GENERALIDADES SOBRE OSTEOLOGÍA

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Pablo Ruiz Gallardo 

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Recopilación de apuntes de Anatomía Funcional de 1º: FCCAFD - Granada

Recuerda que estos apuntes son una mera referencia (pueden contener errores) y no están validados por el profesor.

Rafael Valdivia:

 

1. Definición general.

Los huesos derivan del esclerotomo del mesodermo medioventral y por lo tanto incluimos dentro de ellos a los 208 huesos nombrados encargados del sostén de las diferentes estructuras del especímen humano. Existen también otros huesos llamados supranumerarios o sesamoideos que no reciben nombre.

Los huesos, si son clasificados en función de su forma puede hacerse tanto relativamente (en función de las forma de otros huesos) como absolutamente (su forma propia).

Podríamos definir al esqueleto humano como la sucesión de 24 vertebras de las cuales nacen dos pares de extremidades.

 

2. Aspecto óseo.

Los huesos aunque son las estructuras más duras de las que disponemos son también las más frágiles. Debido a que son muy moldeables, cualquier músculo, tendón, cartílago, vaso, nervio, ... por muy pequeño que sea deja su marca en el hueso. De aquí deducimos que ningún detalle del hueso sale por que sí, anarquicamente, sino que es causado por algo o alquién. No solo son moldeables por fuera, sino que también los son por dentro, es por esto por lo que cualquier hueso que sufre determinadas presiones es capaz de reorganizar sus estructuras internas (trabéculas óseas) para adaptarse.

El tejido óseo tiene una asombrosa plasticidad, que se pone de manifiesto, por ejemplo, en la notable transformación que experimenta su estructura cuando se modifican la naturaleza y la intensidad de las cargas mecánicas actuantes (adaptación funcional); la causa de este hecho es su riqueza celular y su íntima relación con las vías sanguíneas.

En función de su forma podríamos clasificar a los huesos en largos, cortos y anchos.

A) HUESOS LARGOS:

En ellos predomina la longitud, están destinados a trasmitir presiones y podemos distinguir:

           - Una parte media, cuerpo o diáfisis.

           - Unos extremos o epífisis (proximal y distal en función del sentido craneocaudal).

Estos huesos no son totalmente rectos y su sección en la diáfisis o parte media suelen ser primáticas o triangulares.

Las epífisis suelen ser muy voluminosas y están destinadas a articularse con otros huesos, por lo que tienen multitud de detalles destinados a determinadas uniones con distintos elementos de todo tipo (músculos, tendones, ...)

B) HUESOS CORTOS:

En ellos NO predomina ninguna dimensión (p.e. las vértebras); suelen ser irregularmente cuadrangulares o cúbicos con múltiples caras denominadas facetas. Están destinados a soportar presiones y suelen articularse con muchos huesos periféricos, por lo que casi siempre se encuentran en puntos de unión de manos y pies con el resto de los miembros.

C) HUESOS ANCHOS:

En ellos encontramos grosores muy pequeños en relación a la altura. Son huesos que presominan en la cara y en la pelvis y están destinados a proteger el sistema nervioso y las vísceras respectivamente. Sus caras son muy lisas, todo lo contrario que sus bordes, diseñados para uniones.

 

En los tres tipos de huesos que acabamos de clasificar encontramos una serie de características típicas de los huesos que son:

a) Salientes:

También son denominados apófisis o eminencias y siempre son proporcionales a la entidad anatómica que lo ha producido, o sea, a mayor fuerza muscular mayor saliente, ... Pueden ser de dos tipos:

- Articulares: Suelen ser lisos y destinados a recubrirse de cartílago articular.

- No articulares: que reciben el nombre en función de su tamaño.

       * Simples: son los más pequeños.

       * Protuberancias: son los más grandes.

       * Espinas: si son puntiagudas.

       * Lineales o crestas:

b) Cavidades:

Las cavidades podemos dividirlas en también en dos grupos:

- Articulares: están relacionadas directamente con salientes articulares.

- No articulares:

* Originadas por ligamentos o músculos que aprietan un una determinada zona: cavidades de inserción o fijación..

* Cavidades de recepción para arterias, venas, ligamentos, ...

* De ampliación: normalmente usadas para aligerar el peso total del hueso. Senos frontales, mastoideos, temporales, ...

c) Agujeros:

Normalmente van acompañados de un canal. Encontramos principalmente dos grupos:

- De transmisión: destinados al paso de una arteria, vena, músculo, ligamento, ... que no para en el propio hueso, sino que lo atraviesa y sigue. (P.e. el agujero o canal occipital). La mayoría de ellos tienen nombres muy complicados, y generalmente se nombran por su forma:

* Agujeros o canales rasgasdos.

* Hiatus.

* Ovales.

- De nutrición: Sirven para el aporte de sangre arterial y para el drenaje de la sangre venosa en el propio hueso. Son para arterias o venas que entran en el hueso y no salen y se las denomina en función de su grosor de 1er, 2º, 3er y 4º orden.

* De primer orden: Son los más gruesos. Suelen estar siempre en los planos de flexión de los huesos largos y nunca en los de extensión. Tan solo hay uno por cada hueso y se nombran de igual manera que el mismo.

Se suelen colocar en el punto medio y se orientan hacia uno u otro lado en función del crecimiento del hueso. En el miembro superior se dirigen hacia el codo, mientras que en el miembro inferior se apartan de las rodillas.

* De segundo orden: Son más numerosos que los anteriores, de 20 a 150 por hueso, y están destinados a drenajes (venas). En los huesos largos los encontramos en las epífisis, mientras que en los cortos se encuentran en todos sus márgenes.

* De tercer orden: Son de tamaño microscópico e innumerables en función de la extensión del hueso. Son los orígenes de los canales de osificación o conductos de Havers. Nacen de pequeñísimos vasos del periostio, por lo tanto en aquellos huesos que carezcan de él no encontraremos ninguno.

* De cuarto orden: Son mínimos y son los conductos exteriores de los canales óseos. Por ellos se trasladan las células óseas.

d) Periostio:

Es la cubierta periférica del hueso y en realidad se trata de una membrana denominada membrana nutricia del hueso, ya que es el origen de los canales o agujeros de tercer orden.

El riego sanguíneo que aporta el periostio es más importante incluso que el que aporta el canal o agujero de primer orden.

Preside la osificación del hueso principalmente en grosor, y para ello se va dilatando. Esta dilatación necesaria no provoca tirantez en el periostio ya que gracias a las células germinales crece.

Es la única parte sensitiva y con innervación del hueso, siendo por lo tanto la zona que le da sensibilidad.

Hay zonas del hueso en las que no existe periostio como las articulaciones y los lugares de fijación de músculos, ligamentos, tendones, etc. En estos sitios el hueso no crece en grosor.

 

3. Estructura ósea.

En los tres tipos de huesos que hemos estudiado encontramos la misma estructura con una única diferencia en la disposición de los diferentes tejidos óseo. La sustancia intercelular del hueso del hombre y de los mamíferos adultos nos ofrece una constitución laminar, estando separadas unas laminillas de otras por una sustancia orgánica calcificada.

La formación de la estructura ósea está verificada por dos mecanismos distintos. La mayor parte de los huesos se forman por sustitución o sea, a partir de un esqueleto cartilaginoso previo, siendo simultáneas las acciones de destrucción del cartílago y formación del hueso. Este proceso se denomina osteogénesis de sustitución o endocondral. La mayor parte de los huesos de la región cefálica, la clavícula, el anillo timpánico, .. se forman, sin embargo, por osificación de tejido conjuntivo, sin el rodeo que supone pasar por un modelo cartilaginoso previo. Este proceso se denomina osteogénesis desmal.

A pesar de esto ambos procesos son fundamentalmente similares, ya que se deban a la actuación de los osteoblastos.

La transformación del hueso plexiforme en hueso laminar: el esqueleto ósea del recien nacido está formado por hueso plexiforme; el del adulto, casi exclusivamente por hueso laminar. Este paso comienza con las acciones de destrucción del hueso plexiforme mediante los osteoclastos y las acciones de construcción mediante los osteoblastos de laminillas concéntricas ordenadas.

Una vez que el hueso llega a convertirse en su totalidad en hueso laminar podemos observar dentro de su estructura: caract,utiliz,+comun en,..

a) Tejido cortical o compacto: es el más externo y tiene un aspecto laminar que se corresponde con la superposición de las trabéculas óseas de las laminillas óseas. Está diseñado para la trasmisión de presiones.

b) Tejido esponjoso: en él las distintas trabélculas óseas se entrecruzan dejando entre ellas pequeñísimas cavidades denominadas espacios intratrabeculares. Estos espacios son ocupados en lo general por médula ósea. Está diseñado para el amortiguamiento de presiones.

c) Tejido reticular o areolar:este tejido es prácticamente similar al tejido esponjoso, diferenciándolo casi exclusivamente un mayor espacio intertrabecular, es decir, es un tejido más expandido. Misma función que esponjoso.

Aunque un hueso está formado por estos tres tejidos claramente diferenciados hablamos de un único hueso. Por lo tanto la única diferencia estructural entre un hueso corto, uno largo, y otro plano es la disposición de los distintos tejidos para cumplir mejor su cometido.

En un hueso largo vemos cómo en su diáfisis existe una gran cantidad de tejido cortical, mientras que en las epífisis se acumulan predominantemente tejidos esponjosos y reticulares, por lo que adquieren la función de amortiguación. En la diáfisis el tejido cortical se acumula en la zona periférica dejando el interior del hueso hueco; es en este hueco donde se acumula la médula ósea. La forma de este hueco no se correspondo con la forma del hueso, sino que tiene una forma más o menos suavizada: ovoide por lo general. A partir de las epífisis el hueso crece en longitud. En los huesos más jóvenes existe un punto de crecimiento dentro de la propia epífisis denominado metáfisis. Durante el crecimiento ambos puntos se van acercándose, parándo el crecimiento del hueso cuando ambos llegan al mismo punto.

En un hueso corto observamos cómo existe una gran cantidad de tejido reticular y esponjoso, siendo los huesos que más amortiguan. En el interior de estos huesos se encuentran por lo general grandes cavidades venosas. En el caso de las vértebras, observamos una orientación vertical de las trabéculas óseas y la presencia de casi ningún tejido cortical.

En un hueso plano econtramos una fina capa de tejido cortical a ambos lados en la zona media, y más rugoso y grueso en las zonas periféricas. No amortiguan casi nada.

 

3.1. Células del hueso.

Podemos encontrar dos tipos básicos. Unas derivan de la matriz ósea (escleroblastos) y otras derivan del mesénquima sanguíneo. Estas últimas derivadas del mesénquima (tejido inmaduro) son unas células inmaduras que forman las médulas óseas. Existen varias líneas celulares, las cuales forman glóbulos rojos, leucocitos, plaquetas, ..

Existen cuatro tipos de médulas óseas.

M.O.Roja: Encargada de formar la mayor parte de la sangre. También preside la osificación y la hematopoyesis. Es inagotable.

M.O.Amarilla: Hay menos líneas germinales. Está infiltrada de grasa y es típica de los individuos ancianos, sobretodo en los huesos largos.

M.O.Gelatinosa: En los huesos de la cara y del cráneo.

M.O.Gris: Es muy rara y está presente en recien nacidos.

Funciones de la médula ósea:

1. Aligerar al hueso al mismo tiempo que le da plasticidad y elasticidad.

2. Facilitarle la trasmisión de presiones.

3. Favorecer la osificación del hueso.

4. Favorecer la hematopoyesis o proceso de formación de sangre.

Las células que derivan de los escleroblastos formas 3 líneas celulares.

Células osteoblastos: Se encargan de la formación de la matriz ósea, que son cristales de una sal llamada hidroxiapatita. En esta sal predominan el fósforo, el calcio, y en menor proporción -,-,-,-,-. Esta matriz ósea es la que forma las trabéculas óseas.

Células osteoplastos: Son los encargados de darle la forma al hueso. Tienen un mecanismo de vacuolas en cuyo interior atrapan los cristales y otro por el que los trasportan, moviéndose por mecanismos de presión y destensión.

Células osteoclastos: Línea celular que fagocita los distintos cristales de hidroxiapatita y forman otras sales que son reutilizadas por los osteoblastos para hacer más cristales de hidroxiapatita. Son las células destructoras del hueso. 

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