SISTEMAS DEMOCRÁTICOS

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Jaime Gonzalez Soriano 

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Tipología de sistemas políticos

Existen dos grandes tipos de sistemas políticos, que se separan en una distinción dicotómica:

1.        Sistemas democráticos

a)        Democracias estables

b)        Democracias en proceso de consolidación y desarrollo

2.        Sistemas no democráticos

 

El concepto de democracia

Es un concepto básico del pensamiento político occidental desde finales del siglo XIX, que se recupera y consolida después de la Segunda Guerra Mundial.

Cada paradigma tiene un concepto distinto de democracia:

·          El paradigma crítico desarrolla un concepto normativo en cuanto a los valores. Es un concepto ideal-teleológico de la democracia, que se entiende como una finalidad, con un carácter emancipatorio; supone la autodeterminación de los seres humanos.

·          El paradigma positivista trata de delimitar las formas democráticas, las instituciones y procesos para la toma de decisiones de forma democrática. Entiende la democracia como procedimiento.

Conceptos iniciales de democracia:

a)     Visión sintética: gobierno representativo y responsable (BIRCH), sujeto a control parlamentario, y al control de las elecciones.

b)     Visión comprensiva (SCHUMPETER): la democracia es un sistema institucional que tiene la finalidad de tomar decisiones, y en el que los individuos adquieren el poder de decidir por medio de una lucha competitiva, en la que se combate por el voto del pueblo. Hay democracia: cuando los agentes decisores más poderosos se seleccionan en elecciones periódicas; cuando en las elecciones compiten libremente candidatos distintos por los votos; cuando toda la población adulta tiene derecho de voto. Estas características definen un gobierno responsable, representativo, que tiene como base la participación y la competitividad.

Aspecto formal de la democracia: la democracia está vinculada al Estado de Derecho, a la noción de imperio de la ley (principio de legalidad), a la garantía de los derechos fundamentales, en particular la garantía a los derechos políticos (expresión, asociación, sufragio), y también a que exista una organización donde se represente la voluntad general, que es la fuente de la ley, y a que tenga capacidad de control sobre el eje (división de poderes).

También existen otros matices en la caracterización de la democracia: es posible distinguir entre democracia representativa y democracia directa (ambas se basan en la participación popular).

En la primera noción se inscriben de forma general las democracias actuales: en las sociedades de masas, los ciudadanos sólo pueden participar a través de procedimientos representativos en unas instituciones que contengan-representen la voluntad colectiva.

La democracia directa implica la participación de cada ciudadano en la decisión acerca de cuestiones concretas y puntuales. Los sistemas actuales también incluyen formas de democracia directa (referéndums).

La democracia de masas conduce a la distinción de unas organizaciones específicas que articulan las masas de votantes: aparece el concepto de democracia de partidos[1], que son los que hacen posible el principio representativo.

El Período de Entreguerras supone una crítica radical a la democracia, y de los partidos políticos. En esta época, son concebidos como facciones; no son capaces de articular la democracia, sino que además se dedican a defender determinados intereses propios.

Sin embargo, la crisis del sistema, la guerra y la posterior victoria aliada, conllevan que los partidos políticos, como instituciones independientes, que han servido para reconducir al terreno democrático a las sociedades europeas, sean entendidos como necesarios y consustanciales para y a la democracia.

La democracia de hoy es una democracia de partidos, que se convierten en los cauces de representación. Las democracias actuales implican la existencia de más de un partido para que se institucionalice la oposición y surjan alternativas.

Teoría Elitista de la Democracia (que arranca de SCHUMPETER): el principio representativo da lugar a la creación de una clase política, una élite gobernante, que compite por los votos de los ciudadanos. Sin embargo, en los regímenes democráticos, las élites cambian, están en competición y se suceden unas a otras.

Este concepto de élite de poder no tiene nada que ver con el concepto estático de élite de Mosca y Pareto (conciben la sociedad como una masa amorfa, carente de voluntad, y sin capacidad de actuación; así aparece una élite política que la dirige)

Lo marxistas (MILIBAND, WRIGHT MILLS) critican la Teoría Elitista de la Democracia, afirmando que la sociedad capitalista está dirigida por una clase dominante; aunque se sucedan distintos individuos en el poder (distintas élites), todos pertenecen a la misma clase; no cabe la democracia.

La actuación de las élites en democracia también es estudiada de forma crítica por Robert MICHELS (1876-1936) en su análisis del partido socialdemócrata alemán SPD. Observa la autoreproducción de la burocracia del partido, lo que le permite elaborar la “Ley de Hierro de la Oligarquía”, que opera en los partidos aparentemente democráticos, y que implica que el grupo dirigente se reproduce a sí mismo continuamente, impidiendo la renovación de las élites, con lo que la democracia no es posible.

Por ello es necesario garantizar la democracia interna en las organizaciones partidistas, a través de distintos procedimientos, como elecciones primarias, etc.

Concepto de pluralismo político, sobre el que se sostiene la democracia. Las sociedades democráticas se fundamentan en una estructura pluralista de grupos e intereses,  presidida por una potencial conflictividad; la democracia provee entonces de soluciones al conflicto, a través de cauces institucionalizados (DAHRENDORF).

Concepto de consenso, Teoría Consensual de PARSONS: la democracia es el sistema político más eficaz, “porque habilita al mayor número de personas en el consenso”. Así aparece la democracia como el gran acuerdo de la ciudadanía. Además, la eficacia otorga una gran legitimidad a los sistemas democráticos. Esta idea (democracia -> legitimidad + eficacia) la enuncia LIPSET.

Concepción corporativa de la democracia: en las sociedades occidentales democráticas operan grandes corporaciones de intereses, que negocian y establecen acuerdos que son decisiones fundamentales dentro del sistema político, y en torno a las que se articula el mismo. El neocorporativismo se traduce fundamentalmente en pactos sociales entre sindicatos y organizaciones empresariales (grupos de presión).

Concepto de democracia consociativa o consociacional, que se desarrolla en países como Bélgica, Suiza o España, donde las sociedades están segmentadas a través de cleavages culturales, fracturas religiosas, etc.; en estos países, las élites representantes de los segmentos sociales forman acuerdos que permiten la resolución de conflictos y la toma de decisiones en favor de la ciudadanía De esta forma, de los intereses propios de cada grupo, la democracia es capaz de extraer un proyecto común de convivencia.

 

Perspectivas en el estudio de la democracia

I.              Perspectiva individualista de la democracia: utiliza una metodología individualista, parte de una concepción racionalista del individuo (la variable que se analiza es el comportamiento racional del individuo). Dos autores fundamentales:

-         Anthony DOWNS. Toma en consideración a los individuos en cuanto que votantes, y a los partidos políticos en cuanto que oferentes de políticas públicas. La democracia es el mercado en el que los votos les sirven a los individuos para comprar policies (políticas). Downs también elabora el concepto del eje político como índice de radicalización, lo que sirve a los partidos políticos para modular su oferta política para evitar la pérdida de votos a causa de la adopción de posturas extremas.

-         Mancur OLSON. Enuncia el principio del efecto free-rider, a partir del análisis de la acción colectiva. Olson aprecia una lógica de la acción colectiva, que se puede trasplantar a otros análisis, por ejemplo al de la caída de los países socialistas (según esta perspectiva, los individuos de estas sociedades no se interesaban en que la organización funcione, no se esfuerzan ni involucran).

Cuando las democracias surgen, los individuos se asocian y participan, y se produce la institucionalización de las formas de acción colectiva. Pero pasado algún tiempo, cuando la democracia se consolida, el cálculo racional del individuo se invierte, se produce una delegación en las organizaciones, y deja de participar activamente. Así, surgen democracias corporativizadas, en las que las decisiones las toman órganos intermedios (por ejemplo, Austria, Suecia, etc.)

2 grandes teorías de la perspectiva individualista

DOWNS: democracia=mercado

OLSON: institucionalización de las organizaciones colectivas, en las que se delega la participación

 

II.         Concepción colectivista o socialista: se descompone en tres ideas principales:

a)     Idea de la democracia social (socialdemocracia), que implica la extensión de la ciudadanía social, de los derechos sociales. Según los socialdemócratas, existen tres estadios en el desarrollo de la democracia: el primero es el de la democracia política (conquistas: sufragio universal, derechos civiles y políticos), el segundo el de la democracia social (que defiende la existencia de unas condiciones mínimas de vida para todos: educación, sanidad, vivienda digna, etc.) y el tercero el de la democracia económica.

b)     Idea de democracia económica: implica la no existencia de desigualdad por razones de riqueza, a través de la socialización de los medios de producción.

c)     Idea de democracia industrial: implica la participación de los trabajadores en las empresas, en los procesos de producción.

 

III.    Concepto procedimental de democracia. Parte del análisis de SCHUMPETER. Su máximo exponente es R.DAHL.

DAHL afirma que la democracia es un procedimiento que garantiza la propia democracia, para lo que requiere una serie de características:

-         Libertad para constituir e integrarse en organizaciones

-         Libertad de expresión

-         Derecho de voto

-         Elegibilidad para cargo público (derecho de sufragio pasivo)

-         Posibilidad entre los líderes políticos de competir por el voto

-         Fuentes alternativas de información

-         Elecciones libres y limpias

-         Las instituciones que elaboran la política de gobierno dependen del voto y de otros signos de preferencia

Dentro de esta línea, la Freedom House de Nueva York elabora un informe anual sobre la democracia en el mundo, que establece una tipología de regímenes, divididos en países democráticos, parcialmente democráticos y no democráticos (a través de criterios como la alternancia en el poder, existencia de partidos políticos, elecciones periódicas, etc.)

-              Régimen parlamentario, régimen presidencial, regímenes semipresidencial y semiparlamentario. El modelo Westminster y el modelo de democracia de consenso.

 

Dentro de los regímenes democráticos, es posible establecer varias subtipologías:

1.  Regímenes parlamentarios: es el modelo europeo típico. El poder ejecutivo está aquí vinculado al poder legislativo, y depende de una mayoría a su favor.

Admiten distintas posibilidades: gobierno mayoritario, minoritario o en coalición.

El régimen parlamentario en Europa sigue un proceso histórico que arranca en la Edad Media, con las cámaras estamentales en las que el monarca progresivamente sus poderes, hasta llegar a las situaciones actuales, en las que el Presidente o Rey desempeña más un rol formal que un poder efectivo.

2.  Regímenes presidenciales: el Presidente (poder ejecutivo) dirige el gobierno, y es elegido de forma directa e independiente de las Cámaras legislativas. Éstas tienen como función aprobar las leyes (competencia legislativa), y además son los entes representantes de la voluntad general. Existe una cooperación entre ambos poderes en la toma de decisiones.

Se inspira en la monarquía constitucional británica, que ya era una monarquía limitada a finales del siglo XVIII. El presidente es autónomo del parlamento, a semejanza del rey inglés.

El mejor ejemplo de este modelo es Estados Unidos, donde, tras alcanzarse la independencia, la situación no evoluciona, manteniéndose un poder ejecutivo con unas prerrogativas similares a las del rey; el presidente, elegido democráticamente, no admite a una rebaja de su poder, argumentando la diferente raíz de su legitimación con respecto del rey.

3.  Regímenes semiparlamentarios. El mejor ejemplo es Israel, en donde el Primer Ministro goza de una legitimidad propia frente al Parlamento, pero debe contar con la mayoría parlamentaria para sacar adelante las leyes.

4.  Regímenes semipresidenciales. Imperaban en Europa en los años 20 (España, Alemania, Austria...); sobre la base de un régimen parlamentario, el Presidente goza de facultades especiales para nombrar Primer Ministro, nombrar a los miembros del gobierno, o presidir sus reuniones. El gobierno, mientras, sigue siendo responsable ante el Parlamento. El Presidente está dotado de legitimidad propia, en tanto que es elegido de forma autónoma.

Este sistema acabó entrando en una crisis institucional, que explica en parte la crisis que en el Período de Entreguerras sufrieron los regímenes democráticos en general (nazismo, etc.)

El mejor ejemplo de este modelo en la actualidad es el francés (V república, 1962). Sin embargo, el fenómeno de la cohabitación que se da en este sistema demuestra el predominio del elemento parlamentario sobre el presidencial, lo que desvirtúa en parte la inclusión de Francia en este modelo (el Primer Ministro acaba teniendo más importancia que el Presidente).

 

LIJPHARDT establece otra tipología de regímenes democráticos. Divide a éstos en dos modelos:

1.  Modelo Westminster. Es el caso británico.

Se basa en un sistema de representación mayoritario, con una alta concentración de poder: un solo partido tiene la mayoría y controla el gobierno. Así tiene lugar una cierta fusión de poderes (del ejecutivo y el legislativo), con la preminencia  del gabinete sobre el legislativo.

Suele caracterizarse además por desarrollar un bicameralismo asimétrico.

También desarrolla un sistema de partidos bipartidista, y bidimensional (sólo actúa un cleavage en la definición ideológica de los dos partidos fundamentales).

El sistema electoral es mayoritario.

El gobierno está centralizado territorialmente.

La constitución no está escrita.

2.  Modelo de democracia de consenso: el más representativo es el modelo belga, y en general es el imperante en las democracias continentales europeas.

Se suele caracterizar por la existencia de gobiernos en coalición, lo que implica una variada participación de fuerzas en el ejecutivo.

La separación de poderes es más estricta que en el caso anterior, siendo el ejecutivo y el legislativo autónomos entre sí.

Desarrollan en general un bicameralismo equilibrado.

Su sistema de partidos es pluripartidista, y pluridimensional (expresión de la existencia de sociedades segmentadas y enfrentadas en más de un cleavage).

Los criterios de representación electoral son proporcionales.

Se caracterizan por el federalismo o la descentralización territorial.

Sus constituciones están escritas.

 

Los procesos de transición y consolidación democrática. Las transiciones en la Europa del Este.

Su análisis consta de dos partes:

 

1.  Investigación de si existen unas condiciones previas para la democracia o si esta surge ex novo.

Parece que siempre existen unas condiciones de partida para el desarrollo de un proceso de transición, las cuales se pueden dividir en cuatro tipos de referentes:

a)     Referente económico: en los años 60 se relacionan los regímenes democráticos con el grado desarrollo económico de un país (nivel de riqueza económica, nivel de renta, desarrollo industrial y tecnológico, etc.). En la actualidad, el 90% de los regímenes democráticos están insertos en países desarrollados.

Sin embargo, no se puede elaborar una regla general: los estados del sudeste asiático gozan de un gran desarrollo económico pero no son regímenes democráticos.

Así, en la actualidad se afirma que no es tanto el desarrollo económico el que condiciona la aparición de la democracia, como sus consecuencias: la alfabetización, la urbanización, la existencia de medios de comunicación, etc., lo que permite la moderación de los conflictos sociales, que se alcancen compromisos entre las élites y se complejicen las sociedades.

En España, los Planes de Desarrollo Económico condujeron a la urbanización y la alfabetización de la población, lo que hizo más fácil el proceso de transición. Las consecuencias del desarrollo facilitan las transiciones.

b)     Referente social: los teóricos del pluralismo afirman que en las sociedades articuladas por grupos de presión es más difícil un control autoritario.

También desde una perspectiva marxista se afirma que es más fácil una transición [revolución burguesa] donde existe una burguesía autóctona. Por ello, sería muy difícil la construcción de democracias en el Tercer Mundo (BARRINGTON MOORE).

Se puede establecer una relación a tres bandas entre modelo político, y factores sociales y económicos: la democracia está vinculada a los sistemas económicos capitalistas (aunque a través de una relación unidireccional: la existencia de un sistema capitalista no conlleva automáticamente que su soporte político sea una democracia, como ya hemos visto). Esto es a causa de que la economía de mercado impulsa el desarrollo de una élites económicas a las que es muy difícil limitar y controlar desde el poder del Estado. La economía de mercado favorece la dispersión del poder, incluyendo también el desarrollo de organizaciones sindicales, que pueden llevar a formas autónomas de presión social, favorecedoras de transiciones.

c)     Referente cultural: incluye los valores, creencias, símbolos, etc., que imperan en una sociedad.

Los valores más importantes son los religiosos: el protestantismo ha Estado siempre vinculado a la democracia; el catolicismo, sin embargo, mostró una oposición inicial a la misma, lo que ha dado lugar al retardamiento de su establecimiento en algunos países con esta confesión. Otras religiones mayoritarias en algunos estados se siguen oponiendo al establecimiento de regímenes democráticos (Islam).

Cuanto más determinista es una religión, más rechazo expresa hacia la democracia; así ocurre, por ejemplo, con el confucianismo y el islamismo, cuya doctrina confunde poder político y poder religioso.

También son importantes los valores relacionados con la sumisión al principio de jerarquía y con la deferencia a la autoridad, que se suelen contraponer con otros como la confianza, la tolerancia de la diversidad, la valoración del compromiso, etc., más extendidos en sociedades democráticas.

d)     Factor externo: se refiere a la influencia de los países occidentales en el mundo, que extienden así sus modelos políticos democráticos. El mejor ejemplo es el de la dominación británica de la India en el siglo XIX, que ha dejado el poso de un régimen democrático [¿?].

Tras la Segunda Guerra Mundial, se puede apreciar una gran influencia de los EE.UU. en la democratización de Europa, lo que es observable en los actuales sistemas políticos europeos [y en su adhesión al imperio].

 

2.  Proceso político de transición en sí

a)     Modelo histórico-lineal: la construcción del Estado-nación según este modelo (Gran Bretaña, Suecia...), desde finales del siglo XVIII-principios del siglo XIX,  se realiza con la construcción de instituciones que permiten la progresiva participación de la población, extendiendo el sufragio e incorporando al movimiento obrero.

b)     Modelo de Centroeuropa: en España, Alemania, Italia, etc., existe una quiebra en el proceso de transición, en los años 30, cuando las clases medias, atemorizadas por la amenaza de la revolución socialista, favorecen el desarrollo de regímenes autoritarios (fascistas o nazi). El colapso de estos regímenes conduce a una transición estable, equilibrada, y a la construcción de regímenes democráticos de larga duración.

c)     Modelo latinoamericano, cíclico: en los regímenes latinoamericanos se suceden gobiernos democráticos y dictaduras militares.

 

* Bases del proceso de transición, de construcción de la democracia (en dos momentos):

a)     Creación de una identidad nacional y desarrollo de instituciones políticas, todo ello imbricado dentro del proceso superior de construcción del Estado-nación.

b)     Expansión de la participación política, que además requiere:

-         Competencia entre las élites, lo que no implica que exista una participación política real de la población; es más, se considera prioritario el desarrollo de unas élites competitivas que promuevan el proceso democrático, y favorezcan posteriormente el desarrollo de la participación[2].

-         Violencia: Barrington MOORE considera que los procesos de transición requieren siempre un proceso revolucionario, violencia, que se dirige contra los que se oponen al cambio político.

 

* Modelo de Karl y Schmitter, que es el que vamos a utilizar para explicar las transiciones a la democracia.

-                                                   Violencia                                                 +

PACTO, acuerdo entre las élites

P.e.: España, Colombia, Uruguay, Venezuela

IMPOSICIÓN de la democracia desde arriba

P.e.: Bulgaria, URSS

Élites

Masas

REFORMA, acuerdo,  con la importante participación de las masas

P.e.: Checoslovaquia, Yugoslavia, Polonia

REVOLUCIÓN: los actores son las masas, que utilizan la violencia

P.e.: Nicaragua 79, Cuba 59, Méjico 10

Las transiciones más próximas al pacto tienen más posiblidades de alcanzar el objetivo, las más próximas a la revolución tienen más dificultades para estabilizarse.

 

3.  Consolidación democrática: estabilización del proceso

Se divide en tres momentos:

a)  Consolidación: las normas e instituciones comienzan a funcionar, y se produce la fijación del sistema. Existe una serie de rasgos comunes y recurrentes:

-         El sistema recrea el compromiso democrático, sobre todo por el reconocimiento de la oposición, a la que se le da un marco institucional.

-         Respeto de la legalidad por parte del gobierno, aparición de un Estado de Derecho, primacía de la ley.

-         Neutralización de la acutación de las Fuerzas Armadas en el proceso político[3].

-         Articulación de los grupos de presión, de tal forma que los colectivos puedan defender sus intereses por cauces formales e institucionales, para evitar la corrupción.

-         Desarrollo de un sistema de partidos, que permita la participación de las masas, la cooperación de las élites, etc. Esto lleva un tiempo, como demuestran las transiciones de Europa del Este (al principio ha surgido una enorme atomización del espectro del sistema de partidos).

-         El sistema da satisfacción a las demandas sociales, constituyéndose un Estado de Bienestar.

b)  Estabilidad: es una condición básica que las instituciones funcionen y se puedan tomar decisiones; esto se puede incluso cuantificar, sobre la base de dos variables: legitimidad y eficacia.

+                                       legitimidad                                               -

+

eficacia

-

Situación A:

gran  estabilidad

Situación B

Situación C

Situación D:

pérdida de legitimidad, y resultados ineficaces

Cuando el sistema no da soluciones y/o no toma decisiones (situación D), se dice que está en crisis. El mejor ejemplo es el de Centroeuropa en los años 30, cuando se pasa de una situación B a una situación D.

La legitimidad se cuantifica a través de encuestas de opinión, mediante las siguientes variables: cuando los outputs generan demandas, existe cierta legitimidad; cuando no se dan soluciones a los outputs disminuye la legitimidad.

c)  Posibles crisis, que se plantean cuando el consenso se ha destruido y ya no se pede recomponer. Así ocurrió en Bélgica, hace pocos años, cuando se llegó a plantear la división del Estado. La solución alcanzada fue la refundación institucional y del sistema, creándose una república federal.

La crisis implica:

-         La eliminación del centro político. Se traduce en un proceso centrífuco y en una radicalización de las posiciones: desaparece el compromiso.

-         Una violencia creciente: pueden empezar a actuar o revitalizarse las actuaciones de grupos terroristas y paramilitares.

-         La politización de los poderes neutrales del sistema: ejército, administración de justicia, etc.

 

* Grupos de transiciones siguiendo un criterio geográfico [¿y cultural?]

1.  Transiciones en el Sur de Europa: Portugal, España y Grecia. No siguen un modelo cíclico, las ideas generales y comunes que las presiden son las siguientes:

-         Transición rápida, directa y sin violencia

-         Neutralización de los militares

-         Restricción de las posibilidades de populismo (el populismo acaba generando inestabilidad)

-         Transiciones debidas al pacto y acuerdo entre las élites.

-         El rápido desarrollo de la sociedad civil, sobre todo de los grupos de interés, hizo irreversible el cambio desde muy pronto

2.  Transiciones en América Latina: siguen un modelo circular o cíclico, porque falta certeza de que la democracia quede finalmente consolidada.

Estas transiciones han ido acompañadas de violencia e inestabilidad económica.

Se puede elaborar un esquema común a todas: a partir de un Golpe de Estado, se instaura una dictadura (régimen burocrático-autoritario, que sobre una base represiva intenta suprimir el ideal democrático y la sociedad civil); el régimen entra en crisis pasado cierto tiempo, al buscar mayor legitimidad, sobre una base populista, iniciando un proceso de concesiones democráticas, que conllevan la evolución hacia una democracia tutelada, y la creación de grupos de presión (competitividad y pluralismo); finalmente, la liberalización, consistente en una ampliación de los derechos y en una ampliación de la participación, culmina en la instauración democrática, que acabará sucumbiendo ante un nuevo Golpe de Estado.

3.  Transiciones en Europa del Este. Su estudio muestra un importante problema: estas democracias están todavía en fase de consolidación, porque el proceso de transición está incompleto. La transición no es sólo económica, sino económica y social también, y su consolidación se enfrenta a la enorme dificultad de desarrollar instituciones políticas, económicas y sociales democráticas.

El origen de la transición se sitúa en la URSS, y tienen como detonantes el estancamiento económico y la esclerosis burocrática, fundamentalmente.

La extensión tiene lugar cuando se produce una pérdida del control militar de los soviéticos, lo que provoca la rapidez y la simultaneidad en el cambio político en los países de su órbita (los ejércitos nacionales no tienen importancia como fuerzas políticas –actores políticos en el proceso de transición-, salvo en Rusia y en Polonia).

En estos países no exisitía una oposición política estable (salvo en el caso polcaco), sólo una cierta disidencia intelectual, con lo que la élite no estaba preparada para asumir el poder. Esto crea problemas para institucionalizar el nuevo poder, problemas para crear instituciones democráticas.

La dificultad para institucionalizar el poder se traduce en: inexistencia de un Estado de Derecho; inexistencia de una cultura política participativa, lo que implica un nulo desarrollo de partidos políticos; e inestabilidad económica y crisis.

 

Bibliografía:

-  T.KARL y P.SCHMITTER: "Modos de transición en America Latina, Europa del Sur y Europa del Este" en Revista Internacional de Ciencias Sociales, nº128 de 1991, pp.283-300.

-       A.LIJPHART: “El modelo Westminster y el modelo de democracia de consenso” en Las democracias contemporáneas, Barcelona, Ariel, 1987, pp. 19-51.

-       A.PÉREZ AYALA, "Transición política y reformas institucionales en Italia" en Revista de Estudios políticos, nº 95 de 1997, pp. 177-219.

 

Notas

[1] Un partido es una organización estable, con un programa político y una organización interna definida.

[2] Aquí se introduce el debate acerca de si la democracia se contruye desde las bases sociales o desde las élites políticas. En España se puede afirmar que la transición se realiza desde arriba.

[3] En España, la rápida transición se vio amenazada por el Golpe de Estado. Esto tuvo como consecuencia que los militares obtuvieran el reconocimiento de sus intereses corporativos en compensación. 

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