FRAGILIDAD PSICOLÓGICA

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Resumen

En el presente artículo, (Mayo, 2006), se propone el constructo Fragilidad Psicológica, se exponen sus principales indicadores y se ilustran los factores que pueden condicionar y determinar su presencia. Esta definición constituye una ayuda para la fluidez del trabajo y la calidad de la atención al paciente anciano, al tiempo que contribuye a la estandarización de la terminología científica.

“La mente es como un para caídas. . . solo funciona si la tenemos abierta”
A. Einstein

Próximo a efectuarse el IV Congreso Iberoamericano de Gerontología y Geriatría en el Palacio de las Convenciones, de Ciudad de la Habana, la dirección del Complejo gerontológico del Hospital Dr. Salvador Allende, propuso a su equipo terapéutico ofrecer un curso preevento cuyo asunto fuera la fragilidad en las personas de la tercerea edad. 
La idea fue acogida con entusiasmo y rápidamente los miembros del equipo ofrecieron abordar el tema desde la perspectiva de la especialidad de cada quien. Así los geriatras señalaron la conveniencia de explicar los criterios y definiciones actuales, los gerontólogos destacaron la importancia de referirse a lo perjudicial de la dependencia física y social, nuestro Licenciado en Cultura Física defendió la necesidad de brindar, a los cursistas, un programa de ejercicios físicos dirigido a elevar el volumen y la fuerza muscular de los envejecíentes, también se decidió invitar a una joven especialista en Medicina General Integral para que expusiera los resultados parciales de una novedosa investigación que realiza al respecto, en la comunidad del Cerro y yo, psicólogo al fin, ofrecí tratar la fragilidad psicológica en el anciano. 
Subjetivamente tenía la impresión de que la fragilidad psíquica era un asunto trillado y bastaba con buscar en el índice de cualquier libro, de las especialidades afines, o poner las palabras claves en algún buscador de Internet, para que los articulos sobre el tema llovieran, pero, para mi sorpresa no fue así.
Después de insistir de manera infructuosa en la búsqueda, de consultar a colegas de mayor experiencia y de interrogar a varios psiquiatras, tuve que aceptar la infausta realidad, dicho término no existe o apenas figura en la literatura especializada.
Obstinado, resolví no cejar en el empeño y me di a la tarea de elaborar un constructo definitorio de fragilidad psíquica, de fácil empleo para salubristas que atienden ancianos. 
La realidad es que con cierta periodicidad, al servicio de geriatría de nuestra institución hospitalaria, ingresan ancianos diagnosticados como frágiles y, de manera concomitante, se aprecian debilidades de origen social, familiar y psicológico que completan el cuadro de fragilidad o lo hacen más complicado.
Lo primero fue acudir al diccionario de la lengua española para buscar el significado del vocablo frágil.
Frágil: Adj. Quebradizo. // fig. Que peca con facilidad. // Caduco, perecedero.
En el diccionario de sinónimos y antónimos se presentan las siguientes palabras con significado similar. 
Sinónimos: Rompedero, rompible, rajadizo, resquebrajado, quebradizo, quebrantable, inconsistente, inestable, deleznable, delicado, desmejorado, .desmoronable, débil, labil, endeble, enclenque, enfermizo, vidrioso, apagado, astilloso, flojo, frangible, friable, canijo, clástico, de mírame y no me toques.

Como puede apreciarse, el vocablo en cuestión, se corresponde de manera bastante exacta con el esquema mental que una buena parte de la humanidad, posee acerca de los individuos frágiles y abundantes son las palabras de las que se pueden valer los hispano parlantes para significar lo mismo.
Después creí oportuno cuestionarme la necesidad del término, ya que lejos de apoyar a los especialistas, podemos complegisar el vocabulario científico con definiciones superfluas, ambiguas o poco claras.
Para los geriatras la necesidad del termino es obvia, no siempre en un servicio de geriatría se cuenta con la colaboración de un psicogeriatra o un psicólogo, por lo que la elaboración del constructo, la exposición de sus principales indicadores, así como la ilustración de los factores que pueden condicionar y determinar la presencia de fragilidad psíquica, constituye una ayuda para la fluidez del trabajo y la calidad de la atención. También facilita la actividad de psicogerontólogos y psiquiatras centrados en los ancianos. A la vez que contribuye a la estandarización de la terminología científica.
Los psiquiatras y los psicólogos, que desempeñan su actividad en servicios de psiquiatría, suelen emplear los vocablos vulnerable y prágico para referirse a personas con propensión a cruzar la línea de lo normal y lo patológico, expresiones verbales que podemos considerar parientes cercanas al término que proponemos. 
Sin ánimo de pompa, debo decir, que elaborar el constructo de fragilidad psicológica implica cierto grado de dificultad por las razones siguientes:
1. La inmaterialidad de los procesos psicológicos determina que estos no puedan ser observados de manera directa, por lo que es necesario catar la calidad de los mismos a partir de la precisión y la eficacia del sujeto en el proceso adaptación al medio en que se desenvuelve. 
2. Los procesos psicológicos son subjetivos, es decir están vinculados a un sujeto y, por tanto, las manifestaciones normales o no de los mismos, varían de un individuo a otro, por lo que determinar las regularidades y hacer generalizaciones suele ser complicado.
3. La personalidad, como el nivel más complejo de integración, organización y dinamización de los procesos psíquicos, que interviene en la regulación del comportamiento humano, en los aspectos esenciales de la vida, solo es apreciable de modo indirecto, tomando como indicadores las expresiones conductuales del sujeto.
4. Satisfacer con pocas palabras y suma claridad las exigencias de validez y confiabilidad sin dejar de abarcar todas las características, que se consideren esenciales, en el fenómeno, requiere una capacidad de síntesis que no todos poseemos. 
Como primera tentativa, más o menos acabada del constructo de fragilidad psicológica, sometimos al juicio de los cursistas la definición que a continuación presentamos:

Fragilidad psicológica
Los recursos personológicos del individuo, sus esquemas mentales, sus destrezas psíquicas y mecanismos de defensa, son tan limitados y rígidos, que entorpecen su adaptación al medio y propician resistencia al cambio, adoptando estilos de afrontamiento poco eficientes que afectan la calidad de vida, lo tornan más vulnerable a las frustraciones, aumentan la perdurabilidad y las consecuencias de estas, así como el peligro de complicaciones.
En esta definición planteamos que la fragilidad psíquica viene dada fundamentalmente por la inflexibilidad de las formaciones psicológicas antes mencionadas, lo que las convierte en poco prácticas, interfiriendo la interrelación productiva con el medio y el afrontamiento constructivo de la realidad, aumentando la vulnerabilidad del sujeto ante los fracasos y la poca eficiencia al satisfacer sus necesidades en los aspectos esenciales de la vida. 
Las características, negativas o positivas, de estas formaciones psicológicas, son adquiridas, es decir, se construyen en el proceso de interacción social a lo largo de la existencia y están muy vinculadas al tipo de educación familiar y al medio social en el que se despliega el individuo. Ellas, si son auténticas, elevan el carácter activo del sujeto, su capacidad de autodeterminación, de asumir decisiones y responsabilidades en sus acciones.
La personalidad supone un reflejo activo, mediatizado y construido de las realidades objetivas y subjetivas. Constituye un sistema que integra los procesos psicológicos en diferentes subsistemas, dándole al psiquismo unidad, coherencia y sentido, haciendo más efectiva su función de regulación conductual.
En el desarrollo de la personalidad juegan un papel fundamental la autoaceptasión y la autocomprensión, pues constituyen las bases a partir de las cuales el individuo puede enfrentar de manera exitosa los avatares de la vida, favoreciendo su competencia en la interacción con el medio,”la persona, en la medida que es una persona real, es el principal determinante de sí misma. Cada persona es en parte, su propio proyecto y se hace a sí misma” (Maslow, 1972)
El surgimiento de la autoestima, uno de los recursos personológicos más importantes para la presencia de fragilidad psíquica o no, marca la aparición de la personalidad, permitiéndole al individuo la conformación de la identidad psíquica y la imagen de sí mismo. Puede ser definida, según N. Branden, como la “experiencia de ser aptos para la vida y para sus necesidades”. Específicamente consiste en:
· La seguridad en nuestra capacidad de pensar y enfrentar los desafíos básicos de la vida.
· Confianza en nuestro derecho a ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a opinar sobre nuestras necesidades y a gozar los frutos de nuestro esfuerzo.
La autoestima positiva se forma a través de la vida, es susceptible de modificaciones e implica desarrollar el aprecio por uno mismo, es independiente de lo que seamos capaces de hacer o no, asumiendo por igual nuestras competencias y limitaciones. El afecto hacia uno mismo aporta el vigor esencial para desarrollar nuevos proyectos que reafirmen nuestra valía. Nos da la posibilidad de defender nuestros criterios y puntos de vista con la energía necesaria, sin temor a someterlos al análisis critico de los otros y siempre abiertos a las razones ajenas.
La autoestima negativa, por exceso, implica frustraciones habituales, intolerancia, ira, búsqueda y traslado de las culpas, ponderación de los logros personales etc. Cuando se manifiesta por defecto se aprecia poca energía para defender los puntos de vistas propios, sentimientos de inutilidad, resignación, incapacidad para disfrutar de los éxitos y aceptar elogios, etc. 
Con toda seguridad podemos afirmar que la autoestima no es imprescindible para la vida, pero sin ella la calidad de la vida es precaria e inestable.
Una vez conceptualizado el término decidí clasificar la Fragilidad Psicológica en Situacional y Crónica.

Fragilidad Situacional: tiene lugar, por ejemplo, cuando uno o varios eventos vitales impactan en la personalidad del sujeto, limitando, de manera temporal, la capacidad de procesamiento de la información y la eficiencia de las funciones orientadora, reguladora y dinamizadora del comportamiento. Se resuelve en la medida que el individuo revierte las secuelas de dicho impacto.
Fragilidad Crónica: acostumbrada, repetida, usual, cotidiana, arraigada, enraizada.
La presencia de fragilidad psicológica esta condicionada y/o determinada por varios factores: 
1. Capacidad instalada: lo heredado desde el punto de vista biológico, aunque debemos recordar que este aspecto representa una condición necesaria, pero no suficiente para explicar el desarrollo que un ser humano logra alcanzar o una limitación que pueda presentar.
2. Trastornos físicos y biológicos: se refiere a las secuelas de enfermedades y accidentes. 
3. Trastornos psíquicos: desordenes de carácter psicológico o psiquiátrico que el individuo sufre a lo largo de su vida.
4. Eventos vitales para los cuales el individuo no esta preparado y que impactan en su personalidad profundamente, ejemplo un desastre natural o la jubilación.
5. Factores socio/familiares: apunta a la educación a que pudo acceder el sujeto, al nivel de solvencia económica de sus padres, a las condiciones materiales en las cuales se desarrolló la mayor parte de su vida, a las pautas de interacción de sus familiares, al tipo de funcionamiento familiar, el sistema de educación en ese medio, etc.
6. Comprensión, adaptación y afrontamiento de los cambios.

 

Indicadores psicológicos de fragilidad:
· Ansiedad, depresión, inseguridad, desconfianza, irritabilidad e ira. 
· Autorreproches y autocompasión.
· Bajo nivel de tolerancia ante las frustraciones.
· Estado de ánimo negativo.
· Bajo nivel de energía psíquica. 
· Ilogicidad del pensamiento.
· Insatisfacción con la vida pasada y actual.
· Pesimismo u optimismo injustificado.
· Pobre rendimiento intelectual.
· Sentimientos de soledad, inutilidad y minusvalía. 

Indicadores conductuales de fragilidad:
· Conflictos familiares y sociales.
· Consumo frecuente de psicofármacos. 
· Demandas de atención social, familiar y médica excesivas.
· Dificultades con el manejo del estrés.
· Lenguaje manipulativo, cáustico, rispido y/o soez. 
· Lenguaje con tonos extremos. 
· Expresiones verbales en las que priman las palabras debe y tiene.

Causas y consecuencias
Si damos por cierto que los seres humanos constituimos unidades biopsicosociales, es lógico suponer que la fragilidad psíquica pude ser al mismo tiempo causa y efecto, tanto de factores orgánicos, como sociofamiliares, por ejemplo un individuo con esquemas rígidos respecto a la relación entre la función de proveedor económico -históricamente asignada por la sociedad al sexo masculino- y el respeto que los hijos deben tener por los padres, al llegar la jubilación consigue sentirse amenazado por menoscabo de su estatus económico, algo que el no puede remediar y mucho menos manejar de forma adecuada, transportándolo a la depresión, con manifestaciones de ira, rechazo de los contactos sociales e inapetencia, por lo que sus familiares no lo aceptan, los amigos le dan la espalda, pierde masa magra y sufre déficit de vitaminas y proteínas esenciales para la salud biológica, los que a su vez deterioran aun más su autoestima y profundizan la fragilidad psicológica.

Complicaciones
Un individuo con presencia de las tres fragilidades, psíquica, orgánica y socio familiar tiene superiores probabilidades de desarrollar enfermedades somáticas y/o mentales de peor pronóstico con tendencia a la claudicación, por no contar con los recursos psicológicos adecuados para enfrentar el proceso patológico.

Conducta a seguir
· Apoyo emocional.
· Elevar la autoestima.
· Detectar ideas negativas y detenerlas.
· Reorganización cognitiva.
· Entrenamiento en técnicas de solución de problemas.
· Técnicas de relajación y auto control.
· Estimular la práctica del deporte y los ejercicios físicos.
· Crear un ambiente estimulante.
· Estimular la participación social.
· Educar y estimular: memoria, atención, imaginación y procesos lógicos del pensamiento.

Conclusiones
La Fragilidad Psicológica es fundamentalmente el resultado de no aprender tomar con carácter activo y de forma comprometida la construcción de la propia personalidad. Para no ser un pelele de los acontecimientos es necesario admitir el peligro de edificarse a sí mismo, aceptar la responsabilidad de los fracasos propios y rectificar, pues nadie puede sustituirnos en esa actividad y en esto juegan un papel, fundamental la familia y la sociedad.
Este concepto no puede ser agotado en una clase o en un articulo, además creo que aun necesita de cuantiosas cavilaciones y es posible que de rectificaciones. Mi objetivo es que se reflexione y debata al respecto. 

Bibliografía
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11. Mayor, J.; Labrador, F. J.: Manual de modificación de conducta, ed. Alambra Universidad, España 1984.
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