TÓTEM Y TABÚ

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Trabajo realizado por Mario Alberto de Ochoa

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Indice

Introducción.

Significado de Tabú y Tótem.

Tabú

Tótem

Religión

Mito

Magia

Maná

Animismo y Tótem

Conclusiones

Referencias Bibliográficas

 

Introducción.

Magia y religión, ambas son un conjunto de creencias y rituales íntimamente relacionados con las fuerzas y seres sobrenaturales.

 Hasta la actualidad, los antropólogos de diferentes épocas y tendencias se han mostrado disconformes a la hora de aclarar las diferencias existentes entre los conceptos de magia y religión, por lo que algunos han optado por evitar tales términos a pesar de que eso es muy difícil (ya que constantemente se utilizan términos como magia, religión, mito, brujería, sagrado, profano, etc., dentro del estudio de determinados aspectos antropológicos).

Por eso, antes de adentrarnos en su estudio hay que hacer referencia a un concepto muy importante aquí, el de sobrenatural. Según Kottak, lo sobrenatural es el reino de lo extraordinario fuera del mundo observable. Es algo no empírico, inverificable, misterioso e inexplicable en términos ordinarios.  Existen seres y fuerzas sobrenaturales y tanto en lo que entendemos por magia como por religión, juegan un papel primordial.

 Los seres sobrenaturales son los dioses, espíritus (malignos o benignos, ángeles o demonios), fantasmas y espíritus ancestrales, que permanecen fuera del mundo material, y las fuerzas sobrenaturales son las que estos seres manejan u otros poderes sagrados impersonales que simplemente existen en el universo. Es muy difícil saber por qué y cómo surgen estos seres y fuerzas sobrenaturales, pero las distintas sociedades los necesitan y simplemente varían pequeños aspectos de sus creencias y prácticas religiosas.

 La gente tiene la necesidad de explicarlo todo, lo que sabe, lo que no y lo que no puede saber, por eso cuando los seres humanos nos encontramos ante un suceso o algo que no podemos entender en base a nuestras propias experiencias cotidianas, buscamos la forma de explicarlo a través de la religión.

 En relación a los orígenes de la religión, entendida ésta en un sentido amplio como creencia y ritual relacionados con seres, poderes y fuerzas sobrenaturales,  hay que hacer referencia a los conceptos de animismo y animatismo.

 La teoría del animismo entiende que existe un doble ente en nuestro cuerpo, el activo y el alma. Mientras que otros autores, establecen la teoría del animatismo, por la que se entiende que determinadas personas, objetos o lugares (tabú) pueden llegar a controlar fuerzas sagradas impersonales a las que se denomina maná (lo que nosotros entendemos por suerte).

 Sir Edward Burnett Tylor, uno de los fundadores de la antropología de la religión, entendía que la religión había evolucionado desde el animismo a otras formas posteriores como el monoteísmo (un dios y otros seres menores) y el politeísmo (muchos dioses importantes).

 Tylor entendía que la religión surgió para explicar lo que la gente no entendía. Eso es cierto, tanto la religión como la magia explican muchas cosas, ayudan a las personas a alcanzar sus objetivos y lo que es igual o más importante, juegan un papel fundamental en el ámbito emocional. La religión y la magia dominan determinados sentimientos (ansiedad, incertidumbre, peligro, etc.) bien aliviando ante situaciones de crisis, bien estableciendo control.

 Las prácticas  religiosas varían según la forma que  tenga la sociedad de dirigirse a lo sobrenatural (tomando drogas, orando, bailando, entrando en trance, tomando alimentos sagrados, etc., Allí, Freud las define como construcciones intelectuales edificadas sobre la base de una hipótesis superior, la existencia de dioses, o espíritus sobrenaturales, y que cumplen la función de saciar el apetito de saber humano, darle una ilusión de protección frente a las vicisitudes de la existencia, aportarle un código moral de relación frente a los semejantes, y le promete además, un desenlace feliz más allá de la muerte. Es una definición rigurosa, a la que sólo puede ajustarse la religión, pues, la ciencia, la filosofía y el psicoanálisis, se quedan cortos en el cumplimiento de estas funciones. En ese sentido, la historia de las mentalidades sería la historia de las religiones, y, en efecto, la religión es uno de sus objetos.

El psicoanálisis, desde esa óptica, puede aportar a la historia de las mentalidades una explicación de la psicología de la creencia, pero también, de la incredulidad; así mismo que, de los resortes psíquicos de los rituales religiosos, de la concepción de lo sagrado, de la función de lo demoníaco, de los orígenes del monoteísmo, de la estructura de las iglesias, entre otras.

 

Significado de Tabú y Tótem.

En la sociedad primitiva las reglas de pureza ceremonial observadas por los reyes divinos, jefes y sacerdotes concuerdan en muchos respectos con las reglas observadas para los homicidas, enlutados, parturientas, púberas, cazadores, pescadores y otros.

La palabra polinesia tabú encierra una compleja significación: es lo más sagrado e intocable por un lado y lo prohibido e impuro por el otro. Simboliza el carácter maligno de lo sagrado, considerando desde una perspectiva mágico -religiosa, y se fundamenta en el temor reverencial a una fuerza sobrenatural que impone terribles castigos al infractor.

La palabra tótem proviene de la lengua Ojibwa, utilizada por uno de los pueblos algonquinos de América del norte, en cuya cultura fue observado el fenómeno totémico por primera vez. En dicha lengua, ototeman indica la elación de parentesco entre hermano y hermana.

 

TABÚ

El Tabú es una de las formas de organización ritual más antiguas de las tribus oceánicas, el tabú, ha trascendido su primitivo significado religioso para pasar a formar parte de las convenciones y usos sociales modernos.

La palabra polinesia tabú encierra una compleja significación: es lo más sagrado e intocable por un lado y lo prohibido e impuro por el otro. Simboliza el carácter maligno de lo sagrado, considerando desde una perspectiva mágico -religiosa, y se fundamenta en el temor reverencial a una fuerza sobrenatural que impone terribles castigos al infractor. El tabú puede referirse no solo a aquellas personas o grupos que por su fuerza mágica o mana son sagrados - el jefe, el hechicero de la tribu -, sino también a los objetos, ceremonias y lugares de culto que, por guardar una estrecha relación con aquellos constituyen así mismo un tabú. De igual forma, lo desconocido o impuro es objeto de tabu, por el peligro que por su contacto puede encerrar. Así, por ejemplo, algunas tribus de Borneo prohíben a una mujer embarazada tocar el cuerpo de una gallina descabezada, y entre los indios Tupí de Brasil ciertas ceremonias realizadas por el hechicero de la tribu, no pueden ser observadas por mujeres. El contacto de estos pueblos primitivos con sociedades más civilizadas fue diluyendo el sentido religioso de muchos tabúes que, sin embargo, adquirieron una significación supersticiosa, fundada en un temor ilógico ante el objeto designado por los mismos. Así, en el léxico de todas las sociedades, ya sean primitivas o desarrolladas, existen abundantes tabúes lingüísticos con los que se pretende enmascarar o atenuar el significado de las palabras que inspiran temor, respeto o rechazo. Tal es el caso de las numerosas denominaciones eufemísticas que reciben términos sexuales, ciertas enfermedades graves como el cáncer, el diablo, Dios y la muerte, o determinados animales a los que se considera malignos o se les atribuye poderes mágicos.

El mismo fenómeno del tabú y sus connotaciones religiosas y sociales contribuyeron uno de los principales temas de estudio no solo de la etnología y la antropología, sino de la sociología y la Psicología. Para la antropología, el tabú se relaciona con objetos y acciones que poseen un significado esencial dentro de una jerarquía social determinada. De ahí la importancia que tienen los jefes y los objetos religiosos o a las prohibiciones impuestas sobre animales totémicos que en sí no poseen mayor relevancia que la de ser parte integrantes de la estructura simbólica de la sociedad. Desde el punto de vista psicológico fueron de gran importancia los estudios realizados por el Profr. Sigmund Freud, quien en Tótem y Tabú en 1913 estudió y concluyó sobre las tensiones y conflictos de tipo neurótico que el tabú, producto de actitudes sociales ambiguas, podía provocar en el individuo y utilizó el término en relación con las prohibiciones sexuales, en especial con el incesto.

 

TÓTEM

La palabra tótem proviene de la lengua Ojibwa, utilizada por uno de los pueblos algonquinos de América del norte, en cuya cultura fue observado el fenómeno totémico por primera vez. En dicha lengua, ototeman indica la elación de parentesco entre hermano y hermana.

Se le ha dado la denominación de totemismo a un conjunto de creencias y prácticas que se basan en la afinidad o en una supuesta relación mística entre un individuo, o un grupo humano, por una parte, y determinados animales, plantas, objetos o fenómenos naturales, por otra. Estos últimos constituyen el tótem.

El tótem va generalmente acompañado de creencias o leyendas acerca del origen genealógico del grupo humano supuestamente relacionado con él, y tiene implicaciones en la moral instituida y en determinados tabúes, que ordenan su evitación o su ritualizan estrictamente su contacto. El antropólogo James Frasear fue el primero en analizar en su conjunto el fenómeno totémico en su libro totemism 1885. Numerosos sociólogos, antropólogos y psicólogos estudiaron el fenómeno de totemismo en las primeras décadas del siglo XX, movidos por la esperanza de haber encontrado un camino prometedor en la investigación de las raíces sociales y psicológicas del ser humano. Muy particularmente, se escogieron como campo de estudio las sociedades primitivas de los aborígenes australianos.

Tótem, tabú y exogamia son tres fenómenos que aparecen inextricablemente, entrelazados en muchas sociedades, por lo que los estudiosos los agruparon dentro del concepto más general del totemismo, llegando a crear complejos sistemas que englobaban símbolos, prohibiciones, relaciones magicorreligiosas, modalidades matrimoniales y otras muchas manifestaciones culturales.

Con el transcurso del tiempo, un número creciente de investigadores se situó frente al totemismo en posición crítica, observando que los pretendidos fenómenos totémicos no se daban en estado puro, en su totalidad, en ninguna sociedad, ni formaban un todo homogéneo. El fenómeno de totemismo se aplicaba a un gran número de instituciones diversas que parecían tener algo en común. Pero por eso pecaba de cierta indefinición, que provocaba a su respecto el desacuerdo de los estudiosos, hasta el punto de dejar de constituir un instrumento útil para la comprensión de las peculiaridades culturales de algunas sociedades. El antropólogo francés Claude Leví- Strauss en le Totemisme aujourd’hui (el totemismo en la actualidad), en 1963, llegó a la conclusión de que el totemismo no es más que una expresión simbólica que permite al individuo un mejor entendimiento y expresión de la realidad social que lo rodea y dela diferenciación de clanes y de roles. Según este autor, su importancia había sido exagerada por los estudiosos del primer tercio del siglo XX.

 

RELIGIÓN.

 La religión ha sido definida por el profesor Aguirre Baztán  como el sistema de ideas y creencias que organizan las relaciones de los miembros de una comunidad desde su expresión cultural de lo sobrenatural.

 El fenómeno religioso se define por su noción de lo sagrado y su importancia varía mucho de una sociedad a otra. Tanto su definición como su estudio es diferente según autores, puntos de vista y épocas históricas.

 Para Mauss , el fenómeno religioso se divide en religión strictu sensu, religión lato sensu y en superstición.La religión strictu sensu presenta la noción de lo sagrado propiamente dicha, y tiene también un carácter o noción de obligatoriedad semejante al de los fenómenos jurídicos. La religión lato sensu se refiere a la magia y adivinación, aquí no existe noción de obligación a pesar de que también se rijan por determinados códigos. Las supersticiones, por otra parte, se refieren al folklore y creencias populares. Éstas suelen ser marginales y carecen de aceptación social o de legitimación. Son erróneas y afectan tanto a la fe como a la ciencia, suponen experiencias lógicas sacadas de contexto que hacen que su posterior aplicación sea un disparate. Sin embargo, no dejan de ser útiles al liberar la angustia y la ansiedad que produce la ignorancia o el tener que tomar una decisión.

 La religión en strictu sensu a la que se refiere Mauss se centra en el carácter obligatorio de los hechos religiosos, cuya principal manifestación se encuentra en la observación de los ritos. Los ritos son actos simbólicos, pautados y repetitivos que se llevan a cabo de acuerdo a determinadas circunstancias de orden también simbólico.  En un sentido más estricto, rito es una actividad excepcional relacionada con la magia o la religión . Los ritos corresponden a una representación religiosa a través de la cual se expresa el acto religioso. Pueden ser positivos o negativos (tabúes), manuales u orales.

 Un conjunto de ritos da lugar a un culto. Los cultos pueden ser públicos o privados. El totemismo que usa la naturaleza como modelo para la sociedad, es la forma más elemental de los cultos públicos. En otras sociedades se llevan a cabo formas más avanzadas de estos altos tribunales con rituales de iniciación importantes, cultos estamentales, cultos de lugares, de animales domésticos, agrarios, naturistas, astronómicos, de hombres y de ley, del rey y de los jefes, de la paz y de la guerra, etc. En cuanto a los cultos privados, estos pueden ser domésticos (con rituales sobre el nacimiento, la educación, el matrimonio, la vida de familia o funerarios) e individuales (dentro de la colectividad ya que cada persona puede construirse su propia religión personal).

 Existen otros dos aspectos a los que hay que referirse en relación al ámbito religioso, son los de representaciones religiosas y organización religiosa. Las representaciones religiosas suponen una actitud o un hábito de un individuo ante un rito o también ante un mito, corresponden a lo que son nuestras creencias religiosas, mágicas o populares y a las ciencias. Están cargadas siempre de un alto grado de simbolismo y pueden ser de seres o fenómenos naturales, o de seres espirituales. La organización religiosa se refiere a la organización de los fenómenos religiosos en relación a fiestas, ámbito jurídico, relaciones entre generaciones, entre sacerdotes, etc., (iglesia).

En el mundo han existido y existen numerosas religiones y éstas pueden clasificarse desde el punto de visto antropológico en :

proféticas (tienen un profeta carismático) y sacerdotales (aparato social-institucional)

tribales (las de una determinada tribu con sus determinados dioses) y universales (aspiran a  informar a todas las culturas).

Y desde el punto de vista sociológico en :

arcaicas (de formas presocializadas) y modernas (de culturas con gran organización social).

individuales (dentro de una cultura determinada y con un líder espiritual) y socializadas (institucionalizadas ya).

 Las funciones de la religión son las de contribuir a la estabilidad e interacción de los grupos sociales en general (función societaria), pero en particular proporcionan una visión del mundo (cosmogonía, soteriología y escatología), ajustan el sistema social (familia, estado, etc.), tienen economía y dominación y tienen también una función psicológica en el sentido de que liberan la culpa y portan el "sentido de la vida".

 

MITO

Mito es una historia o narración sagrada que explica cómo el mundo y la humanidad llegaron a ser como los conocemos en su forma actual . Tiene un contenido (creación de la naturaleza y la cultura), una forma (narración), una función (son ejemplos morales y religiosos) y un contexto (frecuentemente ritual, aunque pueden ser recontextualizados en muchas situaciones).

Los mitos han sido objeto de variadas y contrapuestas opiniones desde el punto de vista antropológico. Pasan de ser meras historias fabulosas falsas que ayudan al hombre más primitivo a comprender y controlar la realidad que le rodea, a convertirse en elementos funcionales e indispensables para determinadas sociedades y determinados contextos sociales, ya que como dice Malinowski, ayudan a exaltar y codificar las creencias, custodiar y legitimar la moralidad, garantizar la eficiencia de los rituales y aleccionar de forma práctica al hombre . Cumplen funciones cohesionadoras e integradoras de la sociedad que las originó.Bohannan entendía que los mitos son verdad en el sentido de que proporcionan una serie de premisas para interpretar el mundo y juzgar la validez de la cultura .

 

MAGIA.

Existe la creencia de que se puede obligar a lo sobrenatural a que ayude a las personas por medio de la ejecución de ciertos actos (...) Cuando las personas creen que sus acciones pueden obligar a lo sobrenatural a que realice algo de una forma concreta e intencionada,  en este caso estamos según la mayoría de la doctrina antropológica ante la magia .

 La magia es un conjunto de técnicas sobrenaturales (conjuros, fórmulas, encantamientos, ritos) utilizados con fuerzas impersonales sobrenaturales, cuya finalidad es lograr unos propósitos específicos (buenos o malos).

 En la actualidad  tenemos cierta tendencia a asociar la creencia en la magia con sociedades más simples que la nuestra, sin embargo, existen numerosas personas que se sienten  atraídas por la magia y creen en ella. En este punto nos encontramos ante personas que se dedican a prácticas religiosas o mágicas, como los chamanes, hechiceros o brujos, médiums y sacerdotes. Según la complejidad de la sociedad, más tipos de practicantes tendrá.

 Al hablar de la magia también hay que hacer referencia a determinados conceptos relacionados con la misma y a su lógica de pensamiento.

 La magia sigue según algunos autores una lógica de asociación y opera a través de analogías. James Frazer , estableció a tal efecto la "Ley de la simpatía" y la entendió desde dos puntos de vista. Así, se puede hablar de magia homeopática o imitativa (por la que el efecto mágico se produce mediante su inducción, similaridad) y de magia contagiosa o contaminante (donde lo importante es el objeto sobre el que se realiza la práctica mágica, ya que requiere haber estado en contacto con la persona a la que le va a afectar el efecto mágico). Antropólogos como Frazer o Evans-Pritchard oponen categóricamente religión y magia. Para ellos son cultos religiosos todos los que se integran a la vida social y aseguran la cohesión del grupo, mientras que los ritos mágicos presentan un carácter marginal. Considero que dejan para la magia un terreno muy reducido: sólo el de los actos más reprobados (asesinato, incesto, trasgresión de tabúes), y con el uso de las materias más repugnantes (excrementos, diversos detritus) y de los objetos y de las situaciones más raras, confiriéndose a lo excepcional, a lo anormal, la mayor eficacia mágica. Todos los antropólogos están de acuerdo en definir la magia como una técnica que permite hacer intervenir en beneficio del grupo las fuerzas sobrenaturales habitualmente temidas. Entiendo que rito mágico es toda actividad encaminada a "cambiar a Dios", conseguir que nos sea propicio, que cambie el destino que Él tiene previsto y que, de alguna manera, pertenece a su propia esencia. Magia es el conjunto de plegarias, de velas, de exvotos, de promesas, de hábitos (vestimentas). A Dios, por ello, se le concibe bastante limitado y necesitado, porque necesita los honores que el hombre le pueda tributar como precio de su cambio. Por otra parte, la actitud del hombre se define más por un temor servil que por el sentimiento de devoción filial. Consideramos que pasa desapercibida la magia entre lo que socialmente entendemos por cristianismo, siendo un elemento integrante de la religiosidad que, por ser común a toda la humanidad, podemos entender como espontánea e, incluso, como natural.

 Cuando hablamos de magia (en sentido estricto) tenemos que hacer referencia a otros conceptos determinados como los de brujería y hechicería. Ambas son filosofías naturales con una teoría de la causación diferente a la habitual, son medios de invocación de espíritus con ánimo de dañar a las personas, por motivos de envidia o celos fundamentalmente. La hechicería utiliza materiales, objetos y medicinas para ello, mientras que la brujería se centra en el pensamiento y las emociones. Esto es al menos lo que entienden Carol y Melvin Ember, pero sin embargo, la definición de bruja varía según el contexto y estructura social en el que se ubica.  Así pues, cabe decir que existen brujas de sectas (las que practican latría diabólica, necrofagia, van a akelarres, etc.,) y las brujas que atienden a una clientela (realizan curaciones y remedios para el mal de ojo y los problemas amorosos).

 A este respecto también hay que realizar alguna matización. Así, por ejemplo, hay que precisar que antiguamente cualquier persona que no se ajustara a las expectativas sociales, es decir, que su rol social fuera diferente, como el caso de extranjeros en una ciudad, personas que ejercían profesiones distintas a las habituales de agricultor o ganadero, mujeres (generalmente viudas), era tachado de brujo o bruja.

 Así se entiende que los poderes sobrenaturales están agrupados en dos grandes bloques. Por un lado están los poderes religiosos (del sector dominante socialmente) y por otro la magia brujeril.

 Otro aspecto de la magia que al que hay que hacer también referencia es la diferencia existente entre magia y ciencia. El mundo está regido por leyes mágicas en vez de naturales. La magia es algo inmanente, forma parte de la "Ley natural" y se diferencia de la ciencia por la validez de sus premisas y el logro de sus resultados.

 Existe una gran analogía entre magia y ciencia en cuanto a sus concepciones del universo, pero el problema de la magia es que conceptúa erróneamente la naturaleza y sus leyes. Así pues, cuando se realice un asociación correcta estaremos ante ciencia y cuando la asociación sea errónea estaremos ante magia. Para Frazer todas las sociedades pasan por tres estadios: magia, religión y ciencia. Ello indica que hay puntos de separación, pero en una línea común, y que podemos equivocarnos en el establecimiento de dichos puntos si las diferencias no son tan claras como la que hemos establecido: Cambio del hombre versus cambio de Dios. Freud hace paralelas estas fases con las de la libido: narcisismo, descubrimiento del prójimo, adaptación al mundo real. Sabemos que los autistas, que evidentemente se han quedado en la primera fase, tienen necesidad de golpearse. Así pues, ¿los sacrificios cruentos y egocéntricos (diferentes a los que hagamos para servir a los demás) no se quedan en el narcisismo?

 

MANA

La palabra mana (equivalente al wakan de los siux) se ha tomado de las lenguas malayomelanesias y es originalmente una interjección que expresa el sentimiento que experimenta el hombre frente aquello que le es exterior y que le seduce, que le asombra, que le aterra, que admira. La noción de mana tiene un significado fundamentalmente religioso y mágico, pero no es propia del cristianismo, sin embargo nos recuerdan los sentimientos emotivos que se perciben en romerías y procesiones, en las que aquéllos se retroalimentan mutuamente entre los asistentes, fácilmente dominados por la masa. La idea de mana nada tiene que ver con la de providencia y sirve lo mismo para los elementos bienhechores que para los dañinos al hombre. Tampoco ciertas formas de oración en nuestro medio cristiano tiene mucho que ver con la providencia, ya que no se muestra confianza en ella cuando lo primero que se pide no es fuerza para aceptar la voluntad divina, sino directamente lo que creemos necesitar.

El mana se conviene en una categoría de pensamiento y de percepción del universo. El indígena tiene el sentimiento permanente que el mana hace irrupción en su vida no solamente en ocasión de esos momentos solemnes que son el nacimiento, la iniciación y la muerte, sino también en sus relaciones cotidianas con sus padres, sus semejantes, los animales y la naturaleza en su totalidad. Cualquier campo está abierto al mana, que puede revestir formas extremadamente variadas según las circunstancias, los objetos y los seres para los que se actualiza.

El descubrimiento, a principios del siglo XX de la noción de mana en Oceanía suscitó un gran interés y numerosas discusiones entre los etnólogos. Particularmente facilitó el ímpetu del animismo. Puede colocarse en esta escuela de pensamiento a Emile Durkheim y Marce Maus, que consideran el mana como la forma primitiva e indiferenciada del alma moderna.

 

ANIMISMO Y TÓTEM

Según Edward Tylor, que es el primero en señalar su importancia, el animismo es el estadio original de la evolución religiosa. Según la concepción animista, el mundo estaría poblado de seres que lo mismo habitarían los objetos que las plantas, los animales o los hombres.

El sucesor de Tylor en la cátedra de Oxford, Robert Ranulph Marett (1866-1943) ha criticado los análisis de su maestro a propósito del animismo. Los primitivos, asegura, no creen ni más ni menos que nosotros en los espíritus: tienen solamente tendencia a tratar los objetos como si tuvieran vida.

Se observan supervivencias del animismo hasta en las religiones monoteístas más recientes. El Islam casi se eclipsa detrás del culto popular de los morabitos, cuyo "espíritu" es venerado y temido. En la Edad Media, el culto de los santos toma proporciones tan importantes que provoca severas puntualizaciones por parte de la Iglesia católica. Analicemos esta copla de 1919 del canónigo Juan F. Muñoz y Pabón: "La Virgen del Rocío no es obra humana; que bajó de los cielos una mañana. Eso sería para ser Reina y Madre de Andalucía". Creo que la concepción animista de la imagen de la Virgen está clara, aunque muchos se nieguen a verla.

No hace falta que analicemos el concepto de Tótem para percatarnos de que también muchas devociones no son más que símbolos de grupos sociales que necesitan identificarse mediante los mismos. Los miembros de una etnia comparten una tradición cultural común: una lengua, un territorio y una religión, pero la conciencia colectiva que asegura la cohesión constituye el vínculo esencial. Gran parte de las actividades propias de la religiosidad popular son paganas: No son esencialmente diferentes de las que realizaran religiones idolátricas o politeístas. No son peculiares del cristianismo. La religiosidad popular es un sincretismo entre cristianismo y paganismo, pudiendo en ocasiones tener mucho más peso específico lo pagano que lo cristiano, perviviendo un fondo pagano con formas y denominaciones cristianas.

El paganismo es la religiosidad espontánea, natural, no elaborada, que se fundamenta más en la tradición que en la convicción personal, más en el grupo social que en la persona. Es una actitud profundamente religiosa ante la vida y ante la naturaleza. El dios pagano es un dios natural, que ama la vida, la belleza y el amor. Los paganos se unen a su dios mediante el disfrute de la naturaleza.

Los elementos esenciales del paganismo son: naturismo, vitalismo, sensualismo. Pueden ser todos ellos reducidos al primero, ya que tanto lo vital como lo sensual es natural.

Comencemos por los elementos sensuales de la religiosidad:

Visuales: La belleza y el colorido de las imágenes, de los pasos, de los estandartes y de otros elementos del culto, de las hileras de antorchas y de velas, de las vestimentas, de las medallas, de las flores, etc.

Auditivos: Las canciones, la música, los cohetes, los repiques de campanas, etc.

Olfativos: El incienso, el olor de las flores y de plantas aromáticas, de la pólvora, etc.

Vivencia pagana pueden tener las prácticas cristianas en las que se resalten su belleza, su teatralidad.

El naturismo y el vitalismo no podemos considerarlos por separado, ya que la vida es el elemento fundamental de la naturaleza. Son elementos esenciales del paganismo las vivencias relativas al tiempo y al medio natural: El amanecer, el atardecer, la noche, el camino, el campo, el río, el polvo, la intemperie, el fuego, la luna, las estrellas, el rocío.

La religiosidad pagana enaltece sobre todo a la vida natural. El ciclo anual es el marco temporal en que se mueve porque en él se manifiesta la fertilidad de la tierra. Aún es más valorada, como es lógico, la fertilidad humana y los elementos que se relacionan con ella, como la luna, cuyo ciclo coincide con el de la mujer. Una figura destacada en el paganismo mediterráneo es la Diosa Madre, la diosa de la belleza y del amor, la diosa de la fecundidad. Lo esencial de esta figura puede pervivir bajo la forma de la Virgen María.

Se puede pensar que me estoy refiriendo preferentemente a una forma concreta de religiosidad popular. Y no es así. Quizá el Rocío sea la expresión de religiosidad popular en que se manifiesta de manera más clara el sincretismo con el paganismo, pero no es la única. Toda religiosidad popular está preñada de paganismo.

Elemento que no cambia la naturaleza pagana de los cultos es el nombre que empleamos para quien los recibe. No por mencionar a Jesús o a María, en lugar de a Hércules o a Astarté, la religión se hace cristiana, si falta lo que es esencial al cristianismo.

 

Conclusiones.

La historia progresa cuando se enriquece con los aportes que otras disciplinas le aportan, estableciendo en esa colaboración un debate. Una de esas disciplinas sobre las que puede de manera particular detener su mirada es el psicoanálisis, en particular cuando éste se aplica a reflexionar la cultura y el vínculo social entre los hombres.

Freud, ocupado de pensar la frontera entre psicología individual y psicología social, postula que desde el psicoanálisis es inconcebible el sujeto aislado y reconoce la importancia del otro, del semejante para la constitución del ser humano. Un otro como auxiliar, como modelo, como objeto o como enemigo. Esto es, que en el análisis histórico de un sujeto es imposible pensarlo sin su medio social, sin los grupos en que participa: familia, escuela, ejército, correligionarios, pandilla, partido político, grupo literario o científico, etc. El psicoanálisis demuestra que la psicología individual es en el fondo psicología social y viceversa.

Lacan lo expresa de otro modo, dice que el inconsciente es el discurso del Otro, lo que quiere decir que un sujeto estructura su inconsciente a partir de los significantes que recibe de los otros que lo rodean. Por tanto, una historia de mentalidades es el análisis de la formas discursivas del Otro en una época determinada y las maneras como esto configura los sujetos que estudia.

La reflexión sobre un hombre en el seno de un grupo sería el aporte del psicoanálisis a la historia de las mentalidades. Pero no solo eso, también desde el punto de vista metodológico podría aportarle un aparataje conceptual y herramientas de interpretación de los testimonios, en lo que ellos revelan de inconsciente. La manera como un sujeto se comunica con otros, pero también la manera como se construyen las "novelas" o "mitos" familiares de manera individual en los sujetos, a partir de la constelación social donde se hallan insertos y cómo se transmiten de generación en generación los significantes privilegiados de un grupo social, configurando de manera particular el pensar, actuar y sentir de sus integrantes.

El psicoanálisis con ese aporte, puede igualmente señalar, los prejuicios y paradigmas del historiador al estudiar su objeto. En ese sentido muestra cómo la manera de preguntar, puede orientar inconscientemente las respuestas del testigo, o documento, sea por la situación que encuadra la entrevista o por la idea preconcebida que el investigador quiere demostrar, igual que en la situación analítica el analista puede señalar que el deseo del analista, el "deseo del investigador", ha de estar claro en él para no crear una contra-transferencia, que pueda obstaculizar su investigación, haciendo intervenir una sugestión en el testigo o privilegiando los datos que confirman su hipótesis a costa de disimular, o no ver los que la niegan, en la interpretación de un documento. En este sentido, puede servir para interrogar tanto al historiador de mentalidades como a su objeto, sobre los contenidos latentes que subyacen en la mirada del investigador y en el material que examina.

No obstante, ese aporte metodológico exige mucha prudencia, ya que no es lo mismo escuchar en la sesión analítica a un sujeto que emite significantes y cuya interpretación tendrá consecuencias en su vida, de manera más o menos mediata; e interpretar un material del pasado cuyos sujetos enunciantes ya no están, tiempo ha, entre nosotros. La prueba de lo exacto o verdadero de la interpretación no es verificable en este caso con la transferencia; sino en la coherencia de la construcción histórica en relación a los datos. No se trata de hacer un psicoanálisis a ultranza de personajes muertos, sino de afinar la interpretación de los datos históricos.

La interpretación de la lógica del rito, del mito, de la creencia, de la ceremonia, puede ser ampliada en esta colaboración entre psicoanálisis e historia de las mentalidades, aportando posiblemente nuevas vertientes o filones de trabajo. A condición, claro está, de ir más allá de la llamada "consciencia colectiva", no hasta el "inconsciente colectivo" que en rigor no existe, pero sí hasta la elucidación de la determinación de actos inconscientes en los sujetos que estudia, a partir de la psicopatología de la vida cotidiana de la que los sujetos dejaron algún sutil rastro.

El análisis de la decisiva influencia en la formación de un sujeto de un grupo social con el que inter-actúa, se complementa con el análisis de las respuestas singulares del sujeto frente al grupo social. Esto dialectiza el determinismo social, discursivo, de la mentalidad de una época, con la elección del sujeto a acomodarse en ella o a combatirla, innovarla, ponerla en cuestión, inventarla de nuevo y modificar su medio cultural.

 

Bibliografía

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DURKHEIM, E., Las formas elementales de la vida religiosa, Akal, Madrid, 1982.

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ENCICLOPAEDIA HISPANICA, Encyclopaedia Británica publishers,Inc.E.U.A.1993

EVANS-PRITCHARD, E. Las teorías de la religión primitiva, Siglo XXI, Madrid, 1978.

Les Antropologues face á l'histoire et á la religion, PUF, París, 1974.

FREUD, S., Tótem y tabú, Alianza, Madrid, 1982.

FRAZER, J. C. La rama dorada, F.C.E., México, 1951.

LEVI-STRAUSS, C., Mythologiques, Plon, París, 1966-71, 4 vols.

El totemismo en la actualidad, F.C.E., México, 1971.

LÉVY-BRUHL, L., El alma primitiva, Península, Barcelona, 1974.

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