LA FLUIDEZ DEL DESEO: RAZA, HIV/SIDA Y POLÍTICA BISEXUAL

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Elías Farajaje-Jones 

Profesor Adjunto titular en la Escuela de Divinidad de la Universidad de Howard. Habla castellano, es afro-americano e indio, teórico queer, terrorista en la lucha contra el SIDA, teologo guerrillero y artista. Desde 1981 participa en la lucha contra el heterosexismo, el HIV/SIDA y el aparthSIDA, primero en Suiza y luego en Washington DC, EEUU.

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Tu silencio no te protegerá... la transformación del silencio en lenguaje y acción es un acto de revelación del ser y como tal parece estar siempre tenido de peligro.

Audre Lorde (1980)

 

Con profunda conciencia acerca de las palabras de Audre Lorde, escribo este articulo para romper el silencio e inspirar la acción.

Para articular una política bisexual es importante comprender como se da la interacción entre la bisexualidad y el VIH/SIDA: como la pandemia exacerba la erotofobia así como la bifobia, como la erotofobia y la bifobia impiden la educación y la difusión hacia la comunidad, como las luchas contra el VIH/SIDA y contra la opresión que sufren las personas bisexuales pueden funcionar en paralelo. En este articulo me concentro en la experiencia de las personas afro-americanas y si bien hablo de las lesbianas y mujeres bisexuales negras, me ocupo sobre todo de los hombres negros que son gays y bisexuales ya que ese es mi contexto.

 

Bifobia y monosexismo 

Dentro de la mayoría de las organizaciones de lucha contra el SIDA, las personas bisexuales permanecen totalmente invisibilizadas, salvo cuando se las menciona al pasar o se las describe contagiando alegremente el VIH. El discurso dominante construye a la persona "bisexual" como sinónimo de asesina promiscua, patológica (ver la película Bajos Instintos). Las lesbianas acusan a las bisexuales de contaminar a su comunidad; las personas heterosexuales nos culpan por ponerlas en riesgo. Ante tales construcciones negativas de la identidad bisexual, ¿qué significa para los hombres bisexuales el que se nos convierta en culpables a la vez que se nos niega la información básica para estructurar nuestra supervivencia? Nuestra categoría de identidad se ha convertido en una categoría epidemiológica. Pero la política bisexual nos muestra que ya no podemos separar a la humanidad en categorías prolijitas y cerradas. Gracias a ella hemos aprendido a no separar a las personas entre quienes necesitan educación sobre el VIH/SIDA y quienes no la necesitan.

 

A las personas bisexuales se nos incluye de nombre pero no en la realidad. No hay materiales pensados para varones que tengan relaciones sexuales tanto con otros varones como con mujeres.

 

El discurso presente sobre el VIH/SIDA, tanto en la cultura dominante como en el mundo queer, percibe a las personas bisexuales como más peligrosas, mas una encarnación del demonio que las lesbianas y los gays. Esta sociedad, con su actitud negativa hacia el sexo, con su erotofobia, considera a la bisexualidad algo extremadamente peligroso. Es algo que acerca demasiado las homosexualidades a la cultura dominante; a asusta porque el Otro supremo ya no aparece como tan otro. Hay algo que resulta demasiado transgresor en esto de borrar los limites entre mundos que supuestamente nunca deben encontrarse.

 

El verdadero desafío se le presenta a la bisexualidad cuando esta lucha por nombrarse a sí misma, sin dejar por eso de buscar subvertir el paradigma monosexual de "esto o lo otro", que nos hace creer que las personas son lesbianas/gays o heterosexuales. Con frecuencia la gente pregunta: "¿cuales son exactamente los derechos de las/os bisexuales?". Como anarca-mujerista, hombre bisexual de color, "de dos espíritus" (A) y que se identifica como queer, el derecho fundamental por el que lucho en el contexto de la bisexualidad es el de NO tener que aceptar el paradigma monosexista, que procura definirme y eliminar de mi vida toda posibilidad de autodeterminación.

 

El paradigma monosexista es particularmente dañino en la era del VIH/SIDA. La ironía es que, mientras el paradigma monosexista perpetua un miedo profundo frente a aquellas personas que no encajan en él - bisexuales y transgénero, por ejemplo - al mismo tiempo impide que se les distribuya a esas personas información fundamental para su propia supervivencia. De esa manera, se culpa a las/os bisexuales por la difusión del VIH/SIDA y se les hace cargar con todo el peso de la VIH/SIDAfobia social, pero no sé las/os incluye en forma realista en el trabajo de investigación, prevención o educación. Puede ser que se mencione la palabra "bisexual", pero no existe una inclusión autentica de las realidades bisexuales, por ejemplo, modelos de prevención para hombres que tienen relaciones sexuales tanto con hombres como con mujeres.

 

Sociedades políticas 

La relación entre la política bisexual y el activismo en VIH/SIDA sugiere que cada uno de ellos necesita tener conciencia del otro para sobrevivir. A nivel teórico, ambos se ocupan de manera frontal de opresiones similares; ambos proponen nuevos modelos para la construcción de la identidad y demandan la ruptura de las barreras que dividen a las personas en grupos tipo "nosotros/ellos". En la practica, el activismo en VIH/SIDA y el bisexual comparten tácticas y visiones comunes. La forma en que la sociedad asocia el VIH/SIDA con los hombres y las mujeres bisexuales, la particularidad de la experiencia bisexual en cuanto al VIH/SIDA, y la notable ausencia de conciencia bisexual en la prevención / educación frente al VIH, son factores que apuntan a la necesidad de una mayor cercanía entre nuestros dos movimientos.

 

Definiciones 

En 1988, uno de mis primos murió de complicaciones relacionadas con el SIDA. Jure sobre su tumba que no iba a permitir que su muerte fuera en vano, que dedicaría mi vida y mi energía a luchar contra el HIV/SIDA, a quebrar el muro de silencio, ignorancia y miedo - los verdaderos agentes de la muerte en nuestra comunidad. En las clases que dicto en la Escuela de Divinidad, Universidad de Howard, utilizo la Sociología y otras herramientas culturales y de conocimiento para articular una teología de la liberación afrocéntrica, mujerista y vital.

 

Las reflexiones que brindo en este articulo no son el mero resultado de especulaciones mías. Surgen de anos de escuchar los dolores y las alegrías de mis hermanas y hermanos, de vivir y trabajar con personas que tienen HIV/SIDA, de perder compañeras/os, amigas/os y parientes a causa de la pandemia; de enterrar a mi pareja y a 12 amigos cercanos en seis meses; de acompañar a las personas que luchan por liberarse de las ataduras del odio internalizado a las/os homosexuales o a las/os bisexuales. Las cosas de las que voy a hablar en este articulo son realidades que debo enfrentar todos los días de mi existencia. Estoy cansado de ver a mis hermanas y hermanos que están "en la vida" (N.T.: ver debajo) comer todos los días un pan fabricado con múltiples formas de opresión. Estoy harto de observar a tantas y tantos que sufren en silencio.

 

Al hablar de la comunidad afro-americana, recuerdo a cada momento que tenemos un espectro de sexualidades mucho más fluido del que tiene la comunidad blanca. Categorías como "homosexual" o "bisexual" no necesariamente significan lo mismo para las personas de ascendencia africana que para la gente blanca. Yo uso una variedad de términos: lesbiana/gay/bisexual/transgénero; queer; en-la-vida.

 

En algún momento se dio por sentado que las personas bisexuales no teníamos conciencia política, pero ahora hay un movimiento bisexual multicultural y feminista en crecimiento en los EEUU. Por eso yo a veces hablo de homosexualidades, bisexualidades y homosensualidades (contacto físico, intercambio de afecto físico como por ejemplo darse las manos o besarse entre personas del mismo sexo, sin que eso sea genitocéntrico ni orgasmocéntrico). No pretendo imponer ningún termino ya que me doy cuenta que, por ejemplo, para muchas personas la palabra queer (mi preferida) es muy controvertida.

 

De paso, digamos que la palabra "queer" la adoptan personas que sienten que participan de su propia liberación al rescatar un termino que fue usado contra ellas en forma derogatoria. Así como la palabra "negro/a" alguna vez fue un insulto o tuvo connotaciones negativas pero hoy es fuente de orgullo y de fortaleza para nosotras/os, el uso de la palabra "queer" puede fortalecernos. Se refiere a una tendencia radical en nuestra comunidad que busca la liberación y la autodeterminación, en vez de la asimilación a una cultura blanca, dominada por los hombres y heterosexual. "Queer" es un termino que incluye a las lesbianas, los gays, las mujeres y hombres bisexuales, y las personas transgénero. También me gusta mucho él termino "en la vida". Para generaciones de descendientes de africanas/os, "en la vida" denoto un amplio espectro de identidades y conductas similares a las incluidas en "queer": todas y todos podemos incluirnos "en la vida". La palabra "vida" tiene ricas connotaciones espirituales, sobre todo para personas que vivimos enfrentadas al sufrimiento y a la muerte. "En la vida" es un termino que reconoce nuestra lucha por la liberación como inseparable de todas las otras que llevan a cabo los pueblos oprimidos del mundo entero, quienes combaten la supremacía blanca, el clasismo, el imperialismo, el sexismo, la dictadura de quienes no padecen discapacidades, y todas las otras formas de opresión (Harris, 1986).

 

Además de al homoodio, las personas bisexuales con frecuencia nos vemos expuestas a la bifobia/biodio (1). Se nos considera demasiado transgresoras, tal vez porque convertimos en difusas las muy definidas líneas que separan a ELLAS/OS de NOSOTRAS/OS. Aquí es donde una nueva visión del genero tendrá que desempeñar un rol muy importante.

 

La heterosexualidad obligatoria (Rich, 1980) es un poder intrínsecamente unido a la estructura de clases capitalista y que se ve alimentado por el racismo, el clasismo, el sexismo y el homoodio/biodio. El heterosexismo tiene raíces profundas en la necesidad básica de preservar esas estructuras y rigideces sociales. ¿Cómo se podría hablar de la opresión que sufren las personas lesbianas/gays/bisexuales/transgénero que son negras sin hablar de la supremacía blanca? ¿Y que decir del hecho de que las mujeres y hombres de ascendencia africana que estamos en-la-vida ocupamos un lugar donde se intersectan varias formas diferentes de opresión? En nuestra experiencia de Otredad, somos doble o triplemente el Otro supremo, el Diferente. Como hombre negro y queer, soy oprimido por ser un hombre de ascendencia africana, soy oprimido por ser queer, y soy oprimido como queer de ascendencia africana. No es solo la cultura dominante la que me oprime, sino también mi propia comunidad: en la comunidad negra, se me oprime por ser queer; en la comunidad queer se me oprime por ser un hombre de color.

 

Teología y genero 

El estudiar nuestras raíces y ver como se pueden aplicar hoy en día, ¿no es parte fundamental de una perspectiva afrocéntrica? Al ocuparnos del HIV/SIDA, se vuelve absolutamente necesario entender las bisexualidades en la comunidad afro-estadounidense y buscar respuestas al homoodio y a la pandemia del HIV/SIDA que surjan de nuestras propias tradiciones culturales. Esto nos lleva a buscar modelos con una visión positiva de la sexualidad, que no estén llenos de odio hacia las mujeres, y que ofrezcan una nueva perspectiva del genero.

 

Por ejemplo, las personas de Dos Espíritus en algunas culturas indígenas de América del Norte representan categorías de genero que trascienden la unidad binaria femenino / masculino. Bajo diferentes nombres en distintos idiomas indígenas (como nadle en navajo o winkte en lakota), las personas de Dos Espíritus suelen ser quienes median entre el mundo visible y el mundo invisible y quienes tienen el don de curar, de las visiones y de las profecías (Williams, 1986). Las personas de Dos Espíritus desempeñan un rol muy especial en sus culturas; si bien la suya es una construcción sexual y de genero muy distinta, con frecuencia son definidas como lesbianas/gays/bisexuales/transgénero por la cultura dominante. La transgresión de la bisexualidad tiene que ver, en parte, con la afirmación de que el amor no sabe de géneros. Tal subversión de genero es algo que a muchas personas les aterra de la bisexualidad (Butler, 1990).

 

La creciente visibilidad de la comunidad transgénero, que no es pequeña dentro de la comunidad negra, exige que nos ocupemos mas aun de la relación entre sexualidades y espiritualidades. En tradiciones religiosas africanas como el vudú (la religión afro-haitiana) o en las que se basan en la tradición yoruba, existe una teología de genero que es muy diferente de aquella a la que están habituadas la mayoría de las personas afro-estadounidenses que son religiosas. Por ejemplo, en la religión yoruba existen manifestaciones de lo divino (orishas) que tienen dos géneros. Además, una orisha femenina puede manifestarse a través de un hombre, así como un orisha masculino puede hacerlo a través de una mujer. Cualquiera sea el genero del orisha o de la persona iniciada, a esta se la une a un orisha particular, del cual pasa a ser su iyawo o novia (Murphy, 1988). El cuerpo no es solo el templo sino también el lugar donde se manifiesta el Espíritu (como cuando la gente "se pone feliz" o "grita" su éxtasis en experiencias religiosas que a veces incluyen estados de trance, en algunas tradiciones afro-estadounidenses). Si la sexualidad puede ser percibida como un don, entonces el cuerpo esta para ser celebrado. Desgraciadamente, debido al poder de la erotofobia, ponemos demasiado énfasis en lo que no se debe hacer, lo que nos lleva a la represión sexual, a la privación de conocimientos de fundamental importancia y, en ultima instancia, a la muerte.

 

El otro maldito 

Ahora estamos presenciando el surgimiento de una ola de bifobia acentuada. Varias fuentes describen a los varones negros bisexuales como el OTRO, como EL agente transmisor del HIV/SIDA en la comunidad afro-estadounidense. Esta combinación de bifobia y HIV/SIDAfobia se usa para desacreditar y destruir a nuestra comunidad. A las mujeres y los hombres bisexuales se las/os describe continuamente como agentes transmisores a sabiendas e intencionales del HIV/SIDA. En vez de descargar la ira colectiva de la gente queer contra el gobierno que no nos proporciona educación explícita sobre el HIV/SIDA o el dinero necesario para la investigación, algunas personas se han dedicado a asignarle a las/os bisexuales el lugar de chivos expiatorios. En una era de creciente erotofobia, a medida que se siga intensificando esta construcción de la/el bisexual como el otro maldito, será cada vez más difícil para las mujeres y los hombres bisexuales de ascendencia africana él asumirse públicamente como tales.

 

Esta es una forma de opresión que nos resulta particularmente destructiva: recién estamos empezando a organizar nuestras comunidades, a ocuparnos de todos los temas que atañen a la diversidad de bisexualidades que existen en nuestros mundos. Sin embargo, todavía hay muy pocas/os activistas negras/os bisexuales visibles. Las supuestas autoridades en HIV/SIDA y en sexualidad humana se sienten libres de decir que las personas bisexuales son cobardes, que no existen activistas bisexuales negras/os y que estamos concientemente diseminando el HIV/SIDA.

 

La homofobia y la bifobia ya han dañado en forma significativa la vida de la comunidad afro-estadounidense. Continúan su obra de destrucción creando una atmósfera propicia a la HIV/SIDAfobia, al miedo frente al HIV/SIDA y a las personas que viven con HIV/SIDA, y al aparthSIDA - la destrucción sistemática y la expulsión a los ghettos de las personas viviendo con HIV/SIDA.

 

HIV/SIDA - SIDAfobia - aparthSIDA 

Casi todos los temas que conciernen a la población afro-estadounidense apuntan de alguna manera al HIV/SIDA, y casi todas las cuestiones relativas al HIV/SIDA tienen un impacto desproporcionado sobre las comunidades afro-estadounidenses. Los siguientes puntos subrayan y explican esta interconexión:

 

a) Falta de un plan de cuidado para la salud. ¿Cómo podemos hablar en forma realista de tratamientos para el HIV/SIDA cuando la mayoría de nosotras/os, personas de color, no podemos pagar ningún sistema privado y carecemos de acceso a todo cuidado sanitario?

 

b) El sistema carcelario. Teniendo en cuanta que el 25% de la población masculina afro-estadounidense de entre 15 y 35 anos esta en la cárcel, y que la mayoría de las cárceles no permiten que se brinde a sus internos educación sobre el HIV/SIDA ni se les repartan preservativos / campos de látex (porque eso implicaría aceptar que existen las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en las cárceles) ni que se les proporcionen agujas limpias, ¿no es razonable llegar a la conclusión de que un alto porcentaje de varones afro-estadounidenses han estado en contacto con el HIV y se han tornado HIV+? Y probablemente esto significa que esos hombres al salir de la cárcel (y también dentro de ella) pueden tener relaciones sexuales sin protección tanto con mujeres como con hombres.

Aquí también es necesario plantear el tema de las mujeres de color lesbianas y bisexuales que están en prisión y viviendo con HIV. ¿Que estructuras existen para darles apoyo? Su situación se complica aun más porque las instituciones piensan que las lesbianas no corren riesgos; mas aun: se piensa que la sexualidad de las lesbianas y de las mujeres bisexuales no es importante y hasta se duda de su existencia. La raíz de esta idea esta en la erotofobia, que condena a las mujeres, a sus cuerpos y a sus vidas.

 

c) Embarazo adolescente. Siempre que hay un embarazo adolescente, hay sexo sin protección y la posibilidad de transmitir el HIV.

 

d) Análisis obligatorios. Por más importantes que resulten los análisis para la prevención del HIV/SIDA, el hacerlos obligatorios no es la respuesta, y en realidad tiene consecuencias graves para las personas de color porque los resultados se pueden usar en contra nuestra, y así se los usa.

 

e) Desempleo. Cuando la gente no puede trabajar / no tiene trabajo, carece también de acceso al cuidado de la salud o de los planes de salud garantizados por los empleadores.

 

f) Vivienda. El derecho a la vivienda es un tema relacionado con el SIDA para las personas de color. ¿De que nos sirve tener AZT, DDI, remedios homeopáticos o hierbas chinas si no tenemos agua corriente con la cual tomarlos, o una casa en la que dormir y comer?

 

g) Servicios sociales. A las personas de color con frecuencia se nos niega el acceso a los servicios sociales, al cuidado preventivo y al tratamiento temprano por barreras económicas y practicas discriminatorias. Mas aun, el estado reduce día a día los fondos destinados a los servicios sociales. A medida que la cara del VIH/SIDA se vaya revelando como "personas de color, mujeres y niñas/os, personas pobres", ¿quien va a cuidar de nosotras/os?

 

h) La salud de las mujeres negras. Las mujeres de color con VIH/SIDA constituyen el 73% de las mujeres con HIV/SIDA. Dado que las definiciones del Centro de Control de Enfermedades sobre lo que es el HIV/SIDA se gestaron a partir de la observación de varones, las mujeres muchas veces mueren a causa de infecciones oportunistas antes de que se les diagnostique el SIDA o se les dé tratamiento. No solo no se estudian sus necesidades en cuanto a la salud, sino que no se las considera elegibles para el acceso a beneficios sanitarios, guarderías, experimentación con nuevos remedios, subsidios para el pago del alquiler, y otros apoyos que se brindan a las personas que viven con HIV. No se les da tampoco información sobre como pueden cuidarse ni como proteger a las personas con quienes comparten agujas o mantienen relaciones sexuales.

Bajo el falso pretexto de estar cuidando los intereses de las futuras generaciones, el establishment medico presiona a las mujeres que son HIV+ -en su mayoría mujeres de color- para que aborten o sean esterilizadas. Esas esterilizaciones forzadas constituyen un genocidio. Como dice Sunny Rumsey Ahmed, una hermana afro-caribeña, musulmana y terrorista contra el HIV/SIDA,:

¿Por que estas mujeres reciben un trato diferente del que se aplica a las blancas con una historia familiar de cáncer, enfermedades genéticamente transmisibles, fatiga crónica, esclerosis múltiple, o toda una gama de discapacidades potencialmente deformantes? Muchas enfermedades se transmiten in útero, y la ley protege con mucha fuerza los derechos de las mujeres que las padecen. Abogar por la esterilización y el aborto a causa de una enfermedad que afecta sobre todo a las mujeres de color me suena a racismo (Ahmed, 1990).

 

i) Educación. En este país somos muy susceptibles con este tema, pero hoy en día se ha vuelto una cuestión de vida o muerte. Mientras pensamos que hacer, la gente se muere. Cuando nos enredamos en debates interminables sobre si podemos o no distribuir preservativos a la gente joven y alentar su uso, debemos recordar que HAY MAS DE UN MILLON DE PERSONAS HIV+ EN LOS ESTADOS UNIDOS y que CADA SIETE MINUTOS SE PRODUCE UNA MUERTE RELACIONADA CON EL SIDA (Mann et al, 1992).

La educación sobre el HIV/SIDA sigue siendo severamente inadecuada para las personas bisexuales y para las comunidades de color. Suele sernos inaccesible, ya que esta expresada en un idioma o con términos que no entendemos; muchas personas de nuestra comunidad no saben leer.

Es de vital importancia que los materiales educativos sobre el HIV/SIDA apunten a las personas que tienen actividad sexual con personas de todos los géneros. Los materiales deben hablar de bisexualidad y de HIV/SIDA de una forma directa y abierta, sin ridiculizar las experiencias de vida de las mujeres y de los hombres bisexuales. Hasta ahora la mayoría de los materiales se han centrado en los hombres, abandonando por completo a las mujeres. Se ha prestado muy poca atención a la sexualidad lesbiana y a la de las mujeres bisexuales en relación al HIV/SIDA. Como dice Alexis Danzig en su excelente ensayo titulado "Las mujeres bisexuales y el SIDA" (1990):

Debido al heterosexismo, las mujeres bisexuales están en riesgo tanto de contagiarse el virus del HIV como de ser víctimas de la violencia que se descarga contra quienes son percibidas/os como diferentes por su sexualidad. Es importante que las lesbianas que se acuestan con hombres, las mujeres heterosexuales que se acuestan con otras mujeres, y las que nos identificamos como bisexuales empecemos a crear conciencia de nuestras sexualidades, de nuestras experiencias con el sexo mas seguro y con la transmisión del VIH tanto entre nosotras como con nuestras hermanas monosexuales... Como mujeres que tenemos actividad sexual tanto con hombres como con mujeres, reivindicar nuestras bisexualidades nos puede fortalecer contra la desinformación y permitir que definamos por nosotras mismas lo que "ser bisexual" puede significar en cuanto a hacernos responsables de nuestra propia vida y de las personas que amamos en medio de la crisis del SIDA.

 

j) Abuso de substancias. Aquí nos vemos enfrentadas/os con muchos temas que tienen consecuencias devastadoras para la difusión del VIH entre las personas de color: la transmisión del VIH mediante las agujas que se comparten para inyectarse heroína; la velocísima difusión del crack en las comunidades negras; y el hecho de que muchas personas mantienen relaciones sexuales para obtener crack. La cocaína, que no se cultiva en los Estados Unidos, ha sido introducida en nuestras comunidades para acelerar el proceso de exterminio. Consideremos que en los '60, cuando el movimiento del Poder Negro estaba en un punto mas alto, comenzó a haber una gran disponibilidad de heroína (y ahora esta sucediendo lo mismo). La droga desempeñó un gran papel en el desmantelamiento de la lucha organizada por nuestra autodeterminación (Banzhaf, 1990).

 

k) Los medios. El trato que se da a las personas de color en los medios siempre ha sido un tema critico para nosotras/os, pero esto se agudiza en una época en la que la prensa, reflejando la mentalidad dominante, se ocupa de asignar responsabilidad a diversos grupos por la transmisión del VIH. Primero los medios trataron de culpar a Haití y a Africa; luego a los gays y a los hombres bisexuales. INOCENTE = mujeres blancas, de clase media y heterosexuales con VIH. CULPABLES QUE MERECEN SER CASTIGADOS = queers, pobres, drogadictas/os que se inyectan, presas/os y personas de color con VIH (sin olvidar que muchas personas ocupan mas de una de esas categorías a la vez). Las/os supuestas/os "inocentes" pueden desarrollar hipótesis ridículas para explicar la difusión del VIH/SIDA, pero cuando nosotras/os hablamos de CONSPIRACION y de GENOCIDIO, se nos considera salvajemente paranoicas/os e irracionales. Pero nuestra historia y nuestra experiencia hablan por si mismas y lo hacen a gritos.

Cuando se piensa en eliminar la posibilidad misma de la vida para un grupo determinado de personas, ¿no es genocidio? ¿Por que resulta tan extraño imaginar que todo esto ha sido planeado cuidadosamente? ¿No será tal vez un plan que salió mal, o mejor aun, un plan que esta saliendo bien? Dadas las diversas políticas de genocidio que se han aplicado sobre las personas de color en este continente en los últimos 500 años, ¿por qué pensar que lo que estoy diciendo es algo absurdo, sin sentido? Solo tenemos que fijarnos en el experimento de Tuskegee con la sífilis en el que entre 1932 y 1972 mas de 400 trabajadores y aparceros africanos de Alabama fueron "objeto" de un estudio gubernamental para comprobar que sucedía si se le hacia contraer la sífilis a una persona y no se le brindaba tratamiento (Jones, 1981). Este ejemplo nos dice que la comunidad científica esta dispuesta a usar a personas afro-estadounidenses como ratas de laboratorio.

 

l) Comunidad internacional de personas de ascendencia africana / personas de color. El VIH/SIDA es un tema para todos los pueblos de ascendencia africana y para todas las personas de color. Basta con que observemos la devastación que esta causando el VIH/SIDA en algunos países africanos, lo que a su vez tendrá consecuencias graves para la participación del continente en la economía internacional. Ciertos poderes mundiales se sentirán muy felices de intervenir y apoderarse de los recursos naturales de las naciones africanas, dado que ya han destruido los suyos propios. El VIH/SIDA se esta difundiendo con tanta rapidez en Africa que las áreas mas afectadas mostraran una perdida neta de población dentro de pocas décadas. El SIDA ya es la principal causa de muerte entre las personas adultas de muchas ciudades africanas y una de las principales de mortalidad infantil. Según un estudio en gran escala que se hizo en Uganda a nivel nacional sobre seroprevalencia del VIH, unas 800.000 personas adultas están infectadas (sobre una población total de 16.2 millones). (Mann et al, 1992)

 

Conclusiones 

En una era de violento homoodio, biodio, erotofobia y apartSIDA, si no tenemos éxito en nuestro esfuerzo por subvertir el paradigma monosexista, es muy probable que ese paradigma nos mate. El surgimiento del VIH/SIDA significa que nuestra invisibilidad - como bisexuales, como personas de ascendencia africana- es ahora casi una sentencia de muerte.

 

También tenemos que prestar atención a la diversidad cultural que se expresa en diferentes formas de bisexualidad. Las personas bisexuales, y especialmente las de color, debemos permanecer en las primeras filas de la batalla contra el VIH/SIDA y la VIH/SIDAfobia, recordando que tenemos un rol muy especial que desempeñar. Como dijo Alexis Danzig, la pandemia del VIH/SIDA nos exige fortalecernos. No podemos esperar que otras/os se ocupen de nuestros temas; debemos hacernos responsables de nuestra vida y de nuestra salud. Necesitamos activistas bisexuales que se ocupen del VIH/SIDA en voz alta y que estén siempre presentes abogando por nuestros temas. Tendremos que hacer gran parte del trabajo de prevención/educación dirigido a nuestra comunidad, desarrollando redes de recursos y de información por y para bisexuales. Si estamos realmente comprometidas/os en la lucha contra la opresión en todas sus formas, ¿cómo no desarrollar un conjunto de educadoras/es y activistas bisexuales que se ocupen del VIH/SIDA? Cada vez se hace mas claro que las estrategias de prevención y educación sobre VIH/SIDA rígidamente definidas en torno a categorías de identidad, no funcionan. En contra de lo que el paradigma monosexista nos hace creer, vivimos en un mundo donde la construcción de los deseos, los géneros y las sexualidades es fluida. Muchas personas eligen tener relaciones sexuales con todos los géneros en variadas configuraciones relacionales y no necesariamente se identifican con ninguna etiqueta. Por lo tanto, estrategias de prevención y educación frente al VIH/SIDA verdaderamente innovadoras, que apunten a todas las mujeres que tienen relaciones sexuales tanto con mujeres como con hombres y a todos los hombres que hacen lo mismo, pueden tal vez ser la clave para que la prevención llegue al conjunto de la población.

 

Tenemos que apoderarnos de la lucha por la supervivencia. Debemos cuestionar a las autoridades elegidas y al gobierno para que nos rindan cuentas, porque nuestras vidas dependen de eso en este momento. Y cuando nos fallan, tenemos que salir a la calle y gritar nuestras demandas - con nuestras voces ricas, que tan bien saben cantar- a las puertas mismas del poder. Nuestra opresión esta tan evidentemente conectada con otras formas de la hegemonía heteropatriarcal como la guerra contra el medio-ambiente y todos los ismos, que no puedo sino tener la visión de nosotras/os, activistas queer-bi contra el VIH/SIDA, como luchadoras/es por la libertad y sanadoras/es. Nuestros cuerpos importan.

 

Notas 

1. La bifobia/biodio dice que las personas bisexuales no existimos; que no sabemos lo que queremos; que estamos "en el medio" o confundidas; que no tenemos ideas políticas ni sentido de lo que es una comunidad; que es solo una fase; y que somos promiscuas/os, agentes transmisores/as del VIH.

(A) Two-Spirit (dos espíritus): las lesbianas y los gays indígenas de América del Norte adoptaron esta forma de nombrarse, que era la que sus naciones usaban en los tiempos previos a la invasión sajona. (N.T.)

 

Este artículo salió publicado en "Primer paquete informativo sobre bisexualidad en castellano", Escrita en el Cuerpo, Archivo y Biblioteca de lesbianas, mujeres bisexuales y diferentes, 1998. Y en el libro "Bisexual Politics. Theories, Queries & Visions", editado por Naomi Tucker con Liz Highleyman y Rebecca Kaplan. New York: The Haworth Press, Inc., 1995. Traduccion: Alejandra Sardá. Marzo 1998, Buenos Aires.

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