ARTE Y ARQUITECTURA DESDE EL SIGLO XI al SIGLO XX

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INDICE

 1. Romanico

 2. Gotico

 3. Las ciudades del medioevo

 4. Renacimiento

 5. La ciudad del renacimiento

 6. Manierismo

 7. Barroco

 8. Revolucion industrial

 9. Corrientes pictóricas desde el renacimiento a la

10. Revolucion industrial

11. Neoclasicismo

12. Historicismo

13. Arquitectura e ingenieria

14. El movimiento para la reforma de las artes plasticas

15. Art Nouveau

16. La escuela de chicago


1. ROMÁNICO

Contexto social, político y religioso

            La Edad Media no es un proceso que se haya desarrollado continuamente en forma homogénea, incluso su división en Primitiva, Alta y Baja Edad Media sirve solo como orientación aproximada.

            Se puede destacar como más importante el carácter esencialmente religioso de todos los períodos, la espiritualización de lo material a través del cristianismo y de la autoridad de la iglesia.

            El clero, a pesar de todas las herejías y sectas, no tiene competencia; el cristianismo dio muy pronto respuestas a las preguntas que se hacía el mundo angustiado.

            En los siglos anteriores al siglo XI, no se había hecho más que simplificar y reagrupar la doctrina de los padres de la iglesia y de los filósofos y poetas de Roma, pero a partir de este momento se desarrolló simultáneamente con el estilo románico aquella combinación típica de teología y filosofía que se llamó escolástica. Su mayor representante fue Santo Tomás que proponía entender al hombre con relación al mundo y el mundo al universo en función de la creación, todo ordenado hacia Dios. Para la mentalidad medieval todo tenía un sentido simbólico. La significación que realmente importaba había que buscarla detrás de las apariencias externas. El juicio final es tan significativo de la época como del estilo con que es tratado, es a la vez la más poderosa expresión de la autoridad de la iglesia; en él se celebra el juicio de la humanidad y ésta, según la iglesia acuse o interceda, es condenada o absuelta.

            La invasión árabe del siglo VII cerró el Mediterráneo a los intercambios entre oriente y occidente. El comercio y la industria de Europa occidental llegaron a punto muerto. La vida urbana languideció, los comerciantes desaparecieron, la organización municipal dejó de existir, los conocimientos técnicos de los obreros de la antigüedad se perdieron en el tiempo. Se traslada el centro de gravedad de la vida social de la ciudad al campo.

            De las ciudades, solo algunas cedes episcopales lograron superar esta crisis, muchas veces incluso altos dignatarios eclesiásticos apenas sabían leer, las escuelas laicas decaen y poco a poco se cierran. Los monasterios siguen siendo unidades esencialmente autárquicas, concentradas en sí mismas, que se aferran a sus tradiciones. El monasterio se esforzaba en producir en sus propios terrenos todo lo necesario para su subsistencia.

            No cabía ya hablar propiamente de ciudades sino solo de castillos y fortalezas. No cabía hablar de monarquía absoluta sino de feudalismo. El rey hace guerras pero no gobierna, lo hacen los grandes terratenientes como señores territoriales independientes.

            El feudalismo no fue más que una nueva estructura política, en la cual el trabajador agrícola no era esclavo, pero se encontraba sometido a todo tipo de trabas que limitaban su libertad y su propiedad personal.

            Las relaciones sociales de producción giran esencialmente en torno a la tierra, ya que reposan sobre una economía de predominio agrícola. Los trabajadores tienen derechos de usufructo y ocupación de la tierra, pero la propiedad de la misma pertenece a una jerarquía de señores que no poseen la disposición absoluta del suelo, pero que tienen derecho a prestaciones, no hay esclavitud pero sí servidumbre, la autoridad se ejerce de persona a persona. La vida adopta formas más simples.

            En el siglo X el feudalismo se halla todavía en formación. Los vínculos feudales se forjan entre grandes propietarios agrarios y antiguos altos funcionarios.

            Los trabajadores libres disponen de propiedades independientes, tienen un señor pero pueden cambiarlo, los vínculos feudales son todavía flexibles.

            A partir del año 1000 y hasta 1150 se puede hablar de feudalismo en ascenso. Existe una renovación técnica, se ven favorecidos aquellos que pueden imponer su protección militar, protección que tiene como contrapartida obligaciones personales y tributos económicos, controles sobre los individuos y colectividades.

            La iglesia se inserta con firmeza en el sistema feudal, agrupa inmensos señoríos gracias a las donaciones. El programa cultural absolutista de la iglesia llega a ser realidad, cuando el movimiento cluniense da vida a un nuevo espiritualismo y se construyen las primeras grandes iglesias románicas. Todo este movimiento intelectual sería inconcebible sin el enorme aumento de los bienes eclesiásticos que entonces tuvo lugar.

            Las iglesias románicas son edificios imponentes y poderosos, expresión de un poder ilimitado y unos medios inagotables.

            A partir del siglo XII el régimen feudal alcanza sus límites, el aumento demográfico conduce a una división extrema de las explotaciones campesinas, en terrenos cada vez menos buenos y con exigencias señoriales en aumento.

 

            EL ESTILO ROMÁNICO (desde 1000 hasta 1200 aprox.)

            No habían transcurrido aún 30 años de la muerte de Carlomagno cuando el imperio romano se dividió. Luchas intestinas hicieron estremecer a Francia y Alemania, ningún adelanto fue posible en arte o arquitectura, se siguieron empleando ciertas formas adoptadas bajo Carlomagno pero el espíritu con que las manejaron era tosco y rudo.

            El sistema feudal fue creciendo, erigiéndose alrededor de toda la vida social de la edad media. A fines del siglo X el imperio había recobrado su estabilidad política. En el año 1000 se extendió desde Cluny la primera de las reformas monásticas, por estos años se creó el estilo románico.

            Varios de los elementos esenciales del alto románico pueden verse empleados aisladamente en la arquitectura carolingia. La novedad reside en la combinación de ellos, esto es lo que determina su espíritu.

            Cambia el tiempo y la dinámica, es acompasada por arcos. Las arquerías se dan sin interrupción con una aceleración de la directriz humana, las figuras bidimensionales otorgan inmaterialidad al espacio (esculturas de bulto adosadas a la pared).

            Las innovaciones más notables del siglo X se refieren a la planta y obedecen a un nuevo deseo de articular el espacio.

            La iglesia: Francia fue el lugar donde se idearon los dos tipos principales de planta para las cabeceras de iglesias románicas: la planta radial y la planta accidentada. Los primeros ejemplos del empleo de la planta radial parecen ser San Martín de Tours y Nuestra Señora de la Couture en Le Mans.

            La planta accidentada aparece por primera vez en Cluny (Borgoña). La razón funcional determinante fue el aumento progresivo del culto a los santos y la creciente costumbre de que todos los sacerdotes celebraran misa diariamente. Fue necesario aumentar el número de altares y para acomodarlos la solución evidente era construir más capillas en la cabecera (Tours), se las agrupa mediante un deambulatorio alrededor del ábside con capillas radiales o mediante la prolongación de las naves laterales más allá del crucero, terminándolas en ábsides secundarios paralelos a la capilla mayor y colocando uno, dos y hasta tres ábsides más a lo largo del muro de cabecera de ambos brazos (Cluny).

            San Miguel de Hildesheim se inició justamente después del año 1000. Tenía dos cruceros, dos presbíteros y dos ábsides. De esta manera se sustituyó la monótona disposición de las iglesias cristiano-primitivas, se dio un paso decisivo al dividir la nave central en tres tramos cuadrados. Con las naves laterales separadas de la central por una arcada de soportes distintos, los cruceros se destacaban claramente por medio de un gran arco, semejante a los del presbítero, en cada uno de sus lados. En la cabecera se intercaló un presbítero cuadrado entre el crucero y el ábside. El sistema de soportes alternados, o sea el ritmo abbabba (donde "a" representa un pilar cuadrado y "b" una columna), sirve para fraccionar la larga extensión de muros y además para subdividir el espacio delimitado por estos en tramos individuales.

            La fortaleza: la primera que se puede fechar es la Fortaleza de Langeais (sobre el río Loira, Francia 992), las mayores son iglesias. La desnudez de sus fortificaciones se explica por razones de defensa, pero al mismo tiempo obedece a otra expresión artística, es decir, estética.

            - Torre Blanca de Londres.

            - Colchester en Essex.

            El estilo arquitectónico normando: fue el más consiente de las variaciones del románico en occidente e influyó poderosamente en Francia durante un siglo. En Inglaterra logró algo más: crear la arquitectura medieval inglesa.

            El nuevo impulso consistía en la separación de un tramo de otro por medio de altos fustes que ascendían desde el suelo hasta el techo. En todos los casos se trataba de un techo plano. Así se logró idear otra forma de articulación que nos impresiona por la sensación de firmeza y estabilidad.

            Las formas individuales que emplearon los arquitectos en sus primeras construcciones son rudas, robustas y de una solidez abrumadora.

            En la torre de la fachada se colocan miradores de vigilancia, lo que manifiesta el carácter combativo de los normandos.

            Sus iglesias carecen de deambulatorio, la nave central esta cubierta con un simple entramado de madera.

            En Winchester (Inglaterra) lo que más impresiona es la solidez del muro, a pesar de las arcadas de la planta inferior, la galería intermedia y el pasadizo que corre ante las ventanas del claristorio. Por todas parte se siente la fuerte presencia del muro, los altos fustes están empotrados en él y estos a su vez tienen la macicez de enormes troncos de árboles. Las columnas de la galería son bajas y sólidas, mientras que sus capiteles tienen forma de toscos bloques.

            A fines de siglo ya empiezan a manifestarse ciertos cambios, surgen formas más complejas y variadas. Tienen menos vigor pero ganan en expresión.

            Antes de 1100, era el momento en que las fuerzas del cristianismo se congregaban bajo las banderas de la primera cruzada y el alto románico se convirtió en pleno románico.

            En Inglaterra, la Catedral de Durham constituye el monumento decisivo. Se abovedaron las partes de la cabecera y luego la nave central, esta última esta cubierta por una bóveda de crucería. La vista asciende siguiendo la línea de los fustes y continua siendo llevada hacia arriba por las nervaduras. Las bóvedas del presbítero son las más antiguas de Europa. Las bóvedas representan la última conquista de aquella tendencia hacia la articulación del espacio, ahora el tramo se ha convertido en una unidad no solo porque bidimensionalmente esta limitado en relación con los muros sino también tridimencionalmente por los arcos diagonales; el movimiento a lo largo de la catedral es pasando de un ámbito espacial a otro en un nuevo acompasado ritmo.

            Quizás sea inexacto hablar de Francia como unidad, el país estaba dividido en territorios que luchaban entre sí. Las escuelas más importantes son las de: Normandía, Borgoña, Provenza, Aquitania, Auvernia y Poitou. Sus usanzas fueron atravesadas por una fuerte corriente procedente del norte y oeste de Francia que se extendía hasta llegar al extremo noroeste de España: la corriente de las principales vías de peregrinación, que culmina en Santiago de Compostela, la obra románica más importante de España. Las peregrinaciones constituían uno de los principales medios de comunicación cultural de la edad media y los efectos que produjeron en la arquitectura religiosa son muy evidentes. Las iglesias de peregrinación son altas y oscuras, con galerías sobre las arcadas y bóvedas de cañón sobre aquellas, es decir sin claristorio, sus cabeceras imitan la disposición de Tours, con deambulatorio y capillas radiales.

            Borgoña permaneció fiel al empleo de sólidas bóvedas de cañón y aparece la bóveda de cañón semicircular.

            Cluny (Borgoña) fue reconstruida a raíz de un incendio a fines del siglo XI y principios del XII. Poseía dos cruceros, cada uno con una torre octogonal en el centro, el más próximo a los pies tenía además otra torre octogonal en el centro de cada brazo y dos ábsides orientados en la misma dirección que la cabecera, mientras que el ábside del presbiterio tenía una girola con cinco capillas radiales. Encarna la expresión ideal de aquel momento, el más sublime del cristianismo medieval, cuando la reforma cluniense había afirmado la supremacía de la tiara papal sobre la corona del imperio y lanzado el llamamiento a los caballeros de Europa para defender la tierra santa de la primera cruzada (1095). Otro motivo característico de la iglesia de Cluny es un alzado con arcos apuntados, triforio ciego y claristorio. Los arcos fajones de la bóveda de cañón eran también apuntados, quizás por primera vez en Europa.

            Auvernia tiene iglesias muy parecidas a las de peregrinaje, si bien la oscura lava utilizada en su construcción las hace más sombrías. Sus rasgos regionales distintivos no son de gran significación: cuatro capillas radiales en lugar de tres o cinco y una curiosa sobreelevación de los tramos interiores del transepto que tiene por objeto proveer contrafuertes al norte y al sur de las torres de los cruceros.

            Provenza construyó iglesias de proporciones altas y estrechas, con bóvedas de cañón de arco apuntado en las naves principales, exentas de naves laterales o, cuando las tienen, muy angostas y cubiertas con bóvedas de cañón o medio cañón. Carecen de galerías pero mantiene ventanas de claristorio. Los detalles decorativos evidencian la conciencia de un renacimiento clásico.

            Normandía, hasta la época de las bóvedas de Durham, tenía los grandes espacios cubiertos con techumbres de madera, las vigas se apoyaban sobre fustes parecidos a mástiles que se extienden hasta el techo. Se utilizó también la bóveda exapartita, disposición que permitía que los tramos fueran de planta cuadrada y al mismo tiempo aseguraban la presencia de seis apoyos en lugar de cuatro.

            Poitou tiene iglesias con naves laterales estrechas y de igual altura que la nave central, carecen de claristorios y de galerías. Este sistema llamado iglesia-salón hacen que los edificios resulten oscuros y alargados de proporciones pero que impresionan por su singular unidad de concepción.

            Aquitania tiene iglesias preferentemente sin naves laterales, constituidas por una sucesión de tramos cubiertos con cúpulas. Con o sin cruceros, con o sin ábsides, con capillas o sin ellas, pero nunca con deambulatorio. La grave majestuosidad de sus cúpulas no tiene rival. En el segundo cuarto del siglo XII, se decide la creación de un edificio totalmente centralizado, San Fronte de Perigueux, mediante la omisión del tramo de los pies, sin naves laterales pero con crucero, resultando una cruz griega con un cuadrado como centro y otros cuatro como brazos. El interior representa la expresión clásica de la claridad y ordenación del románico, carece por completo de decoración escultórica. La iglesia desprovista de toda seductora atracción, aparece pura y desnuda, imponiéndose exclusivamente por su nobleza arquitectónica.


Sant Front de Périgueux (interior) 

Conexión entre el románico y el gótico

            Las conexiones más directas entre el románico y el gótico son el arco apuntado en Borgoña y Provenza y la nave de Durham, el uso del arbotante oculto bajo el techado de las naves laterales, pero de todos modos cumpliendo su función de soporte de la bóveda (San Saturnino de Tolosa) y por supuesto el uso de las nervaduras. Existe otra conexión más inmediata: el portal escultórico, en el que las figuras largas, altamente estilizadas, de cabezas pequeñas, de gestos muy expresivos y cuyos pies se sitúan como aparentando estar entregados a una danza ritual.

            Santiago de Compostela es la obra románica más importante de España. Pertenece al grupo de iglesias de peregrinación francesas, su influencia en la península es escasa. Tales iglesias resultaban excesivamente complejas y costosas para un país donde existía el peligro de destrucción por manos de los infieles del sur.

            Esto explica el aspecto acusadamente militar de tantas iglesias españolas de esta época, por su sencillez y vigor parecen fortalezas.

            Otro tipo de iglesias relacionadas con lo militar son las de los caballeros templarios, generalmente de planta circular, pero estas iglesias no son exclusivas de España ya que se encuentran diseminadas por toda Europa. La forma de planta más extendida en la península es la constituida por una nave central y laterales que terminan en tres ábsides semicirculares, con o sin crucero. Cada parte queda claramente delimitada y no se buscan sutilezas espaciales.

            Alemania desarrolló el sistema establecido en Hildesheim. Las catedrales e iglesias de la Renana central, Spier, Mainz, Worms, Iaaeh, nos ofrecen un magnífico espectáculo con sus torres de crucero y escalera, sus dobles cruceros y dobles presbíteros en una interminable variedad de proporciones y detalles. En Colonia, la segunda escuela en importancia de Alemania,  las iglesias derivan de Santa María del Capitolio y se caracterizan por el empleo de una disposición marcadamente centralizadora en cuanto a sus cabeceras, por lo cual ambos brazos del crucero y del presbítero terminaban en ábsides de idéntica traza.


Catedral de Colonia (interior) 

 

            Italia, en el norte se mostró poco ambicioso con respecto a la planta, no se destaca el crucero, se mantienen fieles a las tradiciones del estilo cristiano - primitivo. En líneas generales se caracterizaban por la bóveda de arista o de crucería, galerías en las naves centrales y cúpulas poligonales sobre el crucero. En el exterior las torres tienen pequeñas arquerías. El ejemplo culminante del empleo de esta arquería decorativa lo constituyen la fachada y la torre inclinada de la Catedral de Pisa.

 

2. GÓTICO 

Contexto social, político y religioso

            En el curso del siglo XII, la escolástica se transformó en algo tan sublime y tan complejo como las nuevas catedrales. Se enfatiza el culto al Santísimo Sacramento por encima de los santos (se busca la direccionalidad hacia el altar), así como la devoción mariana que iba a tener un marcado efecto sobre la construcción de las catedrales.

            La catedral, además de ser monumento arquitectónico, es una enciclopedia labrada en piedra. Es un compendio del saber humano tanto profano como sagrado, pero todo ordenado hacia Dios.

            A partir del siglo XII el régimen feudal alcanza sus límites, el aumento demográfico conduce a una división extrema de las explotaciones campesinas, en terrenos cada vez menos buenos y con unas exigencias señoriales en aumento.

            Gracias al nuevo impulso que le dieron las Cruzadas y como consecuencia de estas la recuperación del Mediterráneo, las relaciones con Oriente cobran un nuevo vigor. El comercio y la vida urbana progresan, los precios suben, se constituyen fortunas mobiliarias al lado de las fortunas agrarias.

            Comienza un período de gran actividad urbana, además del comercio, los oficios cobran una importancia primordial, con ellos se forma una nueva clase: la burguesía. Esta nueva clase goza de la simpatía de la realeza, ya que en su voluntad de emanciparse debilitaban el poder de los grandes señores y aumentaban el dominio real.

            El comerciante representa el espíritu de la economía monetaria en su forma más pura y es el tipo más progresivo de la nueva sociedad urbana.

            Las ciudades se liberan de la autoridad de los señores ya que su protección, al haber cesado las invasiones, ya no era necesaria.

            El elemento esencial de la vida urbana, junto con los comercios, son los oficios. Durante toda la edad media todos tenían al comenzar las mismas oportunidades, todo aprendiz terminaba siendo maestro (salvo que fuera extremadamente incapaz) y podía alcanzar una posición expectable en su ciudad. El individuo siente más placer y más ánimo que antes para hacer valer su propia personalidad.

            El arte urbano es urbano y burgués, por consiguiente disminuye la influencia artística del clero. El cristianismo ya no es una pura religión de clérigos, sino que se va convirtiendo, cada vez de manera más dedicada, en una religión popular.

            Modos de producción:

            La historia de la construcción de las catedrales está estrechamente ligada al renacimiento de las ciudades y del comercio, al surgimiento de la burguesía y a las primeras libertades urbanas.

            El burgués se enorgullecía de haber arrancado sus libertades al señor feudal y quería que las iglesias de su ciudad fueran testimonios de su alegría.

            La edad media se caracteriza por ser una edad piadosa, de no haber sido así el genio de los constructores y el dinero de los comerciantes se habría empleado de otro modo.

            La iglesia, hostil a la idea de lucro, iba a crearles una "mala conciencia" a estos hombres y los obligaría, para hacerse perdonar, a donar o a legar una parte de sus fortunas a obras piadosas, tales como la fundación de iglesias. Para la iglesia, se ha reforzado el sentimiento de que ser cristiano no es solo hacer gestos y recitar ciertas oraciones, sino recordar que un rico tiene pocas oportunidades de entrar en el reino de los cielos, inquietud que incitaba a dar lo que se poseía (para construir las catedrales). 

            En la mayoría de las religiones antiguas el pueblo no había tenido acceso al santuario, a la casa de dios. Por el contrario, la iglesia cristiana pidió a los fieles que participasen en los gastos de construcción de edificios lo bastante espaciosos como para que la multitud pudiese tener acceso al santuario. Las iglesias eran los lugares de reunión para discutir asuntos que a menudo nada tenían de religiosos. Cabe suponer que los representantes de la hayan ayudado a financiar la catedral con la segunda intención de celebrar en ellas sus reuniones.

            El obispo nunca parece haber sido considerado como obligado a contribuir a los gastos de la fábrica y cada vez que lo hacía era por propia voluntad de manera excepcional.

            En todas las catedrales era el capítulo (obispo) el que controlaba la fábrica. Por fábrica se entendía todo lo relacionado con la construcción o con la conservación de un monumento.

            En principio los canónigos se reunían cada año para designar un provisor, personaje cuyo papel consistía en llevar las cuentas de la fábrica o de la obra y en dirigir los trabajos. El provisor podía ser un canónigo o incluso un agente laico responsable ante el capítulo. Se los escogía por sus conocimientos de arquitectura o por sus aptitudes de hombres de negocios.

            Uno de los primeros casos que permite formar una idea clara de la personalidad de estos grandes maestros o provisores es el de Guillermo de Sens, hombre de grandes dotes e ingeniosidad, maestro en el arte de trabajar la madera y la piedra. Fue elegido para la reconstrucción de la cabecera de la Catedral de Canterbury, para ello convenció a los monjes de que era necesario derribar los pilares dañados, como así también los que sustentaban.

            Se procuró traer piedras del extranjero, construyó las más ingeniosas máquinas para cargar y descargar los barcos y para acarrear la argamasa y la piedra. A los canteros les facilitó modelos para cortar las piedras.

            A comienzos del 5° año de trabajo se cayó de un andamio y quedó malherido, por lo que tuvo que confiar la terminación de la iglesia al monje que era el encargado de los obreros.

            La mano de obra era una fuerza de trabajo libre y se agrupaba según las funciones y las habilidades:

            - Los canteros, morteleros (fabricantes de morteros de piedra) y los picapedreros (que labraban las piedras), formaban unas de las ramas del grupo de los trabajadores de la piedra. Los yeseros, morteleros (mezcladores de cemento) y los albañiles, formaban la otra rama. El albañil ante todo es un colocador de piedras.

            - Herreros: facilitaban las herramientas para tallar hasta la piedra más dura y también fabricaban clavos, herraduras, tirantes y cadenas. El equipo de los herreros estaba formado por un herrero, un ayudante, un portahachas y un obrero encargado de alimentar la fragua con carbón de leña.

            - Carpinteros: se dedicaban al apuntalamiento de las construcciones ya que para consolidarlas o para modificar la disposición original de la obra.

            - Techadores: trabajaban en estrecha colaboración con los carpinteros, eran personajes importantes. Según la región, la iglesia se techaba con teja, plomo o pizarras.

            - Vidrieros: se elevaron al primer rango de los constructores de catedrales cuando se fueron abriendo en las paredes ventanas cada vez más grandes. La luz será uno de los elementos de importancia decisiva para el efecto de una catedral gótica, la luz puede provocar un efecto tan arrebatador como las mismas formas arquitectónicas. El ámbito luminoso del gótico está en franca oposición con la oscuridad de cripta del románico. Cambia el estilo según el carácter del color. No es natural, ya que la luz natural no impresiona tanto como la luz sobrenatural. El gótico se colma de una luz de colores oscuros (entre rojizos y violáceos), no surge de una sola fuente y varía en su grado de claridad de acuerdo con las variaciones de la atmósfera exterior.

            - Peones: se hallaban en lo más bajo de la escala de los constructores, pero tuvieron abiertas todas las puertas para elevarse.

            La vida de los obreros se desenvolvía en la logia o en sus proximidades. Por la mañana iban a ella a buscar sus herramientas, a la hora del almuerzo comían allí y cuando hacía mucho calor también la usaban para dormir la siesta.

            En las obras en construcción había una o varias logias que no solo permitían a los canteros trabajar cuando había mal tiempo, sino que además durante el invierno los canteros podían preparar el trabajo para los albañiles, quienes volvían a la obra cuando volvía el buen tiempo (no se pernoctaba en las logias). Además de lugares de trabajo y reposo, también se convirtieron en lugares donde se discutían problemas propios del oficio.

            Una parte de los operarios constituía el personal estable de la logia, que continuaba ligado al arquitecto después de la terminación del trabajo, y otra parte cambiaba cada vez y se reclutaba en el transcurso del trabajo.

            Sólo cuando la capacidad de adquisición de la burguesía ciudadana crece tanto que sus miembros constituyen una clientela regular para la producción artística, puede el artista desvincularse de la logia y establecerse como maestro independiente. Este momento llega recién en el transcurso del siglo XIV.

            La logia ofrece al escultor un lugar de trabajo más cómodo y técnicamente mejor equipado que el andamio. Al edificio se le aplican los fragmentos ya previamente preparados. Aquí se inicia la separación de la escultura de la arquitectura.

 

            ESPACIALIDAD - TÉCNICA - DISEÑO

            La catedral gótica es un milagro de la técnica medieval y de sus escuelas de artesanos. La idea arquitectónica de la catedral, inspirada en el impulso religioso de la época, sólo pudo realizarse merced a una técnica muy elaborada. Esta técnica no estaba fijada de antemano, sino que también ella se modificó de acuerdo con las exigencias planteadas por las nuevas dimensiones de la construcción y  también por el material de que se podía disponer, hasta es posible observar en algunos casos que la técnica no está todavía a la altura de la concepción arquitectónica.

            Surgieron edificios en los que se fundían perfectamente lo técnico y lo artístico. No se escapan, naturalmente, los límites de esas técnicas ya que los maestros góticos no tenían formación de ingenieros, sino que eran artistas que daban forma a las nuevas ideas y que en algunos casos exigían demasiado de sus técnicas.

            Puede decirse que el siglo XII fue una época de ensayos de técnicas arquitectónicas. Lo que se trataba de saber esencialmente, es como podría resolver el arquitecto el empuje de las bóvedas sobre los muros de la nave central, ante la creciente altura a la que tendía el espacio interior.

            El arte románico adoptó muros tan espesos que su misma masa podía soportar los bloques de piedras colocados encima.

            La solución gótica consiste en trasladar hacia afuera todos los puntos de apoyo de la pared. El arte gótico desarrolló, con ese objeto, un formidable aparato técnico.

            La mayoría de los oficios progresaron simultáneamente y a menudo los progresos de unos contribuyeron a los progresos de otros, los adelantos de los herreros, por ejemplo, ayudaron a los arquitectos y a los canteros.

            Los constructores de catedrales trabajaban en el seno de una sociedad que admitía el progreso por lo que pudieron innovar y la catedral de fines del siglo XIII es el resultado de centenares de innovaciones y perfeccionamientos.

            Aparecieron los molinos de agua, fue posible transformar el movimiento alternado y así la energía hidráulica pudo no sólo triturar los cereales sino también forjar el hierro y fabricar el papel.

            El caballo se transformó en una fuente de energía importante. Las obras de construcción de las catedrales lo aprovecharon en forma directa y este mejor aprovechamiento se debió a una serie de inventos. El caballo contribuye al florecimiento del mundo occidental y en la ejecución de las grandes obras al transportar hasta ellas los materiales de construcción.

            También se perfeccionó el oficio de tejedor y se inventó el torno de hilar, se endureció el hierro y se inventó el reloj mecánico.

            Los carpinteros fueron adaptando las armaduras a la evolución de la bóveda.

            Para proteger sus edificios de la lluvia, los arquitectos idearon una red de pequeñas canaletas e inventaron la gárgola para lanzar el agua lejos de las paredes.

            La bóveda de crucería representa un adelanto técnico, pero no tuvo la importancia primordial que por tanto tiempo se le atribuyó.

            El arco apuntado se aventaja sobre el semicircular en permitir al constructor que se aproxime más a esa deseada verticalidad y además le facilita construir bóvedas sobre tramos no cuadrados, en lugar de tener que rebajar los arcos, se aumentará o disminuirá sencillamente el grado de apuntalamiento de su curva.

            Una invención revolucionaria del siglo XII, el arbotante, no solo habría de apuntalar eficazmente las bóvedas en cruceros de ojivas y permitir levantar recintos cada vez más altos, sino que iba a permitir salvar de la ruina a muchas bóvedas antiguas que amenazaban con derrumbarse. Los arbotantes no son únicamente la necesaria respuesta estructural ya que poseen la fascinación de una trama intrincada y guiada que se transforma en la expresión de las mismas poderosas tensiones que gobiernan el interior, son elementos que suscitan un placer más bien intelectual.

            Los métodos de diseño no estaban muy desarrollados, no existían patrones de medida constantes y reconocidas. Sólo las figuras geométricas permitían reproducir con precisión las disposiciones previstas. Primero se fabricaban maquetas y luego plantillas o patrones de madera, de este modo, el cantero no tenía más que reproducir estas plantillas que representaban las diversas caras de la piedra. Para un mejor aprovechamiento de las plantillas los constructores góticos idearon un sistema de estandarización.

            Ante la ausencia de reglas y convenciones reconocidas (geometría descriptiva, dibujo geométrico y perspectiva), el dibujante debía inventar formas de representación que se correspondieran con su lógica personal. Se hacía uso del compás, la escuadra y la regla. Se trabaja sobre pergamino, material costoso, de dimensiones limitadas y planimetría relativa. No era posible disponer de grandes superficies planas como las que proporciona el papel.

 

EL ALTO Y CLÁSICO ESTILO GÓTICO (1150 - 1250)

            En 1140 se colocó la primera piedra de la nueva cabecera de la Abadía de San Dionisio, en las cercanías de Paris. Puede afirmarse que el que proyectó la cabecera fue el que inventó el estilo gótico. Ha pasado la época de los abades y de las iglesias abaciales, para iniciarse la era de los obispos y las catedrales. Los rasgos que caracterizan al estilo gótico (no es una suma de rasgos, sino un todo íntegro), son el arco apuntalado, el arbotante y la bóveda de crucería. Ninguno de ellos es un invento del gótico. El aporte del estilo gótico a estos elementos fue su combinación en una nueva voluntad estética. Esta voluntad fue vitalizar masas inertes de cantería, aumentar el dinamismo espacial y reducir la construcción a un sistema aparente de activas líneas de múltiples nervios. Las ventajas técnicas son tres:

            - La nave de cañón gravita sobre la totalidad de los muros en que descansa.

            - El arco apuntalado se aventaja sobre el semicircular, que permite al constructor aproximarse más a esa deseada verticalidad y le facilita construir bóvedas sobre tramos no cuadrados.

            La bóveda gótica rectangular estaba construida con nervaduras a fin de fortalecer las aristas, lo que técnicamente representaba otra ventaja. El fin principal de la bóveda gótica era dar apariencia de ligereza e ingravidez. La sensación que comunica el interior de la iglesia es de ligereza, de aire que circula libremente, de curvas flexibles. Las partes ya no quedan separadas unas de otras. La articulación subsiste, pero es una articulación mucho más sofisticada.

            Las características del arte gótico son:

            - Los muros se construyen con piedras de sillería sin pulimentar.

            - La forma en ojiva de las arcadas, del perfil de las bóvedas y de diversos perfiles accesorios. Lo importante es la construcción de la bóveda de crucería.

            - Los gruesos pilares que sirven de sostén a las nervaduras de la bóveda principal y de las laterales, están unidos por arcos fajones.

            - Los arbotantes fueron empleados por los arquitectos góticos para consolidar las iglesias románicas que amenazaban ruinas cuando su bóveda principal era demasiado alta.

            - Posteriormente ese contrafuerte de auxilio se transformó en un elemento arquitectónico decorativo y destinado a asegurar el equilibrio de las bóvedas nervadas.

            - El plano cruciforme se acentúa. La cripta románica desaparece. La iglesia gótica por lo general es completada por dos torres en los ángulos de la fachada y por una flecha. El nartex tiende a desaparecer y los pórticos, a menudo decorativos, ocupan toda la fachada principal, precedidos de un antetemplo, simple antepatio que fue durante la edad media el escenario de la justicia episcopal.

            - La decoración de las iglesias románicas era por lo general abstracta, los motivos figurativos sólo aparecían en los tímpanos o en los capiteles. Por el contrario, la decoración de las iglesias góticas es pródiga y suntuosa, lo mismo en el interior que en el exterior. La escultura decorativa figura en el exterior del edificio. La decoración coloreada la procuran los temas pintados en las grandes vidrieras.. A la entrada de las naves suele encontrarse una decoración espacial, es el denominado laberinto, que evoca el nombre de los arquitectos. Admitía el color como un complemento casi obligado de la forma.

            El pensamiento simbólico puede traducirse como el movimiento de líneas en dirección al cielo. El espectador se halla continuamente en presencia de un equilibrio que no alcanza a explicarse, de ahí ese sentimiento de inquietud admirativa.

            El nuevo tipo de arquitecto a quien debe atribuirse San Dionisio es el maestro artesano (artista), ahora comenzará a cambiar la posición social, aunque fue una evolución muy lenta. Es necesario recordar el anonimato de la edad media, que en los primeros siglos del medioevo los nombres de esos autores no tenían importancia, se contentaban con ser obreros trabajando por una causa mayor que su propia fama. Pero en el curso del siglo XII y más todavía en el siglo XIII, el individuo fue cobrando cada vez más confianza en sí mismo y se llegó a valorar la personalidad. Los nombres que lo personifican son laicos, habían adquirido los principios de su oficio en el taller de su "patrón" y la práctica en las obras que visitaba a título de colaborador más aún que de curioso. El arquitecto gótico ocupaba con bien ganado derecho el primer puesto entre los obreros.

            Los maestros góticos eran artistas que daban forma a las nuevas ideas y que exigían demasiado de su técnica.

            Un gran maestro de la primera época del gótico fue Guillermo de Sens, arquitecto de la cabecera de la Catedral de Canterbury, obra revolucionaria de Inglaterra. Los canteros sabían tanto del arte de labrar figuras y adornos, como de la construcción de edificios, aunque su técnica de dibujantes era todavía elemental.

            Grupos de arquitectos y canteros itinerantes se desplazaban de ciudad en ciudad levantando catedrales, pero siempre con la colaboración de los naturales de la ciudad que querían contribuir con su esfuerzo a la labor del edificio. Los capiteles, las portadas y las vidrieras se convirtieron en auténticas biblias monumentales donde los peregrinos, casi todos analfabetos, aprendían el evangelio a través de los dibujos.

            La expresión "gótica" se inventó en el siglo XVIII y quería significar arquitectura medieval, o sea, bárbara e inculta en comparación con la de entonces.

            Nos encontramos ante una arquitectura que aún no conoce la medida métrica de la que las magnitudes siguen surgiendo, de las medidas fundamentales elegidas y las relaciones entre figuras fundamentales de la construcción (como lo es el cuadrado).

            Nacía el concepto de estructura medieval, con columnas y nervaduras se hacía un esqueleto que era el responsable de la estabilidad del edificio. El resto, bóvedas y paredes eran de simple relleno, es más, las paredes podían sustituirse por mamparas de vidrio.

            El alto gótico, en la planta forma la nave con tramos rectangulares. Entre el s XII y el s XV cambió la manera de vivir de la gente, las aldeas alrededor de los conventos dejaron paso a las primeras ciudades o burgos. Estas ciudades eran de señorío real y no dependían de nobles ni abades. Sus habitantes se agruparon en gremios según el oficio que ejercían y entre ellos se originó una interesante competencia; para mostrar su pujanza y religiosidad cada gremio trataba de levantar la iglesia más hermosa y grande. Por otra parte, el culto a la virgen se incrementaba y todas las catedrales se dedicaban a "nuestra señora" (Notre Dame).

            Entre 1140 y 1220 se comienzan las nuevas catedrales, es escala siempre mayor, en Sens, Noyon, Senlis, Paris, Laon, Chartres, Reims, Amiens y Beauvais.

            En muchos aspectos Chartres, Reims y Amiens establecen un canon para el mundo formal de las catedrales góticas, se hallan estrechamente relacionadas, cada catedral constituye una individualidad arquitectónica.

            - Amiens: en su estructura podía percibirse con particular claridad lo que se admitía como elemento gótico, la transparencia de la construcción, su fisonomía rectilínea y la verticalidad de su espacio interior y la importancia de sus dimensiones.


Notre-Dame de Amiens (interior)
 

            - Reims: es tanta la perfección arquitectónica que se traduce en el equilibrio de las formas respecto del todo, en el ensamblamiento de los distintos elementos de su planta, en el esplendor de su aspecto externo, en la construcción del sistema de apoyos, en la grandiosa concepción de sus fachadas y en el ornato escultórico de sus portales.


Catedral de Reims (planta)

            - Chartres: se alza como una corona sobre la ciudad medieval, en ella se han expresado por primera vez ciertos conceptos arquitectónicos fundamentales que determinan el carácter general de las catedrales del alto gótico.

            El planteo de la catedral gótica se concreta en un modelo general: una nave central con varias laterales, de corte basical, es decir, la nave central como espacio primario predomina a tal punto sobre las laterales, que recibe su luz de la región de las altas ventanas o claristorios. La catedral gótica escogió el partido basical no sólo por la posibilidad que le brinda de exagerar la altura de la nave central y lograr así un espacio perpendicular, sino también para transformar todo el interior en un espacio luminoso.

            Se ordenan en hileras diversos motivos de articulación mural.

            El primitivo alzado gótico era de tres cuerpos: arcada, galería y claristorio. Más adelante, también tuvieron bóvedas de crucería. Los muros están enriquecidos por un triforio: pasadizo de poca altura en el muro, situado entre la galería y el claristorio. Esta división del muro en cuatro formas, en lugar de tres, disminuye en mucho lo que antes había permanecido inerte.

            La altura y amplitud de las arcadas contribuyen a la impresión de grandeza que se desprende del conjunto.

            El pilar redondo está rodeado de columnillas. Ello confiere de antemano un ritmo grandioso a toda la hilera de apoyo y obedece a un sutil razonamiento artístico. Buscan la unión con la parte alta de la pared de la nave y llevan así la mirada hacia los sostenes de la bóveda.

            El s XIII es la gran época del gótico, rosetón en la fachada en un arco apuntado, bóvedas de planta oblonga no cuadradas, tribunas reemplazadas por una galería, columnas adosadas a los pilares, mayores ventanas y naves cada vez más altas y más iluminadas.

            Por encima de las portadas se hallaban los rosetones adornados con vidrieras entre complicadas tracerías de piedra. Pórticos, rosetones y torres, formaban un verdadero edificio por lo que el concepto de fachada-muro desaparece.

            Se forman escuelas regionales, se inventaron nuevas formas decorativas, pero estructuralmente no se añadió nada nuevo.

            Las arcadas tienen soportes distintos, puesto que alternan los pilares compuestos, que establecen las divisiones principales, y los pilares redondos que marcan las divisiones secundarias. Las bóvedas resultan sextapartitas.

            Se trata de un ritmo concentrado de un reducido número de divisiones. En este caso son tres: la cabecera, el crucero y los pies. El ritmo conduce hacia el altar con el mismo ímpetu que lo habían hecho las columnas de las basílicas cristiano-primitivas.

            El alto gótico se convirtió en pleno gótico. La catedral de Chartres fue reconstruida a raíz de un incendio en 1194. En el nuevo presbiterio se abandona por fin el tipo de bóveda sextapartita y se vuelve a la bóveda de dos nervaduras diagonales.

            Los pilares siguen siendo circulares pero a cada lado tienen adosado un fuste también circular. Ha desaparecido la ancha y elevada galería y ya no queda más que un bajo triforio. La planta ya no resulta tan radical, el crucero se halla a igual distancia de la cabecera y de los pies.

            Impresiona la transformación del espacio interior en un ámbito de luz sobrenatural: se diría que la luz misma contribuye a crear el espacio, la unión de dos ventanas ojivales constituyó un hallazgo genial que inauguraba una nueva época.