EL IMPERIO DE CARLOMAGNO

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El Imperio de Carlomagno

El origen del pueblo eslavo

Los vikingos

 

EL IMPERIO DE CARLOMAGNO

El reino de los francos fue el más estable y duradero de los fundados por los pueblos germánicos en Europa.

A partir del siglo VIII, una nueva dinastía de reyes, descendientes de la familia de los Heristal, le dio su mayor esplendor, y extendió su poder a todos los países de Occidente, en la misma época en que los árabes consolidaban su dominio en la península ibérica. Carlos Martel que, como vimos, detuvo a los árabes en su avance sobre Europa en la memorable batalla de Poitiers (732), tuvo dos hijos:  Carlomán, que profesó como monje, y Pipino, apodado el Breve por su baja estatura, que depuso a Childerico III y se apoderó del trono en el año 751 y reinó hasta el 768, inaugurando la dinastía de los carolingios.  A su muerte, sus dos hijos, Carlomán y Carlos, fueron elegidos reyes de los francos, pero, como era de prever, no lograron coordinar sus acciones y se enfrentaron entre sí.

La solución de esta difícil situación se vió facilitada por el fallecimiento de Carlomán en el año 771, con lo que quedó Carlos en posesión total de los dominios de su familia, pues los hijos de Carlomán lo eligieron como jefe.

 

CARLOMAGNO

Carlos ya era conocido por sus condiciones personales como El Grande (Magno), por lo cual fue llamado Carlomagno.  Una vez en ejercicio del poder, Carlomagno se dirigió a combatir a los lombardos en Italia, para proteger al papa Adriano IV. En el año 774 venció a Desiderio, rey de los lombardos, y dos años después deshizo por completo su reino. Desde entonces Italia quedó repartida, entre ti-es soberanos: el papa, Carlomagno y el emperador bizantino.

Carlomagno se proclamó rey de los longobardos y ciñó la corona de hierro, así llamada porque su aro interior había sido hecho con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.

Poco tiempo más tarde, fue llamado a España (778) por un jefe árabe sublevado contra el emir de Córdoba. En consecuencia, atravesó los Pirineos y venció a los moros, obligándolos a retroceder en el territorio conquistado hasta la línea del río Ebro. A su regreso la retaguardia de su ejército fue sorprendida por los vascos o gascones y derrotada en el paso de Roncesvalles, donde murió su sobrino Rolando o Roldán, episodio que dio lugar a una famosa composición en verso.

Con posterioridad, los francos organizaron seis expediciones, con resultado de las cuales Carlomagno fundó dos marcas o provincias fronterizas, la de Barcelona y la de Gascuna.

Carlomagno culminó luego una larga guerra (772-785) contra los sajones, eficazmente conducidos por Widukindo, los que, a pesar de una enconada resistencia, fueron finalmente vencidos y sometidos, convirtiéndose al cristianismo.

Estos triunfos le permitieron extender sus dominios hasta el río Oder. Los bávaros fueron también vencidos y la misma suerte corrieron los ávaros, descendiente de los hunos (788-796), establecidos sobre las costas  del Danubio. Finalizada esta campaña, Carlomagno creó la marca del Este (Ostereich), que más tarde constituyó el reino de Austria.

 

EL IMPERIO

Una vez Finalizadas estas campañas, las posesiones de Carlomagno comprendían la Galia, Italia, Germania y una parte de España, con lo cual quedó restablecido el antiguo Imperio romano de Occidente.

Fue en estas circunstancias que el 25 de diciembre del año 800, mientras Carlomagno oraba en la basílica de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma, el papa León III ciñó su cabeza con la corona imperial, a semejanza de lo que ocurría con los emperadores de Bizancio. De esta manera se consolidó la unión de la Iglesia y el estado.

Para mejorar la administración de su vasto imperio, Carlomagno acrecentó el número de duques y condes, cuyos subalternos fueron los vicarios y los centenarios. La labor de éstos se complementaba con la de otros funcionarios de confianza llamados missi dominici (enviados del señor), que recorrían el territorio en cada estación, de dos en dos un conde y un obispo—, para verificar el buen desempeño de sus súbditos.

Dos veces al año se celebraban las asambleas nacionales en las que participaban solamente los obispos, los duques y los condes. Durante su transcurso Carlomagno publicaba sus ordenanzas conocidas con el  nombre de capitulares, por estar enunciadas en capítulos, que no siempre tenían el carácter de leyes. En ocasiones se trataba de normas o preceptos morales.  Carlomagno prestó principal atención a la organización militar, a cuyo efecto las provincias fronterizas, llamadas marcas, estuvieron a cargo de jefes que recibieron el nombre de Margraves en Alemania y marqueses en los países latinos. El ejército se componía de hombres libres, que debían aportar sus elementos de combate, cuya cantidad y calidad variaba de acuerdo con el patrimonio de cada combatiente.  También tuvo especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable. Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia. Durante el reinado de Carlomagno se llevaron a cabo numerosas obras públicas, entre las que sobresalieron los puentes de madera levantados sobre el Rin y el Danubio; el comienzo de la construcción de un canal entre ambos ríos y la edificación de palacios.

El Imperio Carolingio

El Renacimiento Carolingio

En materia cultural, Carlomagno procuro estimular el desarrollo de las letras y de las ciencias, decaídas por efecto de las luchas, a través de su propio ejemplo. A tal efecto, aprendió el latín y estudió la lengua germánica. Fundó escuelas y se rodeó de sabios, entre los cuales sobresalieron el teólogo Alcuino, nacido en Inglaterra, el lombardo Diácono y el germano Eginardo. Carlomagno asistió a la escuela que funcionó en su propio palacio de Aquisgrán, que mas bien tenía el carácter de una academia, donde se trataban y discutían temas de carácter científico y literario, basados en el estudio de las denominadas artes liberales, que comprendían el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadriuium (geometría, aritmética, astrología y música), según el método de lectura y comentario de textos. Paralelamente funcionaba una escuela para niños, que visitaba con frecuencia.

Hasta entonces eran pocos los que tenían una cultura clásica. Entre ellos sobresalían los monjes benedictinos, quienes fueron los más celosos custodios de esa valiosa herencia.  Este resurgimiento cultural ha sido llamado el renacimiento carolingio.

 

División del imperio

Rodeado del cariño de su pueblo y de la admiración de los extranjeros, Carlomagno falleció en su palacio de Aquisgrán (Aix-la-Chapelle), el 28 de enero de 814. A su muerte, los pueblos sometidos trataron de recobrar su independencia y la estructura del imperio se resquebrajó hasta partirse.

Su hijo Luis el Benigno o Ludovico Pío, que le sucedió en el trono, dividió el imperio en el año 817 entre sus tres hijos: Lotario, Pipino y Luis. Disconforme con este reparto, su sobrino Bernardo, que era el rey de Italia, se sublevó, pero fue vencido.

Posteriormente, Ludovico se casó en segundas nupcias con una hija del rey de Baviera (819) con la que tuvo otro hijo, Carlos, a quien quiso hacer partícipe del reparto y entregarle un reino, pero sus otros hijos se sublevaron y Ludovico fue depuesto, aunque más tarde fue restablecido en el trono por la asamblea de Nimega (830).

Esta resolución dio lugar a que sus hijos se sublevaran nuevamente en el año 833. Abandonado por su ejército, fue degradado públicamente, pero poco después fue restaurado por segunda vez en el trono (834).

Tiempo más tarde, su hijo menor, Luis el Germánico, quitó sus dominios a los hijos de Pipino, rey de Aquitania, que murió en el año 838 y además, convenció a su hermano Lotario que le cediera sus posesiones; con lo cual unificó las fuerzas para luchar contra su padre, que falleció en 840, cuando se dirigía a enfrentar al vástago rebelde.

Con la muerte de Ludovico Pío, sus dos hijos menores , Luis y Carlos, se unieron contra Lotario, que reclamé la 3ucesión de su padre y el título de emperador. El entredicho derivé en un enfrentamiento militar, que tuvo lugar en Fontenoy, el 25 de junio de 841. La batalla se prolongó durante todo un día, hasta que el ejército de Lotario se retiro del campo, sin estar definitivamente derrotado.

En esas circunstancias, Luis y Carlos ratificaron su unión con el famoso juramento de Estrasburgo. prestado en presencia de los dos ejércitos (842).

 

Tratado de Verdún

Al año siguiente (843), Lotario se avino a firmar un tratado en Verdún, por el cual se llevó a cabo otro reparto, de tal manera que Carlos, apodado el Calvo, se quedó con la Galia, aunque con una superficie más reducida, comprendida por los ríos Escalda, Mosa, Saona, los montes Cevenes y la desembocadura del Ródano. A este territorio se lo llamó Francia. Luis el Germánico obtuvo la extensión situada al Este del Rin, que se llamó Germania (Alemania). Por último, Lotario recibió Italia y una franja de territorio separada de la Galia. que comprendía parte de Suiza, la Borgoña, Provenza y Austrasia (Alcasia y Lorena). Todo el conjunto recibió el nombre de Lotaringia.

Con esta división, desapareció el imperio de Carlomagno y surgieron tres incipientes estados que, con algunas variantes en su integración territorial, perduraran hasta nuestros días.

No obstante, la desmembración no se contuvo con esta división, sino que cada una de las tres partes continué fraccionándose en pequeños estados.

En Francia, Carlos el Calvo no pudo mantener su autoridad sobre los duques, marqueses y condes, que fueron emancipándose gradualmente. Estas divisiones fueron favorecidas por el famoso edicto de Mersen (847), del propio Carlos el Calvo, por el cual se establecía que los hombres libres debían reunirse en tomo de un señor, y luego por el edicto de Krersy del Oise (877), que admitió que el título de conde fuera hereditario.

 

El origen del pueblo eslavo

Más allá de los pueblos germanos, justo en el corazón de Europa se desarrollaba un conglomerado de tribus de un mismo origen pero de cultura muy dispar eran los Eslavos, rama de la gran raza aria, de igual que los griegos, los romanos y los germanos

Durante siglos, estos pueblos ,deconocidos llevan en las estepas una vida primitiva. Los romanos sólo se enteraron de existencia cuando supieron qué ellos fueron los primeros en ser sometidos por los Hunos a su llegada a Europa.

Después de la muerte de Atila, los eslavos recobraron su  independencia, comenzaron a organizarse y al poco tiempo emigraron siguiendo tres distintas direcciones:

Eslavos Orientales: Algunas tribus eslavas se desplazaron hacia las estepas del este hasta los Montes Urales, constituyendo así los primeros poblados Rusos. Allí continuaron llevando su vida primitiva hasta caer dominados los Normandos, pueblo germano de cultura muy superior. Éstos, venidos de Escandinavia remontando los grandes ríos, sometieron fácilmente a dichos eslavos, y los agruparon y organizaron políticamente así nacieron los primeros Principados Rusos, entre ellos, el de Kiev y el de Novgorod.

De inmediato se inician los primeros contactos con el Imperio bizantino: hacia el año 950 el príncipe IGOR y su esposa OLGA se hicieron cristianos, y su nieto, el gran príncipe WLADIMIRO, hacia el a 1000 obligó a todos los rusos a bautizarse en masa. Bizancio los proveia de maestros y de artesanos, y desde entonces los rusos se apropiar la cultura bizantina. Poco tiempo después había desaparecido tota mente la influencia germánica traída por los Normandos.

Eslavos Occidentales: Otras tribus eslavas, por el contrario, se dirigieron en dirección opuesta a la de los anteriores, hacia las zonas dejadas libres por los germanos que habían invadido el imperio romano: así originaron los pueblos Polacos, Checos, Eslovacos y Moravos.

Pero el avance eslavo pronto quedó detenido por los germano. Derrotados y sometidos desde un principio, los recién llegados ii aceptaron la cultura germánica que sus vencedores quisieron imponen, y desde entonces buscaron relacionarse con Bizancio. Hacia el año 85 comenzó a llegar una nutrida corriente de maestros y artistas orientales entre los que se destacaron los dos Legados Imperiales, los obispo CIRILO y METODIO, creadores del alfabeto eslavo y que fueron lo verdaderos organizadores de estos pueblos.

Eslavos del Sur: La tercera rama eslava se dirigió hacia el sur, y por ello fueron llamados “Yugoslavos” en conjunto, aunque entre ellos se distinguía los Servios, los Croatas y los Montenegrinos. Pero todas estas tribus débiles y poco organizadas, pronto cayeron bajo el dominio de otro pueblo invasor, de muy distinta raza, pero que también seguía en dirección al Imperio Bizantino.

Los Búlgaros: originarios del Asia, y también de raza mongólica, los Búlgaros habían llegado a Europa juntamente con los Hunos en calidad de pueblo sometido. Liberados luego de la muerte de Atila, se dirigieron hacia el sur y al llegar a los Balcanes no tardaron en chocar con los Yugoslavos recientemente llegados. Más organizados y de costumbres realmente feroces, fácil les fue a los Búlgaros dominar a los Eslavos, pero admirados de su cultura superior, se fue fusionaron con ellos formando prácticamente un solo pueblo. Y entre todos sé organizaron para luchar contra Bizancio.

En un primer intento, en el año 810 llegaron hasta las murallas de la capital, pero no pudieron rendirla y tuvieron que retirarse con graves pérdidas. Luego, las relaciones se volvieron más amistosas, y finalmente terminaron también por admitir la cultura bizantina, y desde luego, la religión cristiana.

Hacia el año 900, en el reinado de los zares BORIS I y su hijo SIMEON 1, el poderío búlgaro llegó a su apogeo. Todos los Balcanes eran sus dominios, y hasta el Imperio de Oriente debió pagarles tributos.

Pero luego del año 1000, al entrar Bizancio en su periodo de máximo esplendor, se inició la decadencia de los “eslavos-mongoles”. El gran emperador BASILIO II sometió duramente los Balcanes masacrando gran número de sus habitantes: por ello fue llamado “el Bulgaróctono” o matador de Búlgaros. Desde entonces estos pueblos quedaron definitivamente sometidos al Imperio Bizantino.

 

DESINTEGRACIÓN DEL IMPERIO CAROLINGIO
Tras la muerte de Carlomagno el imperio empezó a desintegrarse con rapidez. Le sobrevivió su hijo Luis el Piadoso (314-840) (imagen). Pese a ser éste un hombre honesto, no fue un gobernante enérgico y no fue capaz de controlar ni a la aristocracia franca ni a ninguno de sus cuatro hijos, quienes luchaban constantemente. En el año 843, tras la muerte de su padre, los tres hermanos sobrevivientes firmaron el
Tratado de Verdún. Este acuerdo dividió el Imperio Carolingio entre ellos, en tres partes principales: Carlos el Calvo (843-877) obtuvo las tierras francas del oeste, que formaron el núcleo del que sería reino de Francia; Luis el Germánico (843-876) tomó las tierras del este, las cuales se convertirían en Alemania; y Lotario (840-855) recibió el titulo - de emperador de un “Reino medio” que se extendía desde el mar del Norte hasta Italia, e incluía los Países Bajos, la tierra del Rin y el norte de Italia. Los territorios del Reino medio serían fuente de incesantes luchas entre los otros dos gobernantes francos y sus herederos. De hecho, Francia y Alemania disputarían por siglos los territorios de este Reino medio.

Aunque esta división del Imperio Carolingio se llevó a cabo razones políticas y no nacionalistas (la división de un reino entre herederos varones era una costumbre tradicional franca), comenzaron a surgir dos culturas diferentes. Alrededor del siglo IX, los habitantes del área occidental franca hablaban una lengua romana derivada del latín, que llegaría a convertirse en el francés. Los francos orientales hablaban dialectos germanos. No obstante, todavía no existían los que, a la postre, serían los reinos de Francia y Alemania. En el siglo IX las frecuentes luchas entre los numerosos herederos de los hijos de Luis el Piadoso provocaron una mayor desintegración del Imperio Carolingio. Mientras tanto, a la vez poderosos aristócratas obtenían más poder aún en sus propias ir locales a expensas de los pendencieros gobernantes carolingios, proceso de desintegración se aceleró debido a ataques externos de diferentes partes del viejo mundo carolingio.

 

Las invasiones de los siglos IX y X

En los siglos IX y X Europa occidental se vio asolada por una nueva ola de invasiones de distintos pueblos no cristianos: un viejo ene migo (los musulmanes) y dos nuevos pueblos (los vikingos y los magiares) (véase el mapa 8.2 de la página 203). Aunque golpeada por estas embestidas, la Europa cristiana se mantuvo y terminó por asimilar a los otros dos pueblos dentro de la civilización europea cristiana, excepto a los musulmanes.

 

MUSULMANES Y MAGIARES

La primera gran oleada de la invasión musulmana terminó a comienzos del siglo VIII. Poco a poco, los musulmanes construyeron una serie de bases navales en los territorios ocupados del norte de África, España y sur de la Galia, y en el siglo IX comenzaron una nueva serie de ataques en el Mediterráneo. Hicieron incursiones en las costas del sur de Europa, sobre todos Italia, e incluso amenazaron Roma en el año 843. Su invasión de Sicilia, en el año 827, a la larga condujo a una exitosa ocupación de la totalidad de la isla. Fuerzas musulmanas destruyeron también las defensas carolingias del norte de España e hicieron correrías en el de Francia.

Los magiares eran un pueblo procedente de Asia occidental. Cuando los emperadores bizantinos los alentaron a atacar a los modos búlgaros, éstos, a su vez, instigaron a un pueblo conocido o los pecheneques para que atacaran a los magiares. Consecuentemente, a finales del siglo IX los magiares, bajo la severa presión de los pecheneques, emigraron hacia Europa occidental, oriental central. Se establecieron en las planicies de Hungría, y desde ahí hacían correrías a Europa Occidental. En el año 955, los magiares ron finalmente derrotados en la batalla de Lechfeld, en Alemania. final del siglo x se convirtieron al cristianismo, echaron raíces y se establecieron en el reino de Hungría.

 

LOS VIKINGOS

Por mucho, los ataques más devastadores y de mayor alcance de época fueron los perpetrados por los hombres del norte, los northmen o norsemen de Escandinavia, también conocidos por otros como vikingos. Eran un pueblo germano con base en Escandinavia y constituyen, en cierto sentido, la ola final de la emigración humana. La razón de su desplazamiento no es muy clara para los historiadores. Una explicación común es la sobrepoblación, pero las investigaciones recientes señalan que esto sería válido sólo para el occidente de Noruega. Otras razones incluirían el gran amor de los vikingos por la aventura y la búsqueda de botín y nuevas rutas comerciales.

Dos características de esta sociedad ayudan a explicar lo que los ‘ngos lograron. En primer lugar, eran guerreros. En segundo, soberbios constructores de naves y marinos; sus naves fueron las mejores de la época. Largas y estrechas, con hermosas proas talladas y arqueadas, las naves dragón vikingas transportaban alrededor de cincuenta hombres. Tenían bancos de remos y una sola y enorme vela. Su calado poco profundo permitía navegar los ríos europeos y atacar lugares a cierta distancia tierra adentro. Aunque las incursiones vikingas del siglo VIII tendían a ser de breve escala y esporádicas, en el siglo IX fueron más regulares y devastadoras. Los vikingos saquearon villas y ciudades, destruyeron iglesias y derrotaron con facilidad a los pequeños ejércitos locales. Los ataques de los vikingos atemorizaban a los pobladores y ocasionaba que los clérigos exhortaran a sus feligreses a modificar su conducta para apaciguar la ir a del Señor, como en este sermón de un arzobispo de 1014:

Desde hace tiempo, las cosas no han ido muy bien en casa, ni fuera de ella; ha habido devastación y persecución por todos lados, una y otra vez, y los ingleses han sido vencidos por completo y están grandemente descorazonados por la ira del Señor; y los piratas [los vikingos] son tan fuertes con la aquiescencia del Señor que a menudo en batalla uno pone en fuga a diez y otras veces a menos o a más, todo por nuestros pecados... Siempre les estamos pagando, y ellos todos los días nos humillan, aparte de destruir, quemar, saquear y despojar, y ;he aquí! ¿Quién está ahí en todos estos hechos aparte de la ira del Señor, clara y visible sobre este pueblo?

En el supuesto de que había distintos grupos de escandinavos, la expansión vikinga varió mucho. Los vikingos noruegos se trasladaron a Irlanda y al occidente de Inglaterra, en tanto que los daneses atacaron el este de Inglaterra, Frisia y las comarcas del Rin; asimismo, navegaron ríos para incursionar en los dominios occidentales francos. Los vikingos suecos dominaron el mar Báltico y se adentraron en las áreas eslavas del este. Al trasladarse hacia el noroeste de Rusia, fueron río abajo por los ríos rusos hacia Novgorod y Kiev, fundando puertos fortificados a lo largo de esos territorios. Establecieron contacto con el Imperio Bizantino, como comerciantes o como invasores. También contactaron con los comerciantes árabes en el río Volga y en el mar de Azov.

Las primeras incursiones vikingas se llevaban a cabo, por lo general, en el verano; sin embargo, a mediados del siglo IX los hombres del norte comenzaron a establecer en Europa asentamientos invernales desde donde podían llevar a cabo expediciones de conquista y asentarse en nuevas tierras. En el año 850, grupos de norsemen se habían establecido en Irlanda, en tanto que los daneses ocuparon en el 878 un área conocida como el Danelaw, en el nordeste de Inglaterra. Dispuestos a aceptar el cristianismo, los daneses a la larga fueron asimilados por un reino anglosajón más amplio. A comienzos del año 911, el gobernador de los territorios francos del oeste cedió a los vikingos una franja de territorio ubicado en la desembocadura del río Sena, el cual formó parte de Francia y, a la larga, llegó a conocerse como Normandía. Esta política de asentamiento y de conversión al cristianismo practicada con los vikingos se llevó a cabo en forma deliberada, en vista de que los nuevos habitantes servían de protectores contra ataques adicionales de los hombres del norte.

Los vikingos también fueron intrépidos exploradores. Después del año 860, zarparon en sus largas naves rumbo al oeste, cruzando por el norte del océano Atlántico, alcanzando Islandia en el año 874. Eric el Rojo, vikingo desterrado de Islandia, viajó más al occidente y descubrió Groenlandia en el año 985. El único lugar vikingo conocido en América del Norte se encontró en Terranova,

Sin embargo, por el siglo décimo la expansión vikinga ya estaba llegando a su fin. Un mayor control ejercido por los monarcas de Noruega, Suecia y Dinamarca sobre sus súbditos, y una creciente cristianización tanto de los reyes como de los pueblos escandinavos tendieron a inhibir la expansión vikinga, pero después de que los vikingos ya se habían establecido por muchas partes de Europa. Al igual que los magiares los vikingos también asimilaron la civilización europea. Una vez mas el cristianismo resultó ser un a poderosa fuerza civilizadora de la civilización occidental en su forma europea y el cristianismo se estaban convirtiendo virtualmente en sinónimos.

Las incursiones y los asentamientos vikingos también tuvieron significativas repercusiones políticas. La incapacidad de las autoridades reales para proteger a sus pueblos en contra de estas expediciones provocó que las poblaciones locales acudieran entonces a losa aristócratas locales para que les brindaran seguridad. En este proceso la aristocracia terrateniente no solo incrementó su fuerza y su prestigio, sino que asumió mas funciones de gobierno local que previamente había pertenecido al rey, con el tiempo estos procesos provocaron un nuevo orden político y económico, conocido por Feudalismo.  

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