Organización Nacional

textos de Félix Luna 

Durante su largo predominio, Rosas derrotó varios intentos de sus enemigos, a veces aliados con Francia e Inglaterra, e impuso una paz fundada en la represión de la oposición y la clausura de los ríos a la navegación extranjera. Una nueva fuente de riqueza floreció: la lana, que se exportaba por Buenos Aires, valorizando los campos de la pampa. La conducción de Rosas imprimió al país paz y cierta prosperidad, pero ahogó las expresiones culturales y mantuvo en sujeción a las provincias del interior.
En febrero de 1852, el gobernador de Entre Ríos, Justo J. De Urquiza, derrotó a Rosas en las cercanías de Buenos Aires. La batalla de Caseros abría una nueva etapa cuyo signo sería constitucional. En efecto, un año después se sancionó en Santa Fe una constitución republicana y federal que garantizaba derechos civiles a los habitantes, fomentaba la inmigración y establecía la independencia de los poderes del Estado. Urquiza fue elegido presidente de la Confederación, que no integró la provincia de Buenos Aires, a la que no interesaba un papel secundario en la nueva estructura.
La secesión de la provincia de Buenos Aires se prolongó hasta 1860. Dos batallas fueron necesarias para que se lograra un compromiso entre la provincia disidente y el resto de sus hermanas, pero finalmente, en 1862 Bartolomé Mitre fue elegido presidente de la Nación, ya unificada. A pesar de diversos levantamientos internos y de la infortunada guerra contra el Paraguay, el gobierno de Mitre abrió las puertas al progreso, estimuló las inversiones extranjeras y facilitó el tendido de ferrocarriles. Lo sucedió el educador y escritor Domingo F. Sarmiento (1868-1874), que se esforzó por difundir la educación pública, y luego Nicolás Avellaneda (1874-1880), durante cuya gestión se realizó la primera exportación de trigo y de carne congelada.
En 1879 terminó un problema que pesaba como un factor de retraso. El ministro de Guerra, general Julio A. Roca, encabezó una expedición definitiva contra los indios del sur que desde décadas atrás ocupaban buenas tierras y saqueaban las estancias y ciudades de la región. Luego de triunfar en esa empresa, que en los hechos permitió a la Argentina ocupar la Patagonia, Roca se presentó como candidato a presidente y triunfó, no sin sofocar un levantamiento de la provincia de Buenos Aires, cuya ciudad capital fue convertida en Capital Federal.

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