MULTICULTURALISMO, MINORÍAS E ISLAM EN EUROPA

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Discurso pronunciado por Giovanni Mangion en el 2º Congreso Europeo del Consejo Islámico para la Cooperación en Europa, celebrado en Toledo, España, en los días 29-30 de Octubre de 1998

 

Autoridades, colegas y amigos,

Durante la celebración de un seminario en Valencia en Enero del pasado año sobre "Los desafíos del III Milenio", Umberto Eco reiteró que nadie parará la tendencia hacia una sociedad multirracial y multicultural en Europa, que la presente inmigración a gran escala en Europa es un fenómeno similar a las migraciones prehistóricas desde el Caúcaso y el Völkerwanderung que puso fin al Imperio Romano y cambió el curso de la historia europea, que las modernas ciudades europeas están destinadas a convertirse en algo parecido a Nueva York, la cual comenzó como una ciudad WASP (blanca, anglosajona y protestante) pero ahora es una mezcla de comunidades étnicas, culturales y religiosas.

Añadió que los racistas son una raza camino de la extinción, y que la generación joven debería estar preparada para encarar nuevos retos adoptando una visión global de la historia y cultura mundiales, algo que puede ser logrado gracias a las nuevas tecnologías de información.

Los intelectuales ven mucho más allá que los mortales comunes. Pueden ser soñadores y perdedores a corto plazo, pero – como dijo Fernand Braudel clausurando un seminario sobre la Cultura Mediterránea poco antes de morir – ellos dominan el futuro. "Si pudiéramos volver a reunirnos en Amalfi dentro de cien años", dijo Braudel, "veríamos que la mayoría de nuestros sueños se han hecho realidad".

Quizá podríamos consolarnos con la misma reflexión durante nuestro seminario en esta simbólica e histórica ciudad. Estas reuniones, en las que afloran ideas destinadas a liderar acciones son, por supuesto, muy importantes. "Aquellos que sueñan con los ojos abiertos ven más que aquellos que sólo sueñan durante la noche", dijo Edgar Allan Poe. "Un atlas sin utopía no merece ni echarle un vistazo" (Lewis Mumford).

El que haya más de 20 millones de inmigrantes en Europa (incluyendo 7 millones sólo en Alemania, con casi 2 millones de turcos, muchos de los cuales se convertirán en alemanes si la propuesta de ley de la doble nacionalidad es aprobada por el parlamento alemán, y millón y medio de inmigrantes del Magreb en Francia, los cuales estarán más integrados si las recientes propuestas de Mme Aubry contra la discriminación en el trabajo se hacen realidad) no es un sueño.

El que haya demasiadas guerras atroces (aunque sólo una ya sería demasiado) en Europa y en el mundo, muchas de las cuales parten de la violación de los derechos humanos de grupos vulnerables y especialmente de minorías étnicas, no es un sueño.

El mejor camino, por no decir el único, para prevenir conflictos bélicos fratricidas y asegurar el progreso y la felicidad para todos es mediante la promoción de los derechos humanos mediante la educación y mediante el uso de instrumentos legales que apunten a inducir a la gente a "vivir juntos – iguales y diferentes" (el título del último libro de Alain Touraine) y a colaborar con los demás para el bien común, esto es, sin duda, un sueño saludable que estamos encantados de abrazar con los ojos abiertos y compartir con los demás.

"Un país que es incapaz de convivir con diversidad y de integrar a sus ciudadanos en un marco de respeto está abocado, tarde o temprano a la desintegración", escribió el Secretario General del Consejo de Europa, Daniel Tarschys, con la vista puesta en Kosovo, en el International Herald Tribune del día 24 de agosto: "En el Consejo de Europa - añadió - estamos profundamente convencidos de que los artículos de los derechos humanos conciernen a todos, y no al dominio de cualquier estado".

Como para reforzar este principio fundamental, el Secretario de Asuntos Exteriores británico Robret Cook le dijo a Slodoban Milosevic hace unos días: "No se atreva a decirnos que esta atrocidad es un conflicto interno. Esta clase de violación de las leyes de la humanidad es asunto de toda la humanidad".

Y para dar una prueba más relevante de que los derechos humanos no conocen barreras geográficas o temporales, un dictador chileno a sido recientemente arrestado el Londres y un juez español a pedido la extradición para juzgarlo y preguntarle: ¿Dónde están?, ¿Dónde están los miles de seres humanos, incluidos ciudadanos españoles, que fueron enjaulados y torturados durante los 17 años en los que gobernó su país con puño de hierro? El dictador chileno y supremo comandante de las fuerzas armadas no debería - en mi opinión personal - rehusar a responder esta pregunta, si realmente actuó solidaria y legalmente según los intereses de su país.

En una exposición desarrollada en La Valletta en Enero de 1996, Federico Mayor, de la UNESCO, apuntó que así como en el siglo XIX se erradicó la esclavitud y en el siglo XX se eliminó el colonialismo, el reto del siglo XXI es erradicar la guerra. La cultura de la guerra, basada en el uso de la fuerza para resolver disputas debe ser reemplazado por una cultura de la paz basada en la fuerza de la razón como opuesta a la razón de la fuerza.

Muchos de nosotros no podemos evitar ser pesimistas al darnos cuenta de que el barco hacia una cultura de la paz todavía no está a la vista; que hay demasiada gente pobre en el mundo (y la extrema pobreza es la negación de todos los derechos humanos); que miles de emigrantes atraídos a Europa por sus valores, los mejorados medios de transporte y comunicación y por el efecto boomerang del colonialismo, encuentran difícil instalarse en nuestras sociedades amantes de la libertad y son tratados con poco o ningún respeto para su dignidad e identidad; que la Islamofobia, o terror al Islam, parece incrementarse en algunas áreas en proporción al número de inmigrantes, refugiados y ciudadanos pertenecientes a Dar al-Islam.

Por otro lado, hay señales que auspician una aproximación optimista. Hay realmente un creciente interés por parte de los intelectuales y políticos por los asientos de las minorías. Hay un interés concreto por los educadores y eclesiásticos en la educación intercultural y el diálogo interreligioso – el cual implica reconocimiento, conocimiento y apreciación positiva de otras culturas y religiones. Y se está convirtiendo en "políticamente correcto" el abordar los asuntos sacados a la luz por los seguidores del Islam en Europa (de lejos los más numerosos en relación con otros credos y culturas importadas).

Además, una teoría y un mecanismo para la protección de las minorías y la dirección de las diversidades están siendo actualmente, en caso de estar demorados, desarrollados. La estructura judicial consiste de tres instrumentos legales principales, elaborados por el Consejo de Europa, la organización con base en Estrasburgo con 40 estados miembros (además de otros seis aspirantes oficiales).

El primero es la Convención de 1950 para la Protección de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, la cual, además de otras disposiciones, prohibe en el artículo 14 cualquier discriminación por motivos de "sexo, raza, color, lenguaje, religión, opinión política, origen nacional o social, asociación con minorías nacionales, propiedad, nacimiento u otros estados".

Esta convención es muy importante porque su ratificación es obligatoria para todos los estados miembros, los cuales pronto abarcarán toda Europa. Así, desde el 3 de Noviembre de 1998, la Corte Europea de los Derechos Humanos, la cual examina casos de violaciones y cuyas decisiones son vinculantes para los estados firmantes, operará de modo más efectivo, con 40 jueces en sesión permanente en Estrasburgo. Éste es seguro un paso positivo.

La Convención de la Organización para la Protección de las Minorías Nacionales es el instrumento legal más importante en estos asuntos. Firmado en 1995, entró en vigor el pasado febrero. Ha sido ratificada por 23 países, incluyendo Croacia, la República Checa, Alemania, Hungría, Italia, Rumanía, Eslovaquia, España, Ucrania y el Reino Unido – pero todavía faltan Francia, Grecia, Turquía y Suiza, además de otros.

Para asegurar que la Convención funciona, se está constituyendo un cuerpo consultivo que consta de expertos independientes (no gubernamentales). Su independencia es necesaria para evitar interferencias políticas por cualquier estado acusado de violar los derechos de las minorías, considerando que el árbitro final será el órgano supremo del Consejo de Europa, constituido por Ministros o Embajadores de todos los estados miembros. Ésta es la razón para esperar que la Convención promocione con eficacia los derechos de las minorías y actúe de forma disuasiva ante el abuso.

El tercer instrumento más importante es la Carta Europea para la Protección de los Lenguajes Regionales o Minoritarios. Contiene una serie de principios e iniciativas encaminadas a promover el uso y el estudio de los lenguajes regionales o minoritarios, tales como el Alsaciano en Francia y el Euskera en España. El lenguaje, como la religión, es un importante componente de la identidad étnica y cultural, y el cambiante mosaico lingüístico en Europa (donde la supervivencia de muchos dialectos o lenguajes minoritarios está en peligro, mientras otros afirman su autonomía en antagonismo con el lenguaje nacional, por la ventaja que a menudo supone el Inglés como segundo lenguaje) puede llevar a problemas.

Esta Carta entró en vigor el pasado Marzo, seguida de la ratificación por parte de ocho países: Croacia, Finlandia, Alemania, Hungría, Liechtenstein, Holanda, Noruega y Suiza. El Gobierno Francés ha expresado su intención de firmar y ratificarla. Si Alemania (la cual tiene siete lengujes regionales que promover) y Francia (con otros seis) la ratifican, otros países multiétnicos como España también podrían desear hacerlo. Esta Carta, la cual también tiene un aparato vigilante, es también un paso positivo.

Así como el interculturalismo es el mejor o el único camino para asegurar la paz y el progreso en sociedades diversas, también el diálogo religioso es el mejor o el único camino para impedir el estallido de violencia que a menudo a través de la historia, y todavía hoy, tiene un transfondo religioso o pseudo-religioso.

A este respecto, quiero citar al teólogo Evangélico Alemán Paul Schwarzenau: "todas las religiones se necesitan, no sólo por lo que tienen de común, sino también en lo que se diferencian, porque así se complementan entre sí. Deberíamos sentirnos en casa con nuestra religión, y como huéspedes, no extraños, en las demás" (Wir sollen in der eigenen Religion daheim und in der anderen Gäste sein, nicht Fremde). Un Festschrift publicó estos días la noticia del 75º aniversario de Schwarzenau con el título: "Alle Wasser fliessen ins Meer: die grenzüberschreitende Kraft der Religionen (Todos los ríos van al mar: el poder transbordador de las religiones).

Especialmente las tres grandes religiones monoteístas, con sus respectivas ramificaciones, fluyen en el mismo mar – el Mar Centra en el cual Europa es construida geográfica e históricamente. Su origen Abrahámico común acentúa su convergencia teológica, mucho más importante que su divergencia histórica.

Se está siendo cada vez más consciente de que debemos acentuar su pacífica coexistencia en vez de sus diferencias y choques inspirados por la política. El ecumenismo no lleva necesariamente al sincretismo o al relativismo. Cada creyente continuará salvaguardando su identidad y practicando su religión, mientras reconoce el derecho de los demás a hacer lo mismo. El diálogo puede significar acuerdo o desacuerdo, pero con el acento en el acuerdo.

Mientras asistía a un seminario sobre "Il mare che unisce: Scuola, Europa e mediterraneo", organizado de los días 22 a 24 de Octubre en Sestri Levante por el Ministro italiano de educación, me impresionó Shayk ´Abd al Wahid Pallavicini, quien dijo que las guerras irrumpieron en el pasado no por haber judíos, musulmanes y cristianos luchando entre ellos, sino porque la gente involucrada no eran suficientemente judíos, musulmanes o cristianos, o sea, no fueron bien educados como buenos creyentes.

Lo que recuerdo de Dr. Mustafa Ceric, líder espiritual de la comunidad musulmana de Bosnia Herzegovina, quien explicó durante un seminario sobre religión y política desarrollado en el Consejo de Europa a principios de año, que la ignorancia es el enemigo real del Islam, como demuestra ampliamente el Corán. Añadió que la democracia es compatible con el Islam tanto como con el cristianismo y el judaísmo, y que en todas las religiones hay ciudadanos que pecan contra la justicia y buen gobierno a través de la ignorancia, la frialdad humana y los malos deseos.

También añadió que la educación es el mejor o incluso el único remedio para la situación actual de Bosnia, Europa o cualquier otro lugar. Me parece que incluso en círculos políticos se está reconociendo el papel antirrivalidad de la educación como la panacea para todos los males. El proceso educacional puede llevar tiempo, pero su efecto es el que más dura. Sabemos que el Islam da a los profesores un papel casi profético.

Esto es lo que me lleva a la urgente necesidad de un profundo conocimiento sin prejuicios del Judaísmo y el Islam en Europa, y del Cristianismo y el Judaísmo en el mundo musulmán. En una exposición efectuada ante ONG´s en el Consejo de Europa hace unos meses, el Dr. Ashmawi ilustró los prejuicios y errores que abundan en las escuelas y libros de texto de Europa sobre el Islam, y, viceversa, en los países de lengua árabe en relación con Europa y el Cristianismo.

En el seminario de Sestri Levante, el conocido lingüista Mahmoud Elsheikh ilustró los errores macroscópicos que tenían algunos libros de texto italianos, tales como: que el Corán es el mundo de Mahoma, y no revelado al Profeta; que la jihad significa proselitismo violento en vez de mejora espiritual personal; que el Islam necesariamente implica guerras santas y fundamentalismo, mientras que sabemos que Islam significa literalmente aceptación y humilde sumisión a Dios, quien es contrario a la agresión y a la coacción religiosa; que los musulmanes están obligados a visitar La Meca por una actitud fetichista hacia la Ka´aba, cuando sabemos que el Islam ganó la batalla a la idolatría y al politeísmo en tiempos y tierras donde eran predominantes; y así muchos más.

Lo que me preocupa es la escasez de intercambios entre las juventudes del mundo musulmán, especialmente los países de lengua árabe del Mediterráneo, y Europa. Los jóvenes poseen el futuro. Lo que planeemos es relevante sólo en la medida en que lo compartamos con la generación futura.

La necesidad de promover enlaces escolares e intercambios de jóvenes entre el mundo Árabe y Europa fue acentuada por un representante de ISESCO en el Seminario de Sestri Levante. Debemos alentar a la gente joven de los dos lados del Mediterráneo a cruzar el mar y conocerse. El mejor libro del mundo, escrito por Baltasar Gracián en la mitad del siglo XVII, es el mismo mundo cerrado, a muchos, a pesar de que es más abierto. De manera similar el mejor libro sobre Europa para los niños árabes y la gente joven es Europa misma, y viceversa.

Tengo una sugerencia que hacer con una base puramente personal. Estrasburgo es un punto focal en Europa. El Parlamento Europeo, órgano de la Unión Europea con base en Bruselas se reúne cada mes. La ASsamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se reúne en el Palais de l´Europe cada tres meses. Estrasburgo es probablemente la mejor manera para conocer de dónde sopla el viento en Europa.

Los Estados Unidos, Canadá y Japón han obtenido el estatus de observadores en el Consejo de Europa, con representantes permanentes en Estrasburgo. San Marino, que no es estado miembro al no ser una democracia parlamentaria, tiene un observador permanente reconocido por el Consejo. Los parlamentos de Armenia, Azerbayán, Bosnia-Herzegovina y Georgia gozan de el estatus de "invité special" en la Asamblea parlamentaria. Israel y Belice han pedido y obtenido estatus de observador en la asamblea Parlamentaria. Incluso Méjico ha pedido (pero todavía no ha obtenido) estatus de observador con comités concretos culturales y jurídicos. La predominante tendencia en el Consejo es que no hay daño en ofrecer el estatus de observador a países que realmente desean compartir y diseminar los valores y actividades del Consejo.

Mi propuesta es que los países no europeos que bordean el Mediterráneo deberían pedir y obtener el estatus de observador, ya que les biene bien a ellos y al consejo. Si se actúa así, esta propuesta tendría como resultados un flujo constante de información entre representantes europeos y árabes, quienes actuarían como multiplicadores en sus respectivos países. Esos contactos contribuirían al reconocimiento, conocimiento y apreciación positiva de la cultura, lenguaje y religión de los demás, como se ha mencionado antes.

No todos los países europeos consideran la colaboración Euro-Mediterránea como una prioridad fundamental. Pero los estados miembros del Consejo de Europa que bordean el Mediterráneo lo hacen. Yo sugiero (con mi capacidad personal, repito) que Italia y Malta deberían tomar el liderazgo. ¿Por qué no también España y Francia? Piensen en los beneficios de tener representantes de países que se extienden desde Marruecos a Siria hombro con hombro intercambiando puntos de vista regularmente con los colegas europeos de Estrasburgo. Este es mi sueño.

Esto forma parte de un sueño más ambicioso en el que todos estamos envueltos: transformar la xenofobia en Philoxenia (la voz griega para hospitalidad), e Islamofobia en Islamofilia. ¡Inshallah!

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