ACOSO SEXUAL

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Informe realizado por Javier Ardouin, Claudio Bustos, Mauricio Jarpa y Geraldine Oliveros
 

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Indice

 

Introducción

El siguiente informe tiene como objetivo principal hacer una reseña de una serie de investigaciones realizadas en la década de los '90 en torno al tema del acoso sexual. El acoso sexual surge como problema a enfrentar en la sociedad nortemericana en la década de los '70; es visto como una forma de discriminación sexual a la mujer, que provoca daños a nivel individual como organizacional, por lo que resulta importante investigar su etiología, formas de expresión y, por sobre todo, posibles vías de solución.

En este informe se entregará, en primer lugar, un marco conceptual destinado a explicar lo que es el acoso sexual, sus manifestaciones, prevalencia y las dificultades nacidas de la naturaleza básicamente subjetiva de su definición. En segundo lugar, se entregará un marco teórico, en el cual se incluirán los factores que favorecen la presencia de acoso sexual, los factores que intervienen en su percepción, las secuelas que provoca el acoso y algunas formas de prevención de este problema. En tercer lugar, se presentarán los resultados de una actividad práctica - aplicación de un cuestionario sobre acoso sexual a una muestra accidental de 47 estudiantes universitarios -, junto con la discusión de los resultados de ésta . Finalmente, en la tercera sección se entregará una conclusión, donde se entregará una reflexión sobre el tema del acoso sexual, junto a sugerencias sobre posibles temas de investigación a futuro.

 

Resumen

El acoso sexual es una forma de discriminación sexual que ocurre cuando una conducta no deseada de naturaleza sexual interfiere con el trabajo individual; se incluye en esta definición la sexualización de relaciones instrumentales en un contexto de diferencia de poder formalizada. Entre los factores que influyen en la ocurrencia objetiva de acoso se encuentran las diferencias culturales, factores del ambiente del trabajo, el tipo de respuesta de la víctima, las características de personalidad del acosador; se presentan dos modelos explicativos generales: el modelo de rol sexual sobrepasado y el modelo integrativo organizacional. Entre los factores que intervienen en la percepción de acoso encontramos el tipo de conducta de acoso, factores sociales y culturales, el género del observador, el atractivo físico del acosador y de la víctima, diferencias de personalidad y de atribución. El acoso sexual provoca variadas secuelas tanto a nivel psicológico y fisiológico de la víctima, como también daños a las organizaciones. Entre las medidas para la prevención del acoso se encuentran la instrucción a través de videos o el entrenamiento de tipo vivencial.

Se adjunta los resultados de una investigación de tipo exploratorio realizada en la Universidad de Concepción, consistente en la aplicación de un cuestionario a 47 estudiantes, con preguntas relacionadas con el acoso sexual. Los resultados son discutidos e integrados con el marco de referencia teórico en la conclusión.

 

Marco conceptual

El acoso sexual fue reconocido como un problema social en la mitad de los 70s. Las feministas, basándose en el concepto de discriminación sexual, obtuvieron reconocimiento legal sobre la problemática que generaba el acoso sexual al contribuir a la inequidad en las oportunidades de empleo y trabajo. (Sheffey & Tindale, 1992, p.1502)

De acuerdo a la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo de Estados Unidos (EEOC), el acoso sexual es una forma de discriminación sexual que ocurre cuando una conducta física o verbal no deseada de naturaleza sexual afecta el trabajo individual, interfiere de manera irracional con el desempeño individual en el trabajo o crea una ambiente de trabajo intimidatorio, hostil u ofensivo (Moyer & Nath, 1998, p. 333). También se ha sugerido que la definición de acoso sexual debería incluir la sexualización de una relación instrumental a través de la introducción o la imposición de acontecimientos sexistas o sexuales, peticiones o requerimientos, en el contexto de una diferencia de poder formalizada. El acoso puede también ocurrir cuando no existe una diferencia de poder formal, y el comportamiento no es buscado o es ofensivo para la mujer. El acoso pude ser clasificado en las siguientes categorías generales: acoso de género, comportamiento seductor, solicitud de actividad sexual explícita con promesa de premio o castigo, y asalto o imposición sexual. (Fitzgerald, 1991; citado en Barak, Fisher & Houston, 1992, p.18).

Los estudios que se han realizado ocupando muestras auto-seleccionadas tienden a reportar que entre un 70% y un 90% de las mujeres encuestadas han experimentado un tipo de atención sexual no deseada. Los estudios realizados con muestras más científicas disminuyen este porcentaje a un 45%-55%(Sheffey y Scott, 1992, p.1502).

La problemática acerca de la definición de acoso sexual es que esta es lo suficientemente vaga para que diferentes personas tengan diferentes percepciones de lo que es el acoso sexual para ellas. Las diferentes percepciones pueden derivar en diferentes interpretaciones de lo que es considerado una conducta interpersonal aceptable. De hecho el mayor problema con los casos de acoso sexual es que la mayoría de los trabajadores no tienen certeza de lo que es acoso sexual (Laabs, 1995, citado en Blakely, Blakely & Moorman, 1998, p.72). De acuerdo a York (1989, citado en Sheffey & Tindale, 1992, p.1503), el acoso sexual no es un fenómeno objetivo, ya que está basado en la percepción individual del comportamiento de otro, la cual está sujeto a muchas variables contextuales.

 

Marco teórico.

Factores que influyen en la ocurrencia del acoso sexual .

Aunque el acoso sexual no es un fenómeno unitario susceptible a un modelo explicativo simple, se ha sugerido que el poder social y económico de acosadores y víctimas influye en la ocurrencia y severidad del acoso, el tipo de respuestas que utiliza la víctima, y la efectividad percibida de las acciones de la víctima (Livingston, 1982; citado en Menon & Kanekar, 1992, p.1941).

1.- Diferencias culturales

De acuerdo al estudio realizado por Menon y Kanekar (1992) en la India, se puede considerar que el acoso sexual de mujeres es sintomático a la postura divergente de hombres y mujeres con respecto al sexo, ya que se espera que sea el hombre quien tome la iniciativa y sea agresivo en materias sexuales, y la mujer adopte una postura modesta, sumisa y vergonzosa. Por lo menos, algunos hombres parecen tener una perspectiva adversaria del género, según el que actividad sexual es explotativa o rapaz, en lugar de cooperativa; los hombres asumirían el rol de explotadores o rapaces y las mujeres el rol de explotadas o de presa; con el cuidado debido, puede extropolarse estos resultados a nuestra realidad occidental. Junto a esto, la agresión sexual de los hombres puede ser algunas veces gobernada por la mala interpretación de los contactos femeninos, en cuanto se considera que conductas amistosas ordinarias de las mujeres son expresiones de un interés sexual (Menon & Kanekar, 1992; Sheffey y Scott, 1992)

2.- Factores del ambiente de trabajo

En primer lugar, el estatus del acosador está correlacionado positivamente con el reporte o etiquetado de una conducta como acoso sexual; se hipotetiza que a mayor estatus del acosador es más probable que la mujer perciba que el hombre ocupa su estatus social para explotarla sexualmente (Ellis, Barak & Pinto, 1991, p.1322)

Existiría una fuerte relación entre el acoso y las ocupaciones donde las mujeres has sido tradicionalmente poco representadas y donde el contexto de trabajo es considerado tradicionalmente "masculino". Además, se ha demostrado que altos niveles de acoso sexual están asociados a una proporción muy alta de hombres en relación al número de mujeres ; a esto se le denomina 'alta razón sexual' (high sex ratio) (Hesson-McInnis & Fitzgerald, 1997; Ellis, Barak & Pinto, 1991). Esta relación puede ser explicada por las típicas actitudes y comportamientos hacia las mujeres como un grupo minoritario(Kanter, 1977, citado en Ellis, Barak & Pinto, 1991, p.1322). Otra explicación la entrega el modelo del rol sexual sobrepasado, el cual será comentado con más detalle más adelante.

3.- Respuesta de la víctima

Según un estudio realizado por Menon y Kanekar(1992), las víctimas que no toman ninguna acción contra el acoso tienen más probabilidad de ser censuradas y culpadas que aquellas que realizan acciones de protesta, tales como quejarse, regañar y golpear en una situación de acoso. La implicación práctica de esto es que las víctimas deben tomar alguna acción contra el acosador, siendo más importante que la intensidad de reacción la consistencia de ésta, ya que ignorar el acoso pueda dar una semejanza de legitimación de éste, de manera tal que no es considerado tan seriamente y, por lo tanto, se aprobaría implícitamente su repetición. Es aquí donde aparece como relevante el papel de los procesos de percepción de la conducta como acoso sexual, ya que nos permite entender que la baja utilización de los procedimientos de agravio por la mujer se debe en parte al fracaso de percibir la conducta indeseada relacionada al sexo como ofensiva y acosadora en el lugar de trabajo o en la universidad.

4.- Modelo LSH o de propensión al acoso sexual

Según investigaciones de Pryor (1987, citado en Perry, Kulik & Schmidtke, 1998, p.702) hay individuos que tienen mayor predisposición que otros a acosar. Pryor desarrolló un instrumento, llamado "Likelihood to Sexually Harass" (LSH), cuyo objetivo es medir la propensión de los hombres a cometer las formas más severas de acoso sexual . Este instrumento consistía en 10 escenarios hipotéticos en los cuales los hombres podían controlar el otorgamiento de un importante refuerzo o castigo a una mujer a cambio de un servicio de naturaleza sexual, sin que exista una posible consecuencia negativa. Según Pryor, el instrumento mediría la disposición a usar el poder social para lograr propósitos de explotación sexual. Los puntajes de LSH correlacionan con medidas de actitud y creencias relacionadas, tales como medidas de estereotipización de roles de género y creencia en los mitos de la violación (afirmaciones sobre la culpabilidad de la mujer víctima de una violación).

Según el estudio de Perry, Kulik y Schmidtke(1998), los individuos con alto LSH que no habían recibido entrenamiento a través de videos alusivos al acoso sexual, sabían menos de acoso sexual que aquellos con bajo LSH; después del entrenamiento, las diferencias desaparecieron. Podría ser que uno de los factores que lleva a los individuos con alto LSH a acosar es su falta de conocimiento sobre el tema del acoso sexual.

5.- Modelos explicativos

5.1- Modelo del rol sexual sobrepasado ("spillover model")

Según Sheffey y Scott (1992), el modelo llamado "de rol sexual sobrepasado" (spillover model) incorpora aspectos de la teoría del rol, la de categorización y estereotipos, para explicar la manifestación del acoso sexual. El modelo señala que las mujeres en el lugar de trabajo se enfrentan a expectativas de dos roles: los roles de género y los roles laborales. El sobrepaso del rol sexual ocurre cuando los roles de género sobrepasan y reemplazan las expectativas asociadas a los roles laborales en el lugar de trabajo. Esto puede ocurrir por que la identidad de género es muy importante para las mujeres, mucho más que la identidad laboral. Es por esto que los trabajadores las perciben primero como mujeres y luego como colegas en el lugar de trabajo. Segundo, los hombres pueden estar acostumbrados a interactuar con mujeres fuera del lugar de trabajo, donde los roles de género son los más importantes. En suma, muchas mujeres pueden sentirse más a gusto comportándose de acuerdo al estereotipo de rol femenino, incluso en el lugar de trabajo.

Uno de los factores contextuales que se da en el lugar trabajo es el tipo de trabajo que las mujeres ocupan en una organización dada, pudiéndose clasificar en tres tipos de trabajo: trabajos tradicionales (ej. secretaria, enfermera), trabajos no tradicionales (ej. oficial de policía, mecánicos), trabajos integrados (vendedores, personal de banco). Se argumenta que el sobrepasamiento del rol sexual es más probable que ocurra cuando la mujer trabaja en empleados tradicionales y no tradicionales, que cuando trabaja en empleos integrados. En los empleos tradicionales los roles laborales se encuentran más definidos y son más congruentes con los roles típicamente femeninos. En los trabajos no tradicionales los roles de género y los roles laborales son típicamente incongruentes y las mujeres pueden ser vistas como saliéndose de su rol; las mujeres en este tipo de trabajos tienden a percibir más situaciones como acoso sexual por sus deseos de integración. En los trabajos integrados es más probable que los roles de género y laborales sean vistos como independientes, por lo que es menos probable que ocurra el sobrepasamiento del rol; de todos modos, las mujeres dentro de este tipo de trabajo tienden a estar más alertas a las posibles situaciones de acoso sexual, por lo que tienden a reportarse más casos en este tipo de trabajos.

En resumen, las mujeres en minoría serán tratadas de acuerdo a su estatus de género, en tanto que si se encuentran en igualdad de número con los hombres, o en mayoría, serán tratados como meros compañeros de trabajo (Ellis, Barak & Pinto, 1991, p.1321)

5.2- Modelo integrativo del acoso sexual en las organizaciones.

Según Fitzgerald, Hulin y Drasgow (1995, citado en Hesson-McInnis & Fitzgerald, 1997), el acoso sexual es una función de las características del acoso en sí (tipo, frecuencia, duración y características del acosador) y de dos variables exógenas, cuales son el contexto de trabajo de la organización el relación al género (tradición de los roles de género, razón hombre/mujer en el grupo de trabajo, sexo del supervisor) y la tolerancia de la organización al acoso (presencia de remedios al acoso, eficacia de éstos, intensidad de la búsqueda y castigo de los culpables); se hipotetiza que estos dos factores afectan a tres grupos de variables de objetivos: consecuencias laborales, consecuencias psicológicas y consecuencias de salud. Los efectos del acoso en estas consecuencias se supone será moderado por la vulnerabilidad personal de la víctima (dependiente de la edad, nivel educacional y estado civil) y su estilo de respuesta, en lo referido a la ejecución de acciones concretas como a la percepción de eficacia de las acciones asertivas.

Según el estudio de Hesson-McInnis & Fitzgerald (1997) sobre la adecuación del modelo integrativo a la realidad, se confirman algunas hipótesis:

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