CONTAMINACIÓN

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Instituto Salesiano de Estudios Superiores

Compilación y armado Sergio Pelliza

Depto. Apoyatura Académica

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  1.  

Fuentes y efectos de los contaminantes atmosféricos

 

Ordinariamente la atmósfera puede albergar sustancias contaminantes, aunque en cantidades suficientemente inocuas como para que sean eliminadas sin afectar a su capacidad de regeneración; generalmente se presentan en forma gaseosa, líquida o sólida. Sin embargo, a partir de determinado nivel de concentración se pueden producir efectos nocivos, sobre los seres vivos y también sobre los materiales.

Aunque existen fuentes contaminantes naturales, ejemplo de las actividades volcánicas o los incendios forestales, que emiten gases y partículas que quedan en suspensión, éstas suelen ser por lo general depuradas por la propia atmósfera. Pero es la contaminación generada por el hombre la que excede la capacidad de la atmósfera para procesarla, dando lugar a una concentración amenazante para la vida.

Además de las crecientes demandas de alimentos, el hombre se autoimpone nuevas necesidades en la calidad de vida, manufacturando y sobreexplotando los recursos naturales, los cuales generan una desmedida actividad industrial en su transformación.

Los contaminantes con origen en las actividades humanas

La atmósfera sufre, además, las concentraciones de población en áreas urbanas, que producen contaminantes también dañinos para las aguas y el suelo.

Los contaminantes que el hombre libera hacia la atmósfera en mayor medida, provienen de la combustión de carburantes fósiles, y podríamos clasificarlos en tres grupos principales:

1) Actividades industriales, como las dedicadas a la obtención de energía: liberan óxidos de nitrógeno, azufre, y en menor medida plomo metálico.

2) Actividades domésticas, como la combustión por sistemas de calefacción: liberan mayormente óxidos de azufre, y de nitrógeno en menor medida

3) Transportes, como los de combustión interna: liberan óxidos de nitrógeno y plomo, y óxidos de azufre en menor cantidad.

Cómo afecta la contaminación a la atmósfera y los organismos vivos

Como ya se dijo, entre los gases producidos por los motores de combustión interna se encuentra el plomo (en muchos países ya erradicados de los combustibles), que en determinadas concentraciones resulta tóxico para el sistema nervioso, pero además también emiten dióxido y monóxido de carbono, los cuales, junto con el plomo, pueden causar disfunciones de los glóbulos rojos y eliminar su capacidad para transportar oxígeno a los tejidos.

Existen condiciones climáticas en las cuales la atmósfera no puede depurar los gases contaminantes emitidos, los cuales, ayudados por las radiaciones solares, producen reacciones que generan compuestos tóxicos dañinos para los seres vivos, paisajes y materiales. Además, se produce una acumulación sobre las propias zonas en donde se emiten, o sus alrededores, dando lugar al fenómeno conocido como smog fotoquímico, resultado de la combinación de hidrocarburos y óxidos de nitrógeno, que al verse reforzado por la radiación ultravioleta envuelve a las ciudades en una neblina característica.

Por efecto de la reacción de estos gases se puede producir ozono; en principio podría parecer que sería beneficioso para la atmósfera recibir ozono, pero teniendo en cuenta la altura a la que se genera, ésta sería totalmente contraproducente debido a su capacidad oxidante, suponiendo incluso una amenaza para la vida.

 

ATMOSFÉRICA

La lluvia ácida

 

La lluvia ácida es un fenómeno que se produce por la combinación de los óxidos de nitrógeno y azufre provenientes de las actividades humanas, con el vapor de agua presente en la atmósfera, los cuales se precipitan posteriormente a tierra acidificando los suelos, pero que pueden ser arrastrados a grandes distancias de su lugar de origen antes de depositarse en forma de lluvia.

Los antecedentes de la Revolución Industrial

La lluvia ácida no es un fenómeno reciente, tiene sus antecedentes en la Revolución Industrial, y desde entonces ha ido en aumento. El término lluvia ácida tiene su origen en unos estudios atmosféricos realizados en Inglaterra en el siglo XIX, pero actualmente cabría denominarla deposición ácida, ya que puede presentarse en forma líquida (agua), sólida  (nieve), o incluso como niebla, ésta última tan efectiva en su capacidad de destrucción como lo es la deposición líquida.

Estos gases son producidos, principalmente, por la combustión de carburantes fósiles en las actividades industriales, tales como centrales térmicas dedicadas a la obtención de energía eléctrica.

Cómo se inyectan y se desplazan los gases en la atmósfera

Las industrias que generan los contaminantes atmosféricos suelen disponer de altas chimeneas, para evitar que las partículas en suspensión se depongan en las inmediaciones de las propias instalaciones. A su vez, los humos son inyectados en la alta atmósfera, permitiendo ser arrastrados a cientos de kilómetros de su punto de origen por las corrientes de convección, y una vez las partículas contaminantes han reaccionado con el vapor de agua, depositarse en el suelo en forma de lluvia ácida.

Este hecho en particular y la contaminación de la atmósfera en general, hace más evidente su aspecto global, pues trasciende las fronteras de los países y obliga a entendimientos difíciles, que en muchas ocasiones se ven entorpecidos por motivaciones políticas de carácter económico o desarrollo de las diferentes naciones.

Cuando la lluvia ácida se precipita a tierra es transportada hacia los lagos por las aguas superficiales, acidificando los suelos y fijando elementos como el calcio y magnesio, que los vegetales necesitan para desarrollarse.

Efectos sobre los organismos vivos y las construcciones

Muchas plantas y peces han desaparecido por efecto de la acidez a la que se ha sometido el entorno en que vivían, los cuales se encontraban adaptados a ciertos límites que se vieron superados. En el norte de Europa, por ejemplo, la lluvia ácida ha dañado extensas áreas de bosques y cosechas y diezmado la vida de los lagos de agua dulce; es sintomático ver un lago totalmente transparente
y limpio, esto puede ser sinónimo de que no contiene vida, probablemente la haya tenido con anterioridad al fenómeno de la lluvia ácida.

Además de a los seres vivos, la lluvia ácida afecta también a las construcciones y materiales. Es común observar monumentos, edificios o construcciones de piedra, alterados por los ácidos que contienen estos contaminantes, los cuales reaccionan con sus componentes graníticos o calcáreos, demoliéndolos o debilitándolos, convirtiendo este fenómeno en un verdadera amenaza para las edificaciones.

 

TERRESTRE

La contaminación de los suelos - 1ª parte

 

El suelo, desde un punto vista ecológico, es un sistema dinámico donde la materia orgánica es descompuesta por los microorganismos en sustancias diversas, las cuales son absorbidas posteriormente por los vegetales a través de sus raíces.

Los límites de las cadenas tróficas

Expuesto el anterior principio, el incorporar residuos al suelo podría parecer incluso una forma natural y beneficiosa para las plantas, contribuyéndose al desarrollo de las cadenas tróficas; no obstante, existen ciertos requisitos para que esa actividad no termine siendo contraproducente.

Salvo las materias expulsadas a la atmósfera, gran parte de los residuos producidos por las actividades humanas, como son los procedentes de los desechos urbanos, son vertidos a los ríos o abandonados en los suelos. Otros muchos de origen industrial, o generados en zonas rurales, son directamente enterrados. Las aguas de lluvia pueden arrastrar todas estas materias hacia capas profundas e incorporarlas a las corrientes subterráneas, las cuales terminarán en parte aflorando de nuevo a la superficie.

Para que todos estos residuos puedan ser procesados por las redes tróficas sin agotar sus posibilidades de depuración, deben ser limitados y estar compuestos únicamente por sustancias biodegradables, ausentes totalmente de toxicidad.

La biodegradabilidad de los materiales

La biodegradabilidad es la capacidad que tienen determinados materiales de estructura compleja, para ser degradados por los microorganismos, los cuales los convierten en otras sustancias más sencillas, capaces de ser absorbidas por las redes tróficas.

Las sustancias no biodegradables pertenecen a la categoría de los fenoles y compuestos orgánicos clorados. La industria química genera cada vez más productos de este tipo, que una vez pasan a convertirse en residuos, quedan incapacitados para ser descompuestos por los microorganismos. Muchos de esos productos no biodegradables (o refractarias) son utilizados en el ámbito doméstico, industrial, y en agricultura.

Los productos empleados en agricultura no son menos dañinos, pues pueden ser arrastrados por las aguas fluviales de superficie y subterráneas hacia ríos y lagos, con la consecuente acumulación, que puede perdurar durante mucho tiempo.

La biodegradabilidad de un compuesto está condicionada por las condiciones biológicas en que se produce, así como de su estructura química. Los detergentes, plásticos, embalajes, y otros muchos productos de uso cotidiano, son especialmente resistentes a la acción de la degradación microbiana.

Además, no basta con que el compuesto sea más o menos biodegradable, pues los microorganismos descomponedores deben poder procesarlas a buen ritmo; una cantidad excesiva de materia saturaría el ciclo, al originar las bacterias un incremento de metabolitos que permanecerían en el suelo modificando sus características físico-químicas.

Las plantas, al no poder absorber los nutrientes que necesitan para su desarrollo, irán muriendo y finalmente desapareciendo. Por su parte, los productos tóxicos absorbidos por los vegetales y que sirven a los animales como alimento, pasan a éstos y posteriormente al hombre.

 

TERRESTRE

La contaminación de los suelos - 2ª parte

 

Insecticidas y bioinsecticidas

El equilibrio de un ecosistema puede quedar influenciado por un exceso de residuos de materia orgánica, sin embargo, la mayor amenaza de un biotopo reside en determinadas sustancias tóxicas o contaminantes, procedentes de actividades agrícolas, ganaderas, industriales o domésticas, tales como insecticidas, herbicidas, etc., que son rociadas sobre las plantas o incorporadas al suelo mediante aguas de riego.

Uno de los insecticidas que ha sido más utilizado, y que actúa por simple contacto, ha sido el DDT (diclorodifeniltricloroetano). Se aplicó masivamente muchos años atrás como plaguicida en la fumigación de pequeñas y grandes extensiones de cultivos. Resulta muy tóxico para los animales que se alimentan de las plantas tratadas y también para el hombre. Es un insecticida polivalente, de acción residual muy prolongada, pero de elevada toxicidad. Hoy en día está prácticamente prohibido en todos los países desarrollados. Aunque existen sustitutos que pueden ser metabolizados por los animales, como los compuestos denominados organofosforados, éstos afectan no obstante al sistema nervioso. En su lugar se usan otros compuestos denominados piretroides, los cuales deben ser utilizados de todas formas con precaución, pues aunque inocuos para los mamíferos, no lo son para los peces, que podrían verse afectados a través de cursos de agua subterráneas o superficiales cercanas a los campos de cultivo.

Nuevas técnicas genéticas intentan conseguir especies resistentes a la acción parasitaria, a la vez que que se desarrollan bio-insecticidas que permiten una acción selectiva, evitando afectar a la planta cultivada o al suelo; se trata de los bioplaguicidas, cuya técnica consiste en la introducción de organismos vivos específicos, que atacan y eliminan los parásitos de las plantas a tratar.

También los herbicidas pueden contaminar...

Los insecticidas no son los únicos agentes contaminantes, también los herbicidas pueden suponer una amenaza para los vegetales y el suelo. Se trata de sustancias químicas utilizadas para eliminar las hierbas nocivas que crecen en las zonas de sembrados, las cuales pueden ser tóxicas en ciertas condiciones. La aplicación de estos productos requiere ciertos cuidados para que no se vean afectadas las plantas que se trata de proteger; así, si se aplican directamente sobre las semillas, actuará antes sobre las hierbas nocivas eliminándolas, desapareciendo el efecto tóxico cuando las semillas hayan germinado y empiecen a desarrollarse.

Otras fuentes contaminantes...

No sólo la actividad agrícola es fuente de contaminación del suelo, también la industrial, ganadera y la proveniente de residuos urbanos. La naturaleza diversa de los compuestos que se originan en estas áreas, son ecológicamente imprevisibles. La capacidad de difusión, disolución o reacción (por exceso o por defecto) de las partículas emitidas es notable.

De hecho, si los compuestos son solubles se incorporan a las plantas y a los animales que las ingieren; ejemplo de los metales como el mercurio, plomo, cadmio, níquel, etc. (en ciertas condiciones el mercurio puede permanecer en el suelo durante un largo periodo de tiempo).

Por otro lado, si los compuestos no son solubles permanecen en el suelo retenidos sin poder ser procesados eficazmente por las redes tróficas, salvo en ciertas condiciones de acidez del terreno. Cuando la contaminación es efectiva y los mecanismos naturales de depuración quedan saturados, se produce una paulatina desaparición de las especies vegetales y animales, y en casos extremos a la transformación en un suelo totalmente estéril.

 

TERRESTRE

La contaminación de los suelos - 3ª parte

 

La recuperación de un suelo contaminado... 

Cuando un suelo ha sido contaminado la tarea de recuperación es altamente costosa y compleja. Las técnicas utilizadas son de tipo biológico, químico o eléctrico.

El procedimiento biológico se basa en introducir bacterias que tienen la capacidad de degradar el sustrato; el químico es introduciendo componentes que equilibran el exceso de otros productos, o reaccionan con ellos generando un tercer elemento inocuo; el eléctrico consiste en crear un campo eléctrico entre dos electrodos para que los contaminantes se concentren en uno de ellos.

Aun cuando el suelo tiene una alta capacidad de regenerarse a sí misma, los desechos de las actividades humanas deben incorporarse a los suelos en pequeñas cantidades, y aún así, ausentes de productos no biodegradables. Por otro lado, aún cuando los productos que se desechan cumplan con esa condición, la acumulación reiterada en el mismo lugar traería consigo la creación de vertederos, y consigo la incapacidad del suelo y el entorno para procesarla.

Los riesgos del PVC

El PVC (policloruro de vinilo) forma parte de nuestra vida diaria, y sin embargo no alcanzamos a valorar en sus justos términos los efectos que puede acarrear en la salud y el medio ambiente. A pesar de que existen proyectos, propuestas, directivas e iniciativas tendentes a conseguir su erradicación en el mundo, está tan introducido en las sociedades avanzadas que su eliminación y sustitución por otros elementos inocuos o menos dañinos no se verá a corto plazo.

Los componentes del PVC resultan peligrosos en cualquiera de sus etapas de fabricación, utilización y eliminación. Más del 50% de los materiales de construcción contienen este plástico, y alrededor de un 15% de los envases que usamos diariamente. Muchos de los componentes utilizados en la fabricación del PVC se han demostrado como cancerígenos. Los Ftalatos, por ejemplo, suponen el 90% de los plastificantes utilizados en la síntesis de PVC's blandos con destino a la fabricación de juguetes, utensilios para la cocina, e incluso artículos hospitalarios. Se estiman a estos Ftalatos como disruptores hormonales, capaces de provocar mutaciones genéticas y del desarrollo fetal.

Aunque en la fabricación de juguetes fue sustituido el Ftalato conocido como DEHP por el DINP, aparentemente menos dañino, no ha supuesto garantía según las investigaciones que se han llevado a cabo. Un ejemplo de utilización de los DEHP en el ámbito hospitalario es la fabricación de bolsas para almacenar sangre, catéteres, etc.

Para el medio ambiente el PVC es uno de sus peores enemigos. En la fabricación del PVC se utilizan sobre todo compuestos organoclorados y metales pesados, entre otros productos químicos de gran toxicidad. El 30% del cloro que alcanza la atmósfera procede de las emisiones por incineración del PVC, proceso este que genera igualmente grandes cantidades de dioxinas muy perjudiciales para la salud. Sus efectos podrían evitarse sustituyendo del PVC por otros materiales ecológicos, como el látex.

En definitiva, el PVC es un material peligroso, venenoso y contaminante, tanto en su proceso de fabricación como de uso y eliminación, que debería poder ser erradicado de nuestras vidas.

 

TERRESTRE

La contaminación de las aguas - 1ª parte

 

La contaminación de las aguas que discurren por la superficie terrestre o el subsuelo (ríos y acuíferos) se produce al incorporar a ese medio elementos extraños, tales como microorganismos, residuos industriales, productos químicos o aguas residuales, entre otros, que deterioran su calidad y también pueden producir enfermedades a los humanos.

La salud humana puede quedar seriamente afectada por efecto de la contaminación de las aguas. Existen ciertos elementos químicos muy peligrosos para los seres vivos por ingestión, como el mercurio, arsénico o plomo, que pueden llegar a la cadena alimentaria al ser absorbido por los vegetales mediante las aguas de riego, o por medio de los acuíferos subterráneos; por ejemplo, el cadmio presente en algunos fertilizantes, ingerido a ciertos niveles puede producir diarreas agudas y lesiones de hígado y riñones; los nitratos (sales del ácido nítrico) presentes en el agua potable pueden producir enfermedades infantiles con riesgo de mortalidad.

La vulnerabilidad de los lagos

Unas zonas especialmente vulnerables a la contaminación son los lagos. En ellas se genera un problema denominado eutrofización, que consiste en el enriquecimiento artificial del agua mediante nutrientes. Las plantas con raíces crecen anormalmente de forma muy densa, a la vez que se agota el oxígeno en las aguas más profundas.

Por añadidura, se producen problemas de mal olor y sabor de las aguas, a la vez que presentan una estética desagradable por cúmulo de algas o verdín. Suele ser causado por los fertilizantes químicos que son arrastrados hasta los lagos desde las zonas de cultivo que alimentan anormalmente la vegetación, además de provocar otros cambios químicos.

La lluvia ácida, por su parte, es un grave problema para los lagos; muchos de ellos han desaparecido por esta causa en el noreste de Norteamérica, y norte y este de Europa.

Los principales agentes contaminantes de las aguas

Los principales agentes contaminantes de las aguas son las aguas residuales, petróleos, sustancias radiactivas, minerales inorgánicos y compuestos químicos. Las aguas residuales contienen mayormente materias orgánicas que precisan oxígeno, son por tanto un agente desoxigenador del agua cuando entran en descomposición, que generan además olores desagradables.

Los hidrocarburos son especialmente dañinos para las aguas (véanse los artículos sobre mareas negras en esta misma sección), en el mar se extienden formando una película que termina muchas veces invadiendo playas y acantilados, y afectando a peces, aves y vegetación.

Los productos químicos como los pesticidas, las sustancias tensioactivas (detergentes), y los minerales inorgánicos y compuestos químicos son también causa de alta contaminación, cuando son arrastrados desde las tierras de cultivo por tormentas y escorrentías. Estos agentes también tienen su origen en explotaciones mineras, carreteras y derribos urbanos.

Otras formas de contaminación de las aguas

Una forma de contaminación de menor entidad pero que debe ser considerado, es el del calor. Se presenta cuando es vertido a los ríos u otros cauces, el agua de refrigeración de las fábricas y centrales energéticas, elevando la temperatura de las aguas y afectando a la vida que se desarrolla en ella.

Finalmente, una de las sustancias mas contaminantes por su largo periodo de actividad, es la de origen radiactivo. Estas sustancias suelen proceder de los residuos que producen la minería y refinado de uranio y torio, centrales nucleares, y actividades científicas y médicas

 

TERRESTRE

La contaminación de las aguas - 2ª parte

 

Control y tratamiento de los vertidos contaminantes

Básicamente, la fuentes contaminantes de las aguas están identificadas en las actividades industriales, zonas urbanas, agricultura y ganadería. Los vertidos industriales pueden causar un impacto más o menos importante dependiendo de sus características, como el contenido en sustancias orgánicas e inorgánicas y las necesidades bioquímicas de oxígeno.

Existe más de una opción para el control de estos vertidos:

1.      Tratamiento dentro de la propia planta de producción.

2.      Tratamiento completo dentro la planta y posterior descarga en el sistema de depuración urbana.

3.      Depuración completa en la propia planta, y sin más intervención reutilización posterior o vertido en cualquier corriente o masa de agua.

En las zonas urbanas la contaminación está protagonizada por las aguas residuales de hogares y actividades comerciales. El tratamiento de los residuos urbanos siempre estuvo enfocado hacia la reducción de materias que demandaban oxígeno, compuestos inorgánicos como fósforo y nitrógeno, ciertas bacterias dañinas y sólidos en suspensión. Sin embargo, los procesos de depuración generan a su vez residuos sólidos que es preciso eliminar, los cuales suponen entre un 25% y 50% de los costes de una planta depuradora.

El vertido a los ríos y lagos de aguas residuales con ausencia de depuración, implica la desoxigenación del agua y su entrada en descomposición.

Tratamiento de las aguas residuales

Básicamente existen tres fases de tratamiento de las aguas residuales urbanas: en una primera fase se eliminan las arenillas, se procede a un filtrado, floculación (incorporación de los sólidos) y sedimentación. En una segunda fase, mediante lodo biológicamente activo, se realiza una oxidación de la materia orgánica disuelta, realizándose un filtrado a continuación. En la última fase se recurre a procesos físicos, químicos y biológicos, tales como filtración granular, absorción mediante carbono activado, y eliminación del nitrógeno.

Fuentes contaminantes con origen en la agricultura y ganadería

Las fuentes contaminantes con origen en la agricultura y ganadería tienen su incidencia en las aguas superficiales y subterráneas, y están compuestas de materias orgánicas e inorgánicas, en las que se incluyen compuestos como el fósforo o nitrógeno, los cuales demandan gran cantidad de oxígeno. Estos compuestos suelen proceder de la erosión de tierras de cultivo, que tienen depositados en parte residuos fertilizantes y de naturaleza animal, estos últimos transportadores en ocasiones de organismos patógenos.

Para la eliminación de los residuos de granjas o criaderos industriales se suele proceder a su contención en tierra, pero presenta el peligro de filtración y escorrentías; para el control de los líquidos se utilizan depósitos de sedimentación, así como tratamientos biológicos en lagunas aeróbicas o anaeróbicas, entre otras medidas.

 

TERRESTRE Y ATMOSFÉRICA

Doñana 1998, ¿tragedia con final feliz...? - 1ª parte

 

El 25 de abril de 1998 el desastre se cernió sobre la reserva natural con más diversidad de fauna y flora de toda Europa, el Parque Nacional de Doñana (Huelva-España).

Las consecuencias de aquella catástrofe podrían estar latentes a lo largo de muchos años de este nuevo siglo XXI.

70 km. de carga letal

Durante la madrugada del día 25, esta gran diversidad de vida animal y vegetal quedó pendiente de un hilo. 60 Km. al norte del parque se rompía una de las presas de las minas de cobre-pirita de Aznalcollar, que almacenaba aguas contaminadas por metales pesados.

En pocas horas los ríos Agrio y Guadiamar, tras recibir cinco millones de metros cúbicos de agua y lodos tóxicos procedentes de la presa accidentada, distribuyeron la letal carga a lo largo de 70 Km., y en algunos puntos del cauce hasta incluso los 500 metros de ancho. Una espesa capa de lodos negros y ácidos arrasó a su paso toda la fauna del río, envenenando vegetación y cultivos en un espacio de terreno superior a las 3.600 hectáreas. 

Las obras y labores de limpieza

Las primeras medidas tendieron a la construcción de diques en el lugar de Entremuros, puesto que en ese punto el río Guadiamar hace entrada en el parque. De esta forma se desvió la riada hacia el río Guadalquivir, evitando que penetrase en las marismas. El Guadalquivir recibió gran cantidad de aguas tóxicas que, dentro del perjuicio causado, suponía un mal menor si Doñana quedaba a salvo.

Las labores de limpieza del parque fueron arduas. En muchos lugares había lodos que alcanzaban hasta los 80 cm. de espesor. Al mes y medio de la catástrofe se había retirado sólo el 20% (algo más de 300.000 metros cúbicos). Mientras tanto, los lodos tóxicos probablemente hayan penetrado en los acuíferos. Elemento vital del parque es el agua. Bajo él existe una balsa de unos 3.400 km/2. llamado acuífero 27; se trata del recurso hídrico más importante del lugar; en épocas en que este recurso escasee será más fácil de que las aguas contaminadas se bifurquen por zonas sensibles para la vida animal y vegetal.

El alcance del desastre ecológico

Tras el accidente, las primeras impresiones fueron las de una gran catástrofe ecológica de incalculables proporciones, muy superior a la descrita, pero, posteriormente, se rebajó ese calificativo en base a que las zonas más sensibles del Parque, "aparentemente",  solo habían sufrido efectos colaterales; ¿tragedia con final feliz...?.

En realidad, "un desastre ecológico" puede producirse localizadamente, en un ecosistema concreto, destruir todo o parte de la vida animal y vegetal, y tras un periodo de tiempo en que se producen determinadas sucesiones retornar a las condiciones iniciales. Pero en ecología nada es tan simple, ningún elemento está aislado; existen interrelaciones, algunas visibles y otras muchas que pasan desapercibidas para los sentidos, más aún para los profanos en el conocimiento de como funcionan los ecosistemas. Por ejemplo, los metales pesados que la riada dispersó pasan a las plantas, y mediante las cadenas tróficas alcanzan a los predadores, los cuales los acumulan en los tejidos grasos; el resultado es un funcionamiento hormonal anómalo, que influye en el comportamiento sexual y, por tanto, en la fertilidad e inmunidad contra las enfermedades.

Sabiendo que gran parte de las especies que habitan Doñana son migratorias, podemos imaginar que ocurrirá en las zonas del norte de Europa donde pasan parte de la temporada. El envenenamiento pues, puede trascender de forma dramática a otros ecosistemas muy alejados del lugar del accidente, por ejemplo en los países nórdicos por medio de las garzas reales.

 

TERRESTRE Y ATMOSFÉRICA

Doñana 1998, ¿tragedia con final feliz...? - 2ª parte

 

¿Qué es Doñana?

Doñana es un verdadero paraíso natural patrimonio de la humanidad, reserva de la Biosfera. Solo en fauna voladora, un millón trescientas mil especies eligen sus marismas para pasar el invierno. Ánades, cigüeñelas, avocetas, gansos, cercetas comunes, fochas, agujas colinegras, rabudos; son algunas de las aves que visitan el parque año tras año. En primavera, las marismas (uno de los ecosistemas de Doñana), presentan una rica vegetación acuática que sirve de refugio y alimento a las aves reproductoras.

Por el contrario, en las zonas arenosas las formaciones vegetales están condicionadas por las aguas subterráneas y la posibilidad de aprovechamiento de sus raíces. En  las zonas más secas dominan los matorrales xerófilos de labiadas, mientras que en aquellas más húmedas aparece el monte blanco, compuesto básicamente por un tipo de jara llamado Jaguarzo. Descendiendo a cotas más húmedas, y entremezclados con el monte blanco, aparece el monte negro de brezo, helechos y algunos alcornoques.

Al sur del parque, en la zona denominada Culata del Faro, existe un microclima especial propiciado por la unión del río y el océano. Allí proliferan magníficos pinares de pino piñonero, donde se cobijan venados, gamos, jabalís, perdices, conejos, alcaravanes, águilas imperiales y, por supuesto, el mítico lince ibérico, el felino más amenazado de nuestro planeta.

La playa de Doñana abarca 35 Km. desprovista de construcciones. Recibe arenas marinas, y son manifiestas sus trenes de dunas vivas, que por efecto de los vientos entierran y desentierran regularmente los pinares a su paso.

La presión de población humana sobre el parque siempre ha sido escasa, gracias a que las marismas y la pobreza de suelos arenosos no invitaban a los asentamientos. Sin embargo, los pastizales y la leña, en mayor medida, fueron aprovechados con regularidad.

En definitiva, que nos deparará Doñana es una incógnita en sí misma, las consecuencias reales de lo ocurrido solo se podrán evaluar transcurridos muchos años, probablemente décadas. 

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