumenta la probabilidad de aparición de la respuesta que inicialmente lo ha provocado.

            La teoría del aprendizaje elaborada por Skinner se caracteriza por la <ley de adquisición>, según la cual la fuerza de una conducta operante aumenta cada vez que está seguida de la presentación de un estímulo de refuerzo.

            Las teorías conductistas del aprendizaje han sido ampliamente criticadas por los psicólogos europeos, tanto gestaltistas como cognitivistas, poniendo en entredicho sus teorías del aprendizaje. El conductismo ha sido en general acusado de reduccionismo, tanto porque rechaza tomar en consideración los procesos cognitivos superiores del hombre, como porque le aplica directamente, los resultados experimentales obtenidos en animales tan alejados del hombre en la escala filogenética como son las ratas blancas.

 

2) LA PSICOLOGÍA COGNITIVA O CONSTRUCTIVISMO.

            Cognitivismo es el término con el que se indica el que ha llegado a ser uno de los movimientos más importantes de la psicología experimental contemporánea, según el cual, la mente funciona como una elaboradora activa de las informaciones que le llegan a través de los órganos sensoriales, en analogía con los servomecanismos de tipo cibernético.

            A diferencia de otras corrientes psicológicas (del funcionalismo a la Gestaltpsychologie y al bahaviorismo), el cognitivismo no constituye un sistema teórico altamente organizado e internamente coherente; la primera formulación teórica (U.Neisser, "Psicología cognitivista", 1967) se publicó unos diez años después de los primeros experimentos psicológicos catalogables como cognitivistas. De hecho el cognitivismo queda enmarcado dentro del conductismo, como un desarrollo y una corrección contínua de dicha corriente, desde los años 70, tanto en Europa como en los EE.UU.

            Fue influido por la <psicología del acto> del s. XIX, según la cual, en oposición a las corrientes empiristas y asociacionistas, las funciones perceptivas y la memoria son construcciones activas que, según la ocasión, hacen mayor o menor uso de la información sensorial. Más recientemente recibirá el influjo de la teoría de la información y de la inteligencia artificial que, con su lenguaje, inédito en la tradición psicológica, (piénsese, p.ej., en los términos <input> (entrada) y <output> (salida), que sustituyen a <estímulo> y <respuesta>, respectivamente), han proporcionado a la psicología cognitivista un modelo del organismo humano como sistema complejo capaz de elaborar informaciones, de seleccionar entre los elementos de <entrada>, de poner en funcionamiento gracias a datos seleccionados, una serie de transformaciones y un almacenamiento rápido y eficaz, de alcanzar decisiones dependientes de los resultados de la elaboración realizada y no predeterminados desde su inicio (como en el modelo conductista) por los estímulos ambientales en entrada.

            Fue en Inglaterra, durante la segunda guerra mundial, con el objeto de establecer el rendimiento óptimo en situaciones de stress, como las acciones belico-tecnológicas, donde se consolidaron inicialmente las tesis cognitivistas, y sobre todo, los experimentos que, cumplidos según las reglas tradicionales de la experimentación psicológica de laboratorio, contribuyeron en gran medida a su aceptación por parte de psicólogos de distintas orientaciones, especialmente los conductistas, como el psicolingüísta G.A.Miller.

            En Cambridge, en particular K.Craik, entre los años 40-45, efectuó una serie de experimentos llegando a la conclusión de que la mente humana actúa como un servomecanismo capaz de autocorrecciones en intervalos sumamente breves, y más tarde, también en Cambridge, D.E.Broadbent, enunció la más conocida de las tesis cognitivistas relativas a la atención, la <teoria del filtro>, que subraya la capacidad de la mente para seleccionar de forma muy precisa las informaciones que le llegan.

            En 1960, el ya citado Miller, el psicólogo y matemático E.Galanter y el neuropsicólogo K.Pribram publicaron un volúmen decisivo para la historia del movimiento cognitivista, "Planos y estructura del comportamiento", en el cual se presentó por primera vez en profundidad la analogía existente entre el funcionamiento de la mente humana y el ordenador, sustituyendo la ya clásica unidad de medida psicológica, representada por el reflejo, o sea la coordinación elemental entre el estímulo y la respuesta, por una nueva unidad global llamada TOTE (por las iniciales de los términos ingleses <test-operate-test-exit> o <plano de conducta>, que parte de la premisa según la cual el sujeto cognoscente interactúa con el medio y no se limita a recibir pasivamente los estímulos (como en la perspectiva conductista), sino que verifica de continuo la congruencia entre su propio proyecto conductual y las condiciones objetivas existentes.

            En los años posteriores comenzaron a diferenciarse las principales orientaciones de la investigación cognitivista, que se centran en la percepción, la memoria, la atención, la vigilancia, el razonamiento (el llamado -problem solving-) y, sobre todo, el lenguaje, a tal punto que se puede decir que la psicolingüística contemporánea es por completo de inspiración cognitivista; pero no faltan campos de investigación que escapan a los esquemas tradicionales de la investigación psicológica experimental, como es el caso de la interpretación cognitivista dada por W.H.Berlyne a las conductas <epistémicas>, es decir, exploratorias y creativas, de los animales.

            En el Congreso Internacional de Psicología de Moscú (1966), los psicólogos de todo el mundo reconocieron la importancia de la corriente cognitivista, entre otras razones porque su caracter puramente orientativo y no de sistema cerrado y dogmático permite una gran diferenciación de tendencias internas.

            En el plano epistemológico y metodológico, en primer lugar, los cognitivistas no tratan de justificar sus tesis mediante las conceptualizaciones ofrecidas por la filosofía de la ciencia, al revés de los conductistas y, sobre todo, de los neoconductistas, que buscaban sistemáticamente en el neopositivismo una confirmación epistemológica de su antisubjetivismo.

            En segundo lugar, los cognitivistas reconocen el método de la introspección, si bien revisado y corregido respecto al uso que le daban los introspeccionistas como E.B.Tichener, y, más aún, se autodefinen provocativamente como <mentalistas>, después de que durante al menos cuarenta años los conductistas declaran que el <mentalismo> era la quintaesencia de la no cientificidad en psicología.

            Junto a la introspección, los cognitivistas han reintroducido la medida de los tiempos de reacción como indicadores de los procesos mentales subyacentes -después de que dicha estrategia fuera abandonada ya a finales del siglo pasado, en tiempos de W.Wundt-. 

            En tercer lugar, sobre todo después de que en 1959 el lingüísta N.Chomsky criticara la obra de Skinner titulada "Comportamiento verbal", en la cual se pretendía dar una interpretación conductista del aprendizaje del lenguaje, los cognitivistas han reaccionado contra el ambientalismo tradicional de la psicología anglosajona y han demostrado ser proclives a las soluciones de carácter innatista.

            La lingüística generativo-transformacional de Chomsky ha influido ampliamente en la psicolingüística cognitivista, desplazando el interés de los investigadores, del mensaje lingüístico al usuario del mensaje.

            Por último, a diferencia de la mayor parte de los psicólogos que los han precedido, los cognitivistas rechazan las teorías de carácter general, prefiriendo los -modelos- en la interpretación de aspectos altamente circunscritos del funcionamiento mental. En particular, muchos psicólogos cognitivistas utilizan sistemáticamente <programas para ordenadores> como modelos capaces de simular los procesos mentales superiores, pese a ser conscientes de los límites implícitos en ésta simulación (la analogía entre el ordenador y la mente humana tiene sentido sólo en algunos aspectos, tanto porque el funcionamiento de la segunda es enormemente más complejo que el funcionamiento del primero, como porque, a diferencia del ordenador, la mente es capaz de resolver problemas aún cuando las informaciones de que dispone sean incompletas o erróneas).

 

3) LA PSICOLOGÍA FUNCIONALISTA.

            El funcionalismo es una escuela psicológica basada en los principios evolucionistas y que floreció entre finales del siglo pasado y comienzos del actual en EE.UU. Su centro impulsor fue la Universidad de Chicago y sus principales exponentes fueron William James (1842-1919), G.S.Hall, J.McK.Cattell y sobre todo J.Dewey, J.R.Angell, H.Carr y R.Woodworth.

            A diferencia del introspeccionismo, vinculado con la tradición de Wundt, el funcionalismo representa una expresión característica de la cultura estadounidense de finales del s. XIX, deseosa de emanciparse con rapidez de sus orígenes europeos. El inspirador del movimiento funcionalista fue W.James, quien en los "Principios de psicología" (1880), se refiere explícitamente a la aplicabilidad en psicología de las teorías evolucionistas de Darwin.

            Estas teorías, centradas en las relaciones entre el organismo y medio ambiente, tuvieron una favorable acogida en la realidad social y cultural de los EE.UU de aquella época. Sin embargo, hay que añadir, que en el nacimiento del funcionalismo intervinieron, además del evolucionismo, dos influjos, aunque menos acusados: por un lado, el pragmatismo de Mead y Moore, también de la Universidad de Chicago; y por otro lado, la <psicología del acto> de F.Brentano, conocida como <escuela austriaca> y planteada a partir de 1870 en abierta polémica con el experimentalismo y con el elementalismo, que son característicos de la orientación wundtiana.

            Los psicólogos funcionalistas ven en el organismo humano la última fase del proceso evolutivo, tanto desde el punto de vista físico como desde el psíquico. De acuerdo con este enfoque, se reitera de una manera sistematizada las tesis darwinianas formuladas en 1872. Los procesos mentales -ya sean elementales o complejos- son considerados como estrategias de las que se sirve el organismo para sobrevivir, como instrumentos más o menos refinados que le permiten no sucumbir ante un ambiente físico y biológico hostil en la mayoría de los casos.

            Para la psicología funcionalista el principal problema ya no consiste en saber <qué son los procesos mentales> (como ocurre en la psicología introspeccionista), sino en determinar <para qué sirven globalmente y cómo funcionan los procesos mentales>. El tradicional dualismo <mente-cuerpo>, que Wundt y los introspeccionistas colocan como cimiento de la psicología, dándole el nombre de <paralelismo psicofísico>, ya no tiene razón de ser porque -en relación con el medio ambiente- la mente y el cuerpo se comportan del mismo modo y constituyen de hecho una unidad imposible de separar. Más allá de sus diferencias aparentemente muy acusadas, por ej. la percepción y la respiración, o bien la memoria y la circulación de la sangre, desempeña una idéntica función de protección del organismo ante el medio ambiente.

            De esta manera, los funcionalistas se alejan del plano descriptivo y se coloca a nivel explicativo, iniciando una corriente de tendencia no positivista en la que se apoyará casi toda la psicología contemporánea, con la importante excepción del conductismo watsoniano.

            Con respecto a la tradición introspeccionista, los funcionalistas definen en términos absolutamente nuevos los procesos mentales conscientes: en vez de concebirlos como acontecimientos psíquicos puros y no relacionados con el resto del organismo ni con el medio ambiente, los interpretan como la máxima expresión de la adaptación biológica.

            La conciencia aparece cada vez que el comportamiento automático se ve obstaculizado por acontecimientos nuevos e imprevistos, que plantean problemas cuya solución no está contenida en el repertorio de la conducta automática (instintiva), sino que es indispensable para la supervivencia del organismo bio-psíquico, a corto o a largo plazo. Cuando ha llevado a cabo su función adaptativa, la conciencia se eclipsa, dejando en su lugar los nuevos automatismos que ha instaurado.

            En el plano epistemológico el funcionalismo se plantea como la antítesis del elementalismo introspeccionista, y dentro de esta reivindicación de la prioridad del <todo> respecto de las <partes> o <elementos> constituye un precedente del gestaltismo.

            Dewey, defiende la tesis funcionalista fundamental, según la cual el acto reflejo representa un eslabón unitario dentro de una cadena de actos reflejos que sólo podrá descomponerse de manera artificial. De este modo se abandona la tesis elementalista molecularista tradicional, que descomponía el acto reflejo en dos unidades (estímulo-respuesta) recíprocamente independientes.

            Por tanto, todas las conductas del organismo viviente constituyen un proceso global, cuyo significado último no hay que buscar en los elementos que lo componen, sino en su relación adaptativa con el medio ambiente.

            Bajo éstas premisas los funcionalistas son los primeros psicólogos modernos que se enfrentan de manera concreta a los temas relativos al pensamiento y a la inteligencia humana, si bien se limitan a subrayar en ellos los aspectos adaptativos e instrumentales, mientras que posteriormente el cognitivismo sostendrá que es posible afrontar tal estudio desde una perspectiva más amplia.

            Para los psicólogos funcionalistas, una idea, un razonamiento, o una expectativa cognoscitiva pueden tener el mismo valor adaptativo que las funciones periféricas como la sensación, la percepción y el aprendizaje.

            En el plano metodológico abrirán la psicología a las aplicaciones socialmente útiles, y contribuirán al <movimiento de los test> que se consolida en EE.UU en la época de la primera guerra mundial.

            Con anterioridad al conductismo, el funcionalismo dedica de un modo privilegiado su atención a la conducta animal y sobre todo humana, poniendo de relieve el carácter dinámico de orientabilidad y de adaptabilidad al medio ambiente que tienen dichas conductas. Fue el primer movimiento psicológico importado desde los EE.UU a Europa. 

            Con posterioridad al primer decenio del s. XX, y coincidiendo con el auge del conductismo, el funcionalismo comienza a decaer, si bien los criterios que le sirven de inspiración han pasado a formar parte de la psicología contemporánea en su conjunto.

 

4) LA PSICOLOGÍA DE LA GESTALT  (Gestaltpsychologie o psicología de la forma).

            El gestaltismo o psicología de la forma, constituye una escuela filosófica contemporánea, según la cual, la vida psíquica -y en particular la experiencia perceptiva- está constituida por procesos dinámicos organizados según principios estructurales autónomos. La <Gestalt> es una configuración en la que la función de las partes está determinada por la organización del todo o, en otras palabras, constituye un todo imposible de reducir a la mera suma de sus elementos constitutivos.

            El gestaltismo nació en Alemania hacia 1912, casi al mismo tiempo que el conductismo en EE.UU, del cual -desde muchos puntos de vista- representa una completa antítesis, antes que nada en el plano epistemológico, porque define su propio objeto de investigación en el interior de la subjetividad consciente y mediante los criterios que ésta emplea.

            Entre sus precursores, en sentido amplio, hay que mencionar a Kant, contrario al asociacionismo de la filosofía empirista inglesa y defensor de la unidad del acto perceptivo, a F.Brentano, adversario del elementalismo de Wundt y de Titchner, a E.Husserl, cuyo sistema fenomenológico inspiró en parte a los fundadores del gestaltismo, de manera directa a través del psicólogo C.Stumpf y de la escuela de Wüzburg fundada por O.Kulpe. También puede mencionarse al físico E.Mach, que desde 1885 formuló la tesis según la cual las sensacines de forma espacial y de forma temporal son independientes de sus elementos constitutivos (un círculo p.ej. puede ser negro o rojo, grande o pequeño, etc, conservando al mismo tiempo inalterada su propia característica global de circularidad).

            El más importante precursor de esta escuela es el psicólogo austríaco C.von Ehrenfels (1859-1932) quien en 1890 publicó un ensayo donde por primera vez se expuso el concepto de <cualidad-Gestalt>, ilustrándolo mediante referencias concretas: una melodía, por ej., posee una unidad intrínseca, una individualidad que va más allá de la simple sucesión o yuxtaposición de sonidos que la componen, hasta el punto de que puede tocarse en otro tono, pero seguirá siendo siempre la misma melodía, aunque sus elementos-sonidos hayan cambiado totalmente. La diferencia entre las notas (elementos) de una melodía y la melodía en conjunto (la forma) es que las primeras pueden variar conjuntamente de tono mientras que la segunda se conserva idéntica. De aquí se deduce que la percepción no es un conjunto de sensaciones o una serie continuada de ellas (asociacionismo) sino que materia y forma se nos muestran de modo conjunto.

            La psicología de la Gestalt nace en sentido estricto con la obra de M.Wertheimer y de sus discípulos más importantes Köhler y Koffka, quienes fundan en 1921 la revista <Psychologische Forschung>, publicación oficial del movimiento gestaltista europeo, que da cabida a muchas importantes aportaciones experimentales y teóricas, hasta que fue reducida al silencio en 1938 por el régimen hitleriano.

            Al emigrar a los EE.UU, los gestaltistas influyeron de modo determinante en la psicología de este país, moderando sus planteamientos conductistas, iniciando un interés por los procesos perceptivos, e introduciendo en ella criterios interpretativos del aprendizaje diferentes de los asociacionistas. A su vez, la psicología estadounidense modificó en parte el gestaltismo originario, desplazándo su interés desde la percepción hasta la motivación y a la conducta social, como atestigua sobre todo la obra de K.Lewin.

            El principio fundamental del gestaltismo queda documentado experimentalmente en el primer trabajo de Wertheimer, "Estudios experimentales sobre la percepción visual del movimiento" (1912), donde demuestra que en una percepción de movimiento, éste es captado como totalidad en su forma aparente <movimiento phi> y existe como realidad global desde el punto de vista psicológico (es decir, en la experiencia del sujeto), siendo imposible reducir dicha percepción a los elementos que la componen físicamente. 

             El gestaltismo se enmarca en la gran reacción antimecanicista y antielementalista que tiene lugar en Europa, y sobre todo en Alemania, a principios del s. XX. Esto se debe en parte a la profunda crisis del positivismo, y en parte, a los nuevos avances científicos, el primero de ellos el descubrimiento realizado por el físico J.C.Maxwell en el ámbito del electromagnetismo: los campos magnéticos son totalidades imposibles de escindir, distintas de la suma de los efectos que producen todas sus partículas por separado. El gestaltismo intoduce las nuevas instancias globalistas en el contexto de una investigación rigurosamente determinista y experimentalista. Redefine también, en estos términos, el método fenomenológico, entendido por Husserl desde una perspectiva declaradamente antipsicológica.

            El método fenomenológico de los gestaltistas consiste en someter a verificación experimental los datos totalmente ingenuos e inmediatos de la experiencia consciente (p.ej. de la percepción), y no -como ocurría en la psicología del s. XVIII- las expectativas lógicas relativas a los datos y originadas por el conocimiento de la naturaleza física de los estímulos que la determinan. Por ejemplo, el término tradicional <ilusión perceptiva> no tiene sentido desde un punto de vista gestaltista, porque lo que <aparece> es psicológicamente aquello que <es> y aquello que requiere ser explicado, con completa independencia del error en términos físicos del dato percibido.

            Estrechamente vinculado con los criterios globalistas y fenomenológico, el criterio del <dinamicismo> constituye otro aspecto característico de la Gestalt. Según este criterio, que los gestaltistas ilustran a través de múltiples ejemplos extraidos de la naturaleza inorgánica y orgánica, las fuerzas se auto-organizan de acuerdo con instancias dinámicas que son internas a ellas, y que excluyen la presencia de constricciones externas visibles. Así, la órbita de los planetas está determinada estrictamente por el campo gravitacional invisible que opera entre el Sol y ellos; de manera análoga, los procesos psíquicos se rígen por la autodistribución de las fuerzas que los determinan. Además, las fuerzas autorreguladas siempre tienden a asumir la estructura más equilibrada, más regular y más simétrica, siguiendo el principio de la <buena forma> expuesto por Wertheimer. Por ejemplo, una gota de aceite que cae en un líquido con el cual no pueda mezclarse tiende a asumir una forma esférica perfecta, porque entre todas las formas posibles la forma esférica es la más sencilla y regular, y la que posee la superficie más pequeña, a igualdad de volumen. Las estructuras psíquicas se comportan de un modo similar y, desde la perspectiva gestaltista, son completamente homogeneas con las estructuras del mundo físico y biológico (isomorfismo).

            Entre las muchas aportaciones teóricas y experimentales que el gestaltismo ha efectuado hasta el presente, es necesario recordar por lo menos aquellas que hacen referencia al <isomorfismo>, al <insight> y a la <psicología del campo> lewiniana.

            El <isomorfismo> fue elaborado por Köhler, y consiste en la tesis según la cual el orden percibido en el espacio ambiental es siempre estructuralmente idéntico al orden funcional que caracteriza la distribución dinámica de los procesos cerebrales subyacentes en el acto perceptivo. Por ejemplo, cuando percibimos visualmente la gestalt <círculo>, corresponde en nuestro cerebro a un campo bioeléctrico bien definido, que tiene sus mismas propiedades estructurales. En términos más generales, los gestaltistas -frente el asociacionismo neurofisiológico- consideran que nuestro cerebro, en vez de reaccionar ante estímulos recíprocamente independientes y sólo vinculados entre sí de una manera sucesiva a través de los mecanismos asociativos, funcionan desde el primer momento como sistema total y dinámico.

            El <insight> (en español se conserva el término inglés que es la traducción del alemán <Einsicht>) consiste en la iluminación inmediata que permite resolver un problema práctico o teórico sin recurrir al procedimiento de <ensayo y error>, y que está determinada por la reestructuración del campo perceptivo o mental. El concepto de <insight> fue utilizado por Köhler, en el período de entreguerras, para interpretar la conducta inteligente de los simios antropoides, y se sitúa en las antípodas del concepto de condicionamiento. Acusado por los conductistas de constituir un disfraz del <intuicionismo>, dicha noción se encuentra en el núcleo de un reexámen por parte de los propios gestaltistas y de los cognitivistas afines a la tradición de la Gestalt.

            La <psicología del campo> fue elaborada por K.Lewin entre 1932 y 1947, en el ámbito del Centro de investigaciones sobre la dinámica de grupos del Massachusetts Institute of Technology. Según Lewin, las conductas tienen lugar dentro de un <campo psicológico> o <espacio vital>, semejante al campo físico maxwelliano, del que forman parte todos los acontecimientos psíquicos pasados y presentes que puedan determinar las conductas. Para representar de manera sintética y eficaz la acción simultánea de los numerosos y contrapuestos factores del campo, Lewin apela al lenguaje gráfico de la geometría topológica, que ilustra las relaciones cualitativas que se producen entre los diversos sectores de un único espacio. En el interior de esta representación -que se encuentra en el orígen de la denominación de <psicología de pizarra> que se utiliza para designar el enfoque lewiniano- se asigna una valencia positiva a los acontecimientos que corresponden a las expectativas motivacionales del individuo, y en cambio, a los acontecimientos que lo amenazan o lo frustran se les asigna una valencia negativa.

 

5) EL PSICOANÁLISIS DE FREUD.

            El término psicoanálisis aparece por primera vez en los escritos freudianos de 1896, y sustituye a los términos <análisis psíquico> y <análisis psicológico>, empleados anteriormente.

            El nacimiento del psicoanálisis, que hay que atribuir por entero al genio innovador de Freud, está en parte vinculado al encuentro dialéctico -magistralmente desarrollado y sintetizado por el mismo Freud- entre dos tradiciones intelectuales europeas diferentes: por un lado el positivismo de la segunda mitad del s. XIX, heredero más refinado del materialismo del s. XVIII, que mediante las formas específicas del evolucionismo darwiniano y la fisiología fisicalista de la escuela de Berlín (von Helmholtz) había impuesto el concepto de <energía> como criterio explicativo de las transformaciones tanto de la materia inerte como de la materia viva, y, por otro lado, la tradición psicológica encarnada en los primeros años del s. XIX por la obra de Herbart, y retomada posteriormente, entre otros, por el psiquiatra T.Meynert, uno de los profesores del joven Freud: según esta tradición la interioridad humana es irreductible a una explicación exclusivamente centrada en los fenómenos de la conciencia y se presenta cargada de producciones e instancias inconscientes.

            Aunque Freud nunca opuso explícitamente su pensamiento al de la psiquiatría tradicional, más bien lo presentaba como una ampliación y una complementación, lo cierto es que el psicoanálisis representó la negación de algunos de los principales criterios interpretativos de la psiquiatría misma con excepción de la inspiración común positivista y racionalista.

            En primer lugar vemos que el psicoanálisis declara que los procesos psíquicos son en sí mismos inconscientes, y que los procesos conscientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida anímica total. Esta aseveración choca frontalmente:

 1) con la tradicional identificación de lo psíquico con lo consciente y por tanto 

2) con la conciencia considerada como la característica definicional de lo psíquico y 3) con la Psicología entendida como la ciencia de los contenidos de conciencia. Este descubrimiento significa que todos los hombres son susceptibles al análisis y les obliga a conducirse como enfermos, los cuales manifiestan frente al tratamiento analítico todas sus resistencias.

            En segundo lugar tenemos la afirmación freudiana de que determinados impulsos instintivos, que únicamente pueden ser calificados de sexuales, desempeñan un papel fundamental en el surgimiento de las enfermedades nerviosas y psíquicas, y que además, influyen de manera nada despreciable, en la evolución del individuo y de la sociedad, y en la génesis de las más altas creaciones culturales, artísticas y sociales del ser humano.

            De esto último se sigue que la Cultura ha sido creada obedeciendo al impulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfacción de los instintos, y que es continuamente creada de nuevo, en gran parte, del mismo modo, pues cada individuo que entra en la sociedad humana repite, en provecho de la colectividad, el sacrificio de la satisfacción de sus instintos. Entre las fuerzas instintivas así sacrificadas desempeñan un importantísimo papel los impulsos sexuales, que son objeto de una sublimación; es decir, que son desviados de sus fines sexuales directos y dirigidos o reorientados hacia fines socialmente relevantes. Pero tal organización resulta muy inestable, ya que los instintos sexuales quedan insuficientemente domados, y en cada uno de aquellos individuos prestos a colaborar en en proceso de civilización, subsiste el peligro de que los instintos sexuales se resistan a semejante trato y ocasionen trastornos de personalidad.

            No obstante, no se detiene ahí la investigación freudiana. Al comparar la neurosis obsesiva de la patología individual con el fenómeno colectivo de las religiones oficiales, dada su análoga referencia a la relación con el padre (complejo de Edipo); se ganaba el inventor del psicoanálisis la enemistad eterna de todos los creyentes.

            Paralelamente a las etapas fundamentales del propio desarrollo conceptual interno, reducible en su mayor parte a la obra y al período de vida de Freud, el psicoanálisis se organizó en el plano institucional con el fin de preservar y defender su propia especificidad frente a doctrinas incompatibles con él, pero que a veces utilizaban de forma desorientadora el lenguaje que él había inaugurado, y frente a la que el propio Freud definió en un artículo de 1910 como <psicoanálisis salvaje>, es decir una forma superficial y diletante de intervención psicoanalítica.

            Al no poder institucionalizarse ni en la medicina oficial (psiquiatría) ni en las escuelas universitarias de psicología de su tiempo, por ser rechazado por ellas, el psicoanálisis se consolidó institucionalmente en solitario, con la creación de institutos nacionales coordinados entre sí y provistos de la prerrogativa de formar psicoanalistas en el plano teórico y clínico-terapéutico y respaldados por publicaciones oficiales y congresos internacionales. El esfuerzo no dió resultado y en la actualidad el <psicoanálisis salvaje> ha prevalecido, sobre todo en al ámbito clínico-terapéutico, que desgraciadamente se prestaba a la manipulación y al diletantismo.

            El psicoanálisis comienza con el descubrimiento de la vida anímica inconsciente[i], de la que son ejémplos no sólo los sueños sino también los actos fallidos, los olvidos (de nombres, de impresiones y propósitos), la alteración de las palabras (las equivocaciones orales, en la lectura y en la escritura), los chistes, etc[ii]. Mostrándose de gran utilidad para la explicación de la vida anímica no patológica y decantándose ya no sólo como un tratamiento psicopatologico, sino como una explicación antropológica de primer orden. Surge asimismo como una terapia médica para el tratamiento de las neurosis, que fueron prontamente consideradas en general como perturbaciones de la función sexual; tratando de eliminarlas (curación) mediante varios métodos hasta llegar al definitivo.

            El psicoanálisis toma consistencia al derivar del concepto de resistencia al de represión como mecanismo de defensa del "yo" y sustituir 

1) el hipnotismo de Charcot y 

2) el método catártico de Breuer, (destinados a hacer volver a los caminos normales los afectos extraviados), por 

3) un primer psicoanálisis ya propiamente dicho. Este operaba mediante la presión del médico para el vencimiento de la resistencia del enfermo obligándole a manifestarse sobre algo relacionado con un tema determinado. (Su finalidad consistía ahora en descubrir las represiones y suprimirlas mediante un juicio que aceptase o condenase definitivamente lo excluido por la represión). Pero es 

4) un segundo psicoanálisis, el que adopta el método de la asociación libre, en el que se invitaba al paciente a abandonarse a manifestar todo aquello que acude a su pensamiento absteniéndose de toda represión final consciente, lo que propiamente podemos considerar ya el psicoanálisis plenamente desarrollado. Un método que se aplicará terapéuticamente al descubrimiento de la sexualidad infantil y de su importancia como causante de los trastornos psicopatológicos.

            El hallazgo del inconsciente significó que las vivencias y conflictos de los primeros años infantiles (complejo de Edipo) desempeñan un papel insospechadamente importante en la evolución del individuo y dejan tras de sí disposiciones imborrables para la edad adulta. Todo lo olvidado había sido penoso por un motivo cualquiera para el sujeto, siendo considerado por las aspiraciones de su personalidad como temible, doloroso o vergonzoso. De manera que olvidar consiste en no permanecer consciente, devenir inconsciente, porque nada desaparece nunca de la mente humana.

             Dentro del terreno de la sexualidad, fundamental desde el punto de vista psicoanalítico para el desarrollo mental del individuo, Freud expone su concepto de libido. <Libido> significa en el psicoanálisis, primeramente, la energía (concebida como cuantitativamente variable y mensurable) de los instintos sexuales orientados hacia el objeto o hacia el yo (libido de objeto y libido narcisista). La líbido vendrá a inscribirse, en función del desarrollo somático del niño, sobre ciertas zonas erógenas (fuentes de placer), marcando así determinados objetos pulsionales. Los lugares de goce del cuerpo variarán según la edad del individuo, haciendo pasar a este último, del narcisimo primario al establecimiento de relaciones objetales.

            Hablando con propiedad, el cuerpo entero es una zona erógena, pero sólo son elegidas ciertas zonas del mismo en el curso del desarrollo humano: 1) El estado oral primario y secundario (0 a 2 años); 2) el estado anal primario y secundario (2 a 3 años); 3) El estado fálico (4 a 6 años); 4) El periodo de latencia (7 a 10 años); 5) El estado genital (11 a 12 años). Todas las enfermedades serán concebidas en relación con un retorno a uno de los estadios de la evolución libidinal (regresión).

            El <Complejo de Edipo>, conflicto esencial en el proceso de desarrollo psico-físico, se sitúa primariamente en el estado fálico y secundariamente en el genital. De ahí que la sexualidad humana sea bifásica: un primer despertar, en la infancia, y un segundo definitivo, en los años de pubertad, acompañado de la madurez de las glándulas genitales y al desarrollo corporal. Este <complejo de Edipo>, postulado por Freud, es central en la conformación del psiquismo y precede directamente al surgimiento del super-yo o conciencia moral.

            El niño, primariamente, se siente atraido hacia la madre y desarrolla impulsos agresivos hacia el padre, que al mismo tiempo implican un -miedo al castigo- paterno (relacionado con el <tabú del incesto>) y un sentimiento de culpabilidad, la fase edípica encuentra su plenitud en la <ambivalencia afectiva> (amor-odio) con la que el niño en segundo lugar, experimenta su relación con los progenitores. Finalmente, el niño renuncia a la madre como objeto erótico y se identifica con el padre, superando el conflicto anterior.

            El complejo edípico en la niña es mucho más complejo -según Freud- aunque sigue de alguna forma el proceso inverso al del niño: Miedo y culpabilidad -complejo de castración-, deseo erótico del padre, agresividad reivindicativa hacia la madre, renuncia al padre y idéntificación final con la madre.

            En cuanto a la mente humana Freud elabora su 1ª tópica (o estructura del psiquismo) en los últimos años del s. XIX, atribuyendo tres cualidades a los procesos psíquicos. 1) Preconsciente: Vivencias que recordamos si nos ponemos a pensar; 2) Inconsciente: Vivencias reprimidas a las que no se tiene acceso directo y 3) Consciente: que coincide con lo que tanto la filosofía como la psicología de su tiempo entiende por conciencia.

            En relación con la tópica Freud distingue entre <proceso primario> y <proceso secundario> en su obra de 1895, conservando esta división en el resto de su obra. Se trata de dos modos de funcionamiento del aparato psíquico humano: el primero más primitivo, el segundo más elaborado. El proceso primario es propio del sistema inconsciente, mientras que el proceso secundario lo es de los sistemas preconsciente y consciente.

            Asimismo, desarrolla dos principios por el que se rígen las pulsiones. <El principio del placer> -calcado de algún modo en el enunciado con anterioridad por el psicofísico Fechner (1848)- significa que la actividad pulsional busca lo que es placentero y huye del displacer sin tener en cuenta las exigencias de la realidad. El <principio de realidad> se contrapone al anterior en el sentido de que el sujeto, al regirse por él, tiene en cuenta las exugencias que impone la realidad, tanto física como sociocultural.

            En "El yo y el ello" (1923) Freud presenta, ya elaborada, su segunda tópica, la definitiva metáfora espacial del aparato psíquico, dividido en tres partes en pugna entre sí: 1) El Ello o instancia inconsciente primitiva regida por el principio del placer e instancia inconsciente profundamente reprimida; 2) El Yo o conciencia propiamente dicha, instancia central mediadora del aparato psíquico, que tiende a regirse por el principio de realidad, si bien contiene una parte defensiva inconsciente y otra preconsciente, y 3) El Super-yo, instancia crítico-moral del psiquismo, de caracter inconsciente y preconsciente, que ejerce presión sobre el Yo.

            La primera teoría de las pulsiones de Freud divide éstas en <pulsiones del yo> o de conservación y <pulsiones sexuales>. Después de la revisión de 1920 aparece una segunda teoría de las pulsiones que, sin anular la primera, la sitúa en un nuevo contexto teórico. Se trata de postular dos grandes poderes pulsionales o <potencias celestes>. 1) El <Eros> o pulsiones de vida, que tienden a constituir unificaciones libidinales cada vez más amplias y 2) El <instinto de muerte> o pulsiones de muerte, opuestas a las de vida, que tienden a desunir y disgregar los estados organicos, autodestructivamente mientras se vuelven primariamente hacia el propio sujeto y como impulsos de agresión, desplazadas secundariamente hacia el exterior.

 

5.1) -PSICOANÁLISIS NO FREUDIANOS Y NEOFREUDISMO.

            Desde el comienzo del psicoanálisis y a partir del propio círculo de discípulos de Freud, se delinearon posiciones críticas y se produjeron disidencias con respecto a la línea del fundador, creándose escuelas no freudianas.

            Entre los contemporáneos de Freud, las impugnaciones más radicales provinieron de A.Adler en 1911 y de C.G.Jung en 1913. Ambos, en efecto, rechazaron los mismos fundamentos y presupuestos epistemológicos del freudismo en nombre de una teoría no determinista y, más explícitamente en el caso de Jung, tendencialmente espiritualista.

            La posición de Adler será parcialmente retomada, sobre todo en los EE.UU, por los denominados <culturalistas> (en particular H.S.Sullivan, K.Horney y, en parte, E.Fromm), los cuales, influidos por las tesis de la antropología cultural y del conductismo, insistirán en la relatividad cultural de los conceptos psicoanalíticos y en el papel fundamental de los factores ambientales en el proceso de génesis y desarrollo de la personalidad.

            Otro importante alejamiento de la teoría y de la práxis freudianas en tiempos de Freud fue el de O.Rank (1920), quien supuso en el <trauma del nacimiento> el orígen de la angustia, así como también el de W.Reich, que en 1927 inauguró la llamada <izquierda freudiana>, identificando la sexualidad con la genitalidad, distinguiendo en la supresión (y no en la represión, como Freud) el mecanismo responsable del surgimiento de la neurósis y propugnando una revolución sexual contra el orden social tradicional, fundado en la familia monogámica, patriarcal y autoritaria.

            Aparte de éstas y otras disidencias más o menos radicales con respecto al pensamiento freudiano ortodoxo, se recuerdan algunos autores que han pretendido mantener este pensamiento substancialmente inalterado en sus fundamentos epistemológicos y metodológicos, aunque desarrollándolo, enriqueciéndolo y modificándolo bajo algunos aspectos de contenido relevantes. Entre ellos cabe mencionar en particular a M.Klein y a J.Lacan, ambos fundadores de dos de las escuelas más representativas del panorama psicoanalítico actual.

            Discípula de los freudianos Ferenczi y Abraham, M.Klein incorporó al psicoanálisis el estudio del mundo fantasmático del niño, apoyándose intensamente en la técnica del juego para diagnosticar las neurósis y psicósis infantiles. M.Klein, a diferencia de la mayor parte de los otros psicoanalistas, aceptó las últimas tesis de Freud relativas al instinto de muerte. Entre sus discípulos se recuerda a S.Isaacs, D.W.Winnicotti y W.R.Bion.

            En cuanto a Lacan, abandonó la Sociedad Internacional de Psicoanálisis para fundar (1964) la Escuela freudiana de París, disuelta por él mismo en 1980. Su intención fue siempre la de reorientar el psicoanálisis hacia la dimensión lingüística del hombre como nódulo central de toda investigación.

 

PRINCIPALES APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

 

  En cuanto la psicología se vuelca sobre la realidad como disciplina científico-práctica y abandona el estricto plano teórico, (ya de suyo con influencias recíprocas), la división entre escuelas o sistemas se vuelve gradualmente menos polémica y más complementaria (aunque sin perder la propia orientación). De esta manera, el terapeuta combinará los métodos y análisis de diferentes tendencias, dependiendo del objeto sobre el que recaiga la aplicación psicológica, para obtener los mejores resultados. De las distintas concepciones de la psicología como ciencia teórica, pasamos ahora, a tratar las distintas concepciones de la PSICOLOGÍA como ciencia práctica.

 

1) LA PSICOLOGÍA APLICADA

            Por psicología aplicada entendemos la utilización sistemática y articulada de las teorías y métodos de la psicología para solucionar los distintos problemas planteados por la vida cotidiana, tanto individual como colectiva.

            Mientras que la psicología <general> (o pura o fundamental) aspira a describir y explicar la conducta humana y los procesos mentales que la rigen, la psicología aplicada aspira a controlarla y modificarla en función de las exigencias personales y sociales, poniendo en práctica las adquisiciones de la investigación psicológico-científica.

            Las primeras aplicaciones de la psicología (contra las que se habían pronunciado varios de los fundadores de la psicología como ciencia autónoma, en particular los exponentes del introspeccionismo, W.Wundt y E.B.Titchener, así como los de la Gestaltpsychologie) se remontan a finales del siglo XIX. En 1897, H.Ebbinghaus, el fundador de la investigación experimental sobre la memoria, realizó estudios sobre la fatiga de los escolares, y muchos alumnos directos de Wundt, sobre todo los de nacionalidad estadounidense, entre los que destaca J.McKeen Cattell (inventor del término test), utilizaron con fines aplicativos el método de los tiempos de reacción y otros procedimientos surgidos en el ámbito de los laboratorios.

             Inicialmente los psicólogos aplicados se dedicaron a la selección del personal militar y de personal industrial, por lo que a la crítica de los psicólogos puros o teóricos, se añadió la de los pensadores izquierdistas europeos, quienes los acusaban de servir a los intereses creados y de ser meros instrumentos de la sociedad de producción capitalista, que los contrataría para maximizar la explotación minimizando sus consecuencias.

            En la actualidad, la psicología aplicada cubre una amplia variedad de sectores y se subdivide en un conjunto de disciplinas que, en mayor o menor medida, recurren a la psicometría, es decir, a los test y reactivos mentales. Las principales formas son las siguientes:

A) LA PSICOLOGÍA DIFERENCIAL.

            El término <diferencial> fue acuñado por W.Stern en 1900. Tiene por objeto la naturaleza y la magnitud de las diferencias en los procesos psíquicos entre individuos aislados, o entre grupos, o entre los dos sexos, o entre clases de edad, clases sociales, culturas, etnias, etc.

            Cronológicamente la primera entre todas las formas de psicología aplicada, la psicología diferencial nació como implicación de la tesis expuesta por Darwin en su "Origen de las especies" (1859), según la cual las diferencias entre los individuos de una misma especie son responsables de la evolución de ésta última. F.Galton fue el primero en intentar traducir a la práctica la tesis darwiniana, tratando de definir las características distintivas de los individuos geniales con respecto a la población total (en "El genio hereditario", de 1869) y fundando en 1882 un laboratorio antropométrico en el cual registró y midió, diferenciándolas unas de otras, un gran número de prestaciones individuales relativas, entre otras cosas, a la agudeza visual y auditiva, a la fuerza muscular y a los tiempos de reacción.

            En 1895 A.Binet y V.Henri publicaron un ensayo titulado "La psicología de las diferencias individuales". En los años posteriores la psicología diferencial siguió afirmando su propia autonomía mediante el uso cada vez más sistemático de los test, en la forma del testing de masa (o sea los test aplicados a categorías enteras de individuos).

B) LA PSICOLOGÍA CLÍNICA.

            Es la más difundida entre las aplicaciones de la psicología. Consiste en el estudio psicológico de casos individuales desde una perspectiva globalista que considera al sujeto humano como una totalidad indivisible. Se sirve de los resultados experimentales conseguidos por la psicología general, sobre todo en los sectores de la personalidad y de la motivación, y de una metodología cuyo instrumento principal es el <coloquio>, apoyado por el uso de los test, en especial los proyectivos, como el de Rorschach.

            El individuo objeto de la psicología clínica no es necesariamente un individuo enfermo o perturbado psíquicamente: en la mayoría de los casos puede tratarse de un individuo que solamente pide ser ayudado y aconsejado en una situación de su vida.

            El primero en utilizar la expresión <psicología clínica> fue el estadounidense L.Witmer, fundador en 1896, de una Psychological Clinic para la recuperación de niños subnormales.

            En la actualidad el psicólogo clínico suele utilizar nociones derivadas del psicoanálisis, aunque un determinado número de estos profesionales, rechazan la connotación psicoanalítica.

            Ramas de la psicología clínica:

                                    b.1) -Psicoprofilaxis.

                                    b.2) -La psicología industrial.

                                    b.3) -La psicología comercial.

                                    b.4) -La psicología escolar.

                                    b.5) -La psicología médica.

                                    b.6) -La psicología política.

                                    b.7) -La psicología legal

C) LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA O PSICOLOGÍA GENÉTICA.

            Disciplina que estudia el desarrollo y la organización progresivos de las estructuras psíquicas (cognitiva, afectiva, lingüística, social) en el periodo comprendido entre el nacimiento y la adolescencia. 

            Se trata de una disciplina independiente, aunque naturalmente vinculada a la psicología general o teórica, a la psicopedagogía y a la psicopatología. Tras empezar como <psicología del niño> en la segunda mitad del s. XIX, se fue convirtiendo cada vez más en la ciencia del <desarrollo psíquico> en cuanto tal, ampliando su propio campo de investigación hasta articularse en tres direcciones distintas, aunque estrechamente relacionadas: el estudio de las características psíquicas que vinculan al niño con el adulto normal y de aquellas que lo diferencian de él; el estudio de las modalidades a través de las cuales las estructuras psíquicas simples se desarrollan hasta convertirse en estructuras complejas; y, por último, el estudio de los factores responsables de dicho desarrollo, subdivisible en las dos grandes categorías de los <factores hereditarios> y de los <factores ambientales>, o bien (en el lenguaje psicogenético) de la <maduración> y de la <educación>.

            En la segunda mitad del s. XIX, y bajo el influjo del evolucionismo, el estudio de la infancia entra a formar parte de las disciplinas centradas en el desarrollo biológico de la especie y de los individuos que la componen. Así, en Francia, H.Taine (que como E.Renan polemiza duramente con la psicología introspeccionista de Wundt) publica en 1876 un artículo titulado "Sobre la adquisición del lenguaje en los niños y en la especie humana", que puede considerarse como la partida de nacimiento de la psicología genética. En el mundo anglosajón, la revista <Mind> publica en 1877 el artículo "Esbozo biográfico de un niño". En EE.UU, fue sobre todo G.S.Hall el intérprete, en el plano empírico, de la nueva psicología evolucionista de la infancia y de la adolescencia.

            Por aquellos mismos años, también los psicólogos funcionalistas se aproximan al estudio de la infancia desde una perspectiva evolucionista, pero son Hall y sus colaboradores de la Clark University quienes tienen el mérito de haber introducido por primera vez en la psicología genética, a partir de 1890, la técnica del cuestionario.

            En los primeros años del s. XX se inician los estudios sobre las actividades gráficas y plásticas del niño, autores como E.Preyer y Elsa Köhler realizan observaciones directas sobre aspectos específicos de la vida psíquica infantil, tales como la percepción visual y auditiva.

            Después de 1910, con los estudios de W.Stern sobre el lenguaje y la personalidad infantiles, y sobre todo con las primeras investigaciones auténticamente experimentales de E.L.Thorndike y J.B.Watson acerca del desarrollo motriz y afectivo del aprendizaje en la edad infantil, se realiza un salto cualitativo en el plano metodológico. En los años posteriores, después de 1920, se produce la verdadera explosión de la psicología genética, a la que contribuyen distintas orientaciones y diversos autores europeos y norteamericanos.

            Cabe destacar en Europa la contribución del suizo J.Piaget, que en 1923 publica "El lenguaje del niño", al que siguen otros trabajos de importancia decisiva para la psicología genética. En el instituto ginebrino J.J.Rousseau, Piaget y sus colaboradores (como A.Rey y B.Inhelder), instalan el primer centro mundial sobre el desarrollo psíquico, que después se convertiría en el Centro Internacional de epistemología genética. Pronto surgirán nuevos centros como el fundado por el francés H.Wallon en 1927, que se convertira, a menudo desde una posición antitética al pensamiento de Piaget, en uno de los puntos de referencia de la psicología genética contemporánea. En los USA mucho más que en Europa, encontraron un terreno favorable las concepciones gestaltianas del desarrollo infantil como algo intrínsecamente unitario.

            Muy importante fue el influjo ejercido sobre la psicología genética por el psicoanálisis. La concepción psicoanalítica en sus múltiples variantes constituye uno de los principales componentes de la actual psicología genética, sobre todo en lo que se refiere a la interpretación del desarrollo afectivo y psicosexual.

            Por lo que respecta, en cambio, al desarrollo infantil en las otras áreas (cognitiva, lingüística, etc), los psicogenetistas no han llegado a un consenso definitivo. Aunque revisada en muchos puntos, la teoría piagetiana sigue siendo la más acreditada tanto desde el punto de vista metodológico como en lo referente a la concepción del desarrollo mental. Este último pasa, según Piaget, a través de una serie de estadios, desde una fase inicial caracterizada por el <sincretismo>, es decir, por la globalidad y la indiferenciación de las actividades perceptiva y cognitiva, hasta la fase adulta, caracterizada por la tendencia al análisis y a la diferenciación de estas mismas actividades.

            Entre las teorías psicogenéticas contemporáneas que se plantean como alternativa parcial al pensamiento piagetiano figura la de H.Werner, que distingue no ya en la <continuidad o gradualidad> sino en el <desequilibrio> entre un estado evolutivo y el siguiente, el factor principal del desarrollo cognitivo: este último se produce, pues, a través de crisis periódicas que reestructuran radical y cualitativamente la organización mental previa del individuo.

            En el también importantísimo sector de la psicología de la adolescencia no existe en la actualidad nada comparable, en el plano de la sistematicidad a las teorías expuestas en el ámbito de la psicología de la infancia. Tras la primera contribución de Hall (en el volúmen "Adolescencia" de 1904), y prescindiendo de las interpretaciones más propiamente relativas al ámbito del psicoanálisis, la vida psíquica del adolescente ha sido siempre un objeto de estudio solamente marginal por parte de los psicogenetistas. Las contribuciones mayores en este sentido provienen, en cambio, de la antropología cultural, empezando pon las investigaciones con las que, a finales de la década de 1920, Margaret Mead puso en relieve la relatividad sociocultural de la condición del adolescente y de su duración. Otra aportación interesante a la psicología de la adolescencia proviene de la psicología social.

D) LA PSICOLOGÍA NEUROFISIOLÓGICA.

            En la actualidad, la <psicología neurofisiológica>, es una rama tanto de la psicología científica, como de la medicina, especializada en el estudio de las relaciones de dependencia y concomitancia entre los procesos psíquicos y las funciones del sistema nervioso.

            El primer impulso hacia ésta disciplina provino del descubrimiento en 1861 de P.Broca relativo a la localización de la función del habla en una zona circunscrita del sistema nervioso central. Aunque viene influido, también, por los estudios psico-físicos de Fechner y Helmholtz, y por la reflexología rusa de Pavlov.

            En las últimas décadas, gracias a los progresos de las técnicas fisiológicas y a la aparición de la electroencefalografía, la investigación psiconeurofisiológica ha hecho grandes progresos y se presenta ahora como uno de los sectores más científicos de la indagación acerca de los procesos mentales.

            Combatida en el pasado reciente por las corrientes conductistas y gestaltistas, ha representado y sigue representando el aspecto característico de la tradición psicológica soviética, cuyo exponente principal es A.Luria.

            En la actualidad la oposición entre psicología pura y psiconeurología se ha atenuado mucho y los psicólogos y los psicofisiólogos suelen trabajar juntos sobre problemas específicos relacionados con la memoria, la percepción y el aprendizaje. Una especialización ulterior ha dado lugar a la <psicoquímica>, ya que los estudios de la bioquímica del cerebro han permitido, en efecto, distinguir relaciones bastante definidas entre los estados de conciencia y las reacciones químicas del sistema nervioso central. 

E) LA PSICOLOGÍA SOCIAL.

            Disciplina autónoma (aunque vinculada a la psicología general) que tiene por objeto los aspectos sociales del comportamiento humano, resumibles en los siguientes ámbitos de investigación: factores socioculturales que presiden la formación de la personalidad; componentes sociales de las distintas funciones psíquicas; relaciones interpersonales; dinámica de los grupos pequeños (concebidos como totalidades estructuradas); psicología de los grandes grupos humanos y de los medios de comunicación de masas.

 
NOTAS

   [i] La interpretación de los sueños (1900). El sueño comparte la estructura de los síntomas neuróticos. Mediante el análisis se llega desde su "contenido manifiesto", la satisfacción de un deseo enmascarado y deformado por la fuerza censora del yo, a un sentido secreto del sueño, las "ideas latentes". La fórmula según la cual el sueño es una satisfacción (disfrazada) de un deseo (reprimido), es la que mejor y más profundamente define la esencia del sueño.

 [ii] Psicopatología de la vida cotidiana (1898-1904).

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